Carabobo ayer, hoy, mañana y siempre
Publicado: 22/06/2022 01:06 PM
Esta frase
por años ha sido y será recordada como un arrebato de alegría momentáneo del
Libertador Simón Bolívar, el día 23 de junio en las sábanas de Taguanes, en
medio de una arenga ante las tres divisiones del Ejército que se alistaban para
trabar combate un día después en Carabobo. La misma encierra y recoge los
anhelos de un pueblo que ya transitaba por una década de guerra en la lucha por
su emancipación y liberación definitiva del yugo español.
La llegada
de Bolívar a Carabobo, no fue por el azar de los tiempos; antes, la mitad de la
población había perdido la vida en búsqueda de la libertad y la otra aspiraba
correr la misma suerte.
El
Libertador había logrado despertar la pasión en las masas populares y éstas
habían encontrado sentido a la lucha emancipadora. De pueblo en pueblo se sumaban centenares de
combatientes para ir detrás de un liderazgo efervescente; pregonero y artífice
de la unidad. Una Nación entera estaba en guerra.
La guerra
se hacía larga y, para el logro de su más grande objetivo, faltaba la batalla
final.
Los
acontecimientos de San Félix el 11 de abril de 1817, le habían dado a la causa
Patriota la seguridad territorial, la logística, la economía, la navegación
mediante de una ruta con salida al atlántico y, con ello, una fortaleza sin
precedentes hasta el momento. El arrojo
y la firmeza de Piar habían batido en San Félix al bastión realista y con ello
se aseguró una muralla para los Patriotas.
Más tarde,
en febrero de 1819, tras la instalación del Congreso de Angostura, Bolívar con
su genio y visión, imparte un discurso que sentó las bases para la
consolidación de la Gran Colombia, en el cual insta a los legisladores a hacer
lectura de la Ley Fundamental para el nuevo destino de la República. Asimismo, puso a disposición de éstos su
mando y propone un modelo de Constitución y prefigura un sistema político
basado en la igualdad, la organización profunda de las instancias de poder, con
de carácter popular para combatir la opresión, la anarquía y la culpa. Propone
un sistema de Justicia social y funda en Poder Moral. En ese escenario es
ratificado su mando y ya se disipaban las dudas en torno a su indiscutible
liderazgo, se logra la unidad de mando para impulsar la expulsión total del
Imperio español de estas tierras. Allí funda Colombia.
Al llegar
el año 1820, la guerra aún seguía desarrollándose con una expresión creciente
de la violencia en todo el territorio. No es, sino hasta el Armisticio, en
noviembre de ese año, que Simón Bolívar firma en Santa Ana de Trujillo con
Pablo Morillo, un Tratado de Regularización de la guerra y es la primera vez
que Venezuela es reconocida como nación beligerante, dueña de su destino y
obliga a una potencia extranjera a acordar términos en los cuales sería llevado
a cabo el conflicto. Es decir, España
estaba reconociendo que no peleaba contra unos bandoleros, sino contra una
Nación organizada, con un jefe de Estado y con un ejército de liberación.
Es así cómo
antes de la Batalla de Carabobo, los hechos antes mencionados, sirven de
antesala para la batalla decisiva que se da el 24 de junio de 1821.
Durante muchos años Carabobo fue mostrada como una Batalla más, casi un hecho fortuito, ocultando con ello el plan maestro de campaña que, como nos explica el profesor Ángel García, en su libro "4 Etapas de una Batalla " realmente se trató de una asonada preconcebida y planeada por el Libertador años antes.
En ese
deliberado olvido nos ocultaron los métodos de organización, movilización,
logística y propaganda que uso Bolívar junto a este pueblo para emprender la
más grande empresa que pueblo alguno pueda atreverse a llevar adelante; una
guerra por la Independencia y la Libertad.
Al llegar a
Carabobo ya éramos una Nación organizada, con un gobierno con capacidad de
decisión, que iba consolidando territorios, que hacía leyes y que poseía un
Ejército organizado en tres grandes divisiones.
Los meses
previos a Carabobo se desarrollaron las maniobras de distracción o diversión que
Bolívar aplico para dividir y confundir a los realistas y llevarlos en
minusvalía a las sábanas de Carabobo.
En una hora
se despachó un combate que por años se pensó.
Allí se sumó el genio de Bolívar; la intrepidez de los llaneros con el
mando de Páez al frente; el arrojo y la valentía de Cedeño, Plaza, Farriar, el
Negro Primero y otros muchos que la Patria hoy honra.
Carabobo es
ayer lo que hoy somos y lo que seremos mañana, un Pueblo libre, indómito, que
resiste y lucha contra cualquier forma de opresión.
Carabobo es
el farol que alumbra estos suelos y que inspiró la liberación del Sur del
Continente.
Carabobo es
el eterno punto itinerante que nos obliga a seguir marchando por los caminos de
independencia y soberanía plenas.
Carabobo
nos pertenece a todos. No es solo un altar para venir cada año a rendir
honores, sino para la reflexión diaria que inspira siempre obrar en favor de
los intereses comunes de las y los venezolanos.
Carabobo es
este pueblo que hoy resiste y avanza ante las nuevas agresiones imperiales.
Carabobo
hoy inspira a no rendirse jamás.
Carabobo es
la Patria perenne.
Carabobo es
la Gloria eterna.
Carabobo es
la inspiración perpetua para siempre luchar por las causas justas.
Carabobo es
y será fuente de inspiración para lograr la prosperidad arrebatada en una
guerra injusta y desigual.
En Carabobo seguimos diciendo; MAÑANA Y SIEMPRE SEREIS INVICTOS...
JOSÉ ÁVILA