¿Cómo inició la internacional fascista en Latinoamérica?

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La iglesia católica alemana admitió su complicidad en la expasión del nazismo en América Latina
Enlace judío

Publicado: 11/10/2024 05:59 PM

El fascismo en Latinoamérica surgió a partir de la puesta en práctica de los estudios europeos realizados por el Ministerio Imperial para la Ilustración Popular y Propaganda que dirigía Goebbles y cuyo objetivo era propagar el pensamiento nazi, no sólo en Alemania, sino también fuera de sus fronteras, donde la División Extranjera del Partido Nacionalsocialista Alemán servía para impulsar esa ideología en el mundo.

Mientras que en América del Norte los simpatizantes nazis se reducían a grupos de influencia económica, como Henry Ford, quien escribió un libro llamado El judío internacional, en el que mostró su antisemitismo y fue condecorado por los nazis en 1938. En la misma época, en América Latina nacían partidos nazis en Argentina (7 de agosto de 1931), Paraguay (20 de agosto de 1931) y Brasil (5 de octubre de 1931), todos ellos con contacto directo con el Partido Nacional Socialista Alemán.

El investigador Diego González Porras desarrolló un trabajo llamado "Fascistas de Latinoamérica en los años 30", publicado en los Cuadernos de Urgencia por el Centro para la Descolonización,  en el que explicó que "siempre que se busca un ejemplo de fascismo en América Latina aparece el Chile de Pinochet, aquel dictador que, en conjunto con los EEUU, orquestó el golpe de Estado contra el presidente Salvador Allende y destruyó todo el proyecto revolucionario que se había construido en Chile, antes de eso siempre estuvo gobernado por tecnócratas, que gestionaban el país cual si fuese una empresa privada".

Sin embargo, poco se dice del nacimiento del fascismo en América Latina desde antes de aquellos fatídicos años del Plan Cóndor, en el que la izquierda fue perseguida en cada rincón del continente por los gobiernos autoritarios. Para explicar mejor este punto, traemos algunos ejemplos que desarrollaremos en adelante.

También comentó el investigador, González Porras, que "en Brasil, en la ciudad de São Paulo, el 7 de octubre de 1932 se creó oficialmente la Acción Integralista Brasileira (AIB), un grupo político cuyo propósito era llegar a ser un gran movimiento nacional. Liderado por Plínio Salgado, llamado por sus seguidores 'Chief' (jefe), él poseía un discurso sólido con una nítida base cristiana, que trataba de canalizar hacia la acción política las angustias y los temores de los sectores sociales medios, en la medida en que había sido concebido como instrumento para su incorporación al proceso político. Desde su fundación experimentó un rápido crecimiento que se prolongó hasta su disolución por parte del Estado Novo brasileño, en noviembre de 1937".

En tanto, en Bolivia, surgió la Falange Socialista Boliviana (FSB), que es una agrupación fascista y reaccionaria que tenía como lema “Dios, Patria y Hogar”, se erigió como  una copia de la Falange Española de Franco. Esta organización aspiró a la reorganización del ejército para proteger las tierras de los terratenientes. Creen en el culto de la violencia y de la fuerza, pese a que encubren su naturaleza íntima con frases sobre libertad, democracia, la recuperación nacional con la gente de bien del país.

La FSB es un movimiento que se identifica abiertamente con el fascismo italiano y el falangismo español, y que además, tiene su principal fuerza entre los jóvenes de clase media alta y que luego de la Revolución de 1952, se unieron antiguos latifundistas y miembros de las élites bolivianas. Tuvo una importante presencia en La Paz y ahora, dominan principalmente en Santa Cruz.

Los cristeros mexicanos

De la misma manera, en México se creó la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa, que fue fundada en 1925 antes de la Guerra Cristera, fue la que enfrentó al gobierno mejicano durante ese período y se mantuvo activa hasta 1933.

Para contextualizar un poco, utilizando el catolicismo para insertar el fascismo en los Pueblos, hemos visto como ejemplo de ello lo que se conoce en la historia mexicana, como la Guerra Cristera (de Cristo), llamada también Rebelión Cristera, Guerra de los Cristeros o Cristiada, a un conflicto armado que tuvo lugar entre 1926 y 1929.

El portal llamado Concepto publicó una investigación en la que detalló que "los cristeros se enfrentaron al gobierno y al ejército mejicano junto con las milicias católicas que rechazaban las recientes medidas liberales del presidente Plutarco Elías Calles (1877-1945), principalmente en contra de la Ley Calles, que imponía restricciones a la influencia de la Iglesia católica. Este conflicto se insertó en las numerosas tensiones posteriores a la Revolución Mejicana entre los sectores conservadores, de tendencia religiosa y los sectores liberales generalmente anticlericales de la sociedad".

Fue entonces como a partir de ahí se comenzó a expandir el nazismo, promoviendo ideas que van en contra del desarrollo de la convivencia en paz de los Pueblos originarios y que aún pretenden llenar de violencia la región, bajo el manto de las ideas nacionalistas instauradas por la "gente decente" (que excluye a indígenas, afrodescendientes y pobres) de la sociedad latinoamericana. 

 

AMELYREN BASABE / REDACCIÓN MAZO

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