¡Abril Victorioso! Del golpismo imperial al nacimiento de la inquebrantable Unión Cívico-Militar (+13A)

Una vez consumado el golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez, la noche del 12 de abril de 2002 el Pueblo comenzaba a prepararse para lo que sería el rescate de la Revolución Bolivariana y la defensa de los logros sociales que la derecha nacional intentaba arrebatarle bajo la dirección del gobierno de Estados Unidos (EEUU) y con la participación activa de los medios de comunicación privados.

En medio del silencio mediático y el desconocimiento del paradero del Comandante Chávez, quien había sido secuestrado, tras la masacre ocurrida el 11 de abril por parte de francotiradores vinculados con los conspiradores y la autojuramentación de Pedro Carmona Estanga como presidente interino, los venezolanos y las venezolanas patriotas exigían información sobre lo que realmente sucedía y salieron a buscarla y difundirla ellos mismos.

El 13 de abril bajaron desde los cerros los que siempre habían sido marginados y que encontraron una luz en el proceso revolucionario que llegó para brindarles la seguridad y estabilidad social que les negaron durante más de 40 años de corrupción y opresión en la Cuarta República. Bajaron al rescate de su líder, en reciprocidad a la lealtad y amor que él les profesaba.

En horas de la tarde, el espíritu en las avenidas de las principales ciudades de Venezuela era de estupor ante el golpe fascista, mientras se producían protestas y marchas de los seguidores del presidente Chávez. A pesar de la represión desatada por la Policía Metropolitana (PM), al mando de Alfredo Peña, y policías municipales, el Pueblo en la calle era un hecho irreversible.

 

Una marea de Pueblo, más de millón y medio de personas exigían a lo largo y ancho del territorio el respeto a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y el regreso de su Presidente, quien no había renunciado oficialmente a su cargo.

En paralelo a las manifestaciones populares, la 42 Brigada de Infantería Paracaidista del Ejército venezolano, con asiento en Maracay, estado Aragua, declaró su adhesión al orden constitucional y activó la Operación de Rescate de la Dignidad Nacional, a la que rápidamente se plegó la Guardia de Honor Presidencial con el Pueblo reunido en Miraflores.

Una vez fueron advertidos sobre el movimiento de las tropas y el Pueblo alrededor del palacio presidencial, los golpistas asustados emprendieron la huida de manera apresurada, su plan había fracasado, no contaban con la conciencia y lealtad de la que gozaba la Revolución Bolivariana, y no tenían previsto el nacimiento de la inquebrantable Unión Cívico-Militar.

Con todas las guarniciones pronunciadas en contra del golpe, y para evitar un magnicidio, las fuerzas bolivarianas lanzaron el primer mensaje a quienes retienen al Comandante en Chávez en La Orchila: “Devuelvan al señor Presidente sano y salvo antes de las 9: 00 de la noche o aténganse a las consecuencias”. Ya en este punto, el desmoronamiento del golpe que instaló a Carmona, “el breve”, era definitivo.

Al recuperar las instalaciones del Palacio de Miraflores, el entonces vicepresidente de la República, Diosdado Cabello, fue juramentado presidente provisional de Venezuela como lo establece el artículo 234 de la Constitución, que había sido mancillada por los conspiradores.

Finalmente, desde Puerto Cabello, una lancha patrullera y tres helicópteros con aproximadamente 90 efectivos, comandados por el general Alí Uzcátegui, partieron rumbo a La Orchila, logrando el éxito de la operación militar con un precedente en la historia mundial y latinoamericana al restaurar el orden democrático.

El golpe de Estado fue neutralizado por la unión cívico-militar, que recuperó el hilo constitucional con el regreso de Hugo Chávez. "Volvió, volvió, volvió"…