150 PRESOS DURANTE EL SEPELIO DEL JOVEN ESTUDIANTE ASESINADO POR LA POLICÍA (CLARÍN, 23 de julio de 1963)

Publicado: 19/07/2023 10:00 PM

    • Insólito: La policía detuvo a todos los asistentes al entierro. La urna quedó abandonada a las puertas del cementerio General del Sur.

    • El domingo en la tarde del 20 de julio de 1963, Antonio José Romero Pérez, de 25 años de edad, fue acribillado a balazos por agentes de la Policía Municipal en Puente Mohedano; también resultó herido en el hombro el joven universitario Carlos José Quevedo, de 22 años de edad.

    • Antonio José estaba residenciado al final de la calle Lozada en Lídice, era trabajador en una fábrica de carteras y esa tarde salió en compañía de unos amigos en un carro marca Chevrolet, placas CO-62-17.

    • Dicho automóvil fue embestido por una patrulla policial, cuyos tripulantes dispararon para detenerlo, por lo que asesinaron al trabajador y reservista del ejército Antonio José Romero Pérez.

    • El cortejo fúnebre y la caravana de asistentes al sepelio fueron asediadas por varias jaulas y patrullas, a lo largo de todo el trayecto desde la avenida Sucre en Catia hasta la entrada de la necrópolis del Sur.

    • Llegaron al cementerio 12 radiopatrullas y varios autobuses que interceptaron el cortejo, se llevaron detenidos a todos los asistentes y dejaron el féretro abandonado a las puertas del lugar.

    • Algunos asistentes que lograron escapar a la detención masiva cargaron la urna para llevarla hasta su última morada.

    • Romero Pérez era un honesto obrero sindicalista del Partido Comunista que nació en Caracas, en la parroquia La Pastora en 1940. 

    • Era padre de cuatro hijos y había prestado su Servicio Militar Obligatorio en 1963, en la Escuela de Paracaídas con sede en la Base Aérea de Boca de Río, en Maracay. 

    • No tenía record policial alguno y no había orden de detención en su contra, por el contrario estaba construyendo una casa para su grupo familiar, a la cual solo faltaba techarla y frisarla.

    • Los cuerpos policiales, para justificar el crimen político perpetrado y evadir responsabilidades penales, notificaron que su víctima era solicitado por la justicia y había muerto cuando huía de la policía, razón por la cual aplicaron la Ley de Fuga. Esta masacre fue silenciada por la prensa nacional.

REDACCIÓN MAZO

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