Chavistamente: Otro sí o sí que no fue

"Otra vez Guaidog pretendiendo valentía y heroicidad, balbuceando frases que dicen pero no dicen"
Con el Mazo Dando

Publicado: 20/11/2019 04:24 PM

16 N, otro día D. Otra vez la misma miasma: calle, calle y calle sin retorno. Esta vez –¡Oh, casualidad!- con referencias fresquitas, en pleno desarrollo, al golpe de estado en Bolivia, con autoproclamada cacería de indios, biblia, sangre y venganza. Se felicitaron mutuamente los autoproclamados y el de aquí, inspirado, declaró: Hagamos como en Bolivia, o sea, wow.

Otra vez los tuits que anuncian que las horas del chavismo están contadas. Otra vez el Comando Sur apuntando sus deseos de sangre hacia nuestras costas. Otra vez Pompeo, Pence y el suplente de suplente de Bolton, tuiteando amenazas que Trump no tuitea. Otra vez prediciendo una masacre que el gobierno de Nicolás Maduro no cometerá. Esta vez Bachelet, estilo pitoniza, denuncia, a futuro, la violación de derechos humanos en una protesta que no ha pasado, ignorando, eso sí, que en Bolivia, en pleno presente, el pueblo ha sido despojado de todos sus derechos a plomo vivo.

Otra vez Guaidog pretendiendo valentía y heroicidad, balbuceando frases que dicen pero no dicen. Con cara de dignidad se arrastra y dice que los gringos lo apoyan y que él asume su responsabilidad y espera que la gente también asuma la suya y haga lo que tiene que hacer. Y nadie sabe que es lo que tiene que hacer, pero no importa porque ahora sí; aunque “no hay soluciones mágicas”, o sea, que ahora no. 

Llegó el día y a los puntos de concentración, los clásicos puntos calientes guarimberos, no terminaba de llegar gente. ¿A dónde vamos? –preguntaban. ¡A Miraflores! –gritaba una doña que ondeaba una banderita de los U.S.A. Que a Miraflores vamos después, que primero vamos a Parque Cristal para ver si hay más gente, porque aquí en Santa Fé casi nadie quiso salir – dijo un gordo embutido en una franela anaranjada Voluntad Popular.

Y en grupos de cuatro gatos con banderitas de siete estrellas o de cincuenta, según sea el caso, partieron hacia Parque Cristal. Llegaron arrastrando los pies de decepción, calor y cansancio. Eran pocos y parió la abuela, una voz lúcida se levantó en forma de pancarta: “Guaidó estafador”, pero la lucidez en ese medio no es bienvenida y al preclaro opositor por poco lo linchan cual si fuera chavista.

La sociedad civil se exaspera. “Ahora y que Guaidog no viene para acá sino que tenemos que ir más allá, a la Torre Europa, y yo los pies ya no los aguanto” – refunfuñaba un señor con bermudas y zapatos de suela. “Yo solo espero que esta calle sin retorno termine antes de las 3, porque dejé el guiso de las hallacas fuera de la nevera, no se me vaya a poner piche” – Le contestó su esposa, que marchaba dos pasos más adelante.

Llegaron a la Torre Europa, los que llegaron, porque la sociedad civil no es de palo y esos olores de esos restaurantes: cebollín con mantequilla y finas hierbas; carne asada; langostinos a la plancha; cochino frito, para los más ordinarios… es que el este del Este, a esa hora, huele que da hambre.

¡Ahora sí que sí, llegó el hombre! ¿Qué dice que no se le entiende nada? Nunca se le entiende pero no importa, porque siempre dice “el cese de la usurpación”. Pero no dijo eso, sino que mandó a los pocos que quedaban a subir la empinada cuesta hacia la embajada de Bolivia “para que cantemos allá el Himno Nacional”. ¡Que vaya tu abuela! -gritó Gladys, harta de tanta demora, de tanta vuelta, de tanto no ir a Miraflores a tumbar a Maduro. Y así fue cómo la calle sin retorno retornó a su casa con otro fracaso a cuestas y esto es una gran victoria para el país. 

Puede que esto me dé mucha risa, pero lo que más me da es alivio, porque estoy segura de que algo feo planeaban y que ese algo feo –“en silencio habrá de ser”– fue desarmado el gobierno. Porque no es posible que se mojen oootra vez las fichas grandes del tablero: los altos voceros de la Casa Blanca, El Comando Sur, la Comisionada de la ONU, prediciendo violencia de Estado y advirtiendo al gobierno de sus consecuencias, ya saben, el falso positivo que permita la instauración de la democracia que imponen los gringos a balazos. La persecución y la muerte. Bolivia en Venezuela, como decía el títere balbuceante en su convocatoria. No puede ser que se mojen así nada más que para hacer el ridículo.

Y algo de eso hubo porque Voluntad Popular, huyendo hacia adelante, denunció hoy que “un grupo armado no identificado quería implicar al partido con un plan violento”. ¡Mira tú! 

Fracasaron sí, pero seguirán los intentos, porque siempre habrá imbéciles que crean que lo que pasa en Bolivia es bueno, que es bueno cazar gente que piense distinto, es bueno torturarlos en plazas públicas, saquear sus casas, secuestrar a sus hijos, es bueno matarlos, es bueno arrasar a un pueblo entero si ese pueblo no piensa como El Pentágono quiere que piense. 

Pero no será fácil porque con tantos frentes abiertos es tan fácil que se les enrede el yoyo: el lunes, intentado revivir el calle, calle y más calle, salieron 30 guaidoliebers a caerse a empujones con unos policías en la avenida Libertador. “Brutal represión” –gritaban por las redes con el videíto de la empujadera. Retuit, retuit, mientras en esas mismas redes se desbordan los muertos, heridos y violaciones de todo tipo en manos de los Carabineros en Chile y de la fuerzas armadas y la policía en Bolivia; violadores de derechos humanos con las manos en la masa, que estos mismos demócratas guaidoseros admiran, aplauden y sueñan.

Sigan soñando, que nosotros seguiremos venciendo.

CAROLA CHÁVEZ

@tongorocho


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