119 años del nacimiento de Mario Briceño Iragorry un apasionado de la nacionalidad



Publicado: 15/09/2016 01:34 PM

Mario Briceño Iragorry, ensayista venezolanos del siglo XX, quizás el más importante, gran historiador, escritor, diplomático y político. Nació en Trujillo el 15 de septiembre de 1897 y murió en Caracas el 6 de junio de 1958. Hijo de Jesús Briceño Valero y María Iragorry.

Tuvo una infancia y juventud protegida por las tierras andinas, entre las ciudades de Trujillo y Mérida. A sus 12 años queda huérfano de padre.

Mario Briceño Iragorry se incorporó a la Academia Nacional de la Historia en 1930 y a la Academia Nacional de la Lengua en 1932.

A raíz del golpe de Estado que derrocó al gobierno de Isaías Medina Angarita el 18 de octubre de 1945, fue detenido y llevado preso al Cuartel de la Planicie.

De Briceño Iragorry se dice que legó a las venezolanas y venezolanos de hoy su pasión en la defensa de la nacionalidad, de los valores de la nuestra cultura y un incansable entusiasmo por el conocimiento de la historia del país.

Se le reconoce además, por haber incorporado al léxico político del país la palabra pitiyanqui, que retrata a algunos personajes de la oposición de hoy.

En 1949 fue designado como embajador de Venezuela en Colombia. Por esa época publicó varios libros que lo convirtieron en uno de los más importantes exponentes de la ensayística contemporánea de Venezuela. Algunos de esos títulos son: Alegría de la Tierra, Vida y Papeles de Urdaneta el Joven, El Caballo de Ledesma, Los Riberas.

Fue Cronista de Caracas en 1951. Ese año presenta Mensaje sin destino, quizás su obra más leída y difundida. Apoya la candidatura de Jóvito Villalba para las elecciones presidenciales de 1952. Ante el desconocimiento por parte de la Junta Militar del resultado de los comicios de 1952, se exilia en Costa Rica en 1953 y en Madrid de 1953 a 1958

En este periodo estuvo madurando sus ideales políticos sobre el nacionalismo a través de diferentes publicaciones. En 1957, aparece su obra señalada como el libro síntesis de su doctrina: Por la Ciudad Hacia el Mundo.

En abril de 1958 retorna a Venezuela, pero dos meses más tarde muere. Los restos de este insigne y nacionalista venezolano yacen en el Panteón Nacional desde el 6 de marzo de 1991.

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