EL CARACAZO Hace 40 años (27 febrero - 11 de marzo 1989)

Publicado: 01/03/2023 10:00 PM

Síntesis editorial y diagnóstico de la revista SIC - Nº 513 – abril 1983

Gloria al Bravo Pueblo:

    • “Así comienza nuestro himno nacional como memoria histórica de quien pocos reconocen como el sujeto del proceso emancipador venezolano… así titulamos este número de SIC destinado a analizar los sucesos ocurridos en Venezuela entre el 27 de febrero y los primeros días de marzo de 1989…”.

    • En este número de SIC presentamos un análisis “en caliente” de los sucesos que hemos vivido entre el 27 de febrero y el 11 de marzo. Intentamos en primer lugar, una visión global de los hechos, avalados por testimonios vividos. Luego un primer análisis político… del paquete económico de Carlos Andrés Pérez.

    • Consideramos que es evidente la tarea de organización civil del pueblo orientada hacia la transformación estructural de las relaciones de poder, lo cual significa la limitación del poder detentado por las élites.

    • Para los enemigos de esta transformación democrática de la sociedad venezolana nuestra propuesta es considerada como subversión, o al menos propaganda subversiva.

    • Queremos responderles tajantemente que la verdadera subversión  de la democracia la impulsan quienes subestiman al pueblo y lo marginan económica, social y políticamente hasta obligarlo a estallar.

    • Nuestra democracia, inaugurada en 1958, se caracteriza precisamente por estar fundada en un pacto entre élites económicas, políticas, religiosas y militares. El pueblo ha sido más objeto que sujeto de las decisiones sociales de estas élites aliadas… hasta que las diferencias en la distribución de las riquezas se hicieran escandalosas...

    • El pueblo venezolano que se lanzó, sin distinciones, a las calles, se expresó en el único lenguaje que le han dejado las élites… No quedaba más remedio que el estallido social como expresión afirmativa de la existencia del pueblo y como gesto desgarrado de hacerse tomar en cuenta  y participar en las reglas de juego de la Venezuela post rentista…

    • A la violencia irracional que se ejerce sobre el pueblo con la excusa de los ajustes económicos “necesarios”…la gente reaccionó con una explosión social cuya violencia también fue irracional…” 

¿Qué fue lo que pasó? – Arturo Sosa Abascal, s.j.

    • Pasó que una vez más el pueblo fue el protagonista de la historia venezolana en los hechos ocurridos entre el 27 de febrero y el 11 de marzo. La primera fase de esta explosión social fue masiva y extensa.

    • Contra el acaparamiento: El pueblo se extendió como una onda expansiva que penetró abastos y supermercados, encontrando en sus depósitos los productos que durante anteriores semanas sus dueños negaban, esperando el alza de los precios.

    • Mientras en Nueva York, Miguel Rodríguez, firmaba un memorándum de entendimiento con el Fondo Monetario Internacional, vinieron las restricciones de las garantías constitucionales y el toque de queda.

    • Una bomba muy poderosa, de tiempo, fue poco a poco instalada por esta situación de injusticia estructural.

    • La mecha a esta bomba se la puso el actual gobierno… la política económica anunciada desde antes de la toma de posesión, la contradicción entre el llamado al sacrificio de las mayorías y la ostentación de la élite política y económica, pusieron a la bomba una mecha de alta sensibilidad. 

    • El miope acaparamiento de los comerciantes en la espera de engordar precios, impulsó la primera fase de las masas populares trajinando día y noche los productos que le eran normalmente inaccesibles.

    • Algunos pequeños comerciantes abrieron sus puertas por iniciativa propia para que la gente se llevará la comida, sin destruir el local y, si eran estimados por la gente, por su honradez y actitud solidaria, fueron respetados.

    • De esta poderosa explosión social no hay que quedarse en lo anecdótico o en la perplejidad. En ella hay un mensaje del pueblo a los poderes dominantes. 

    • Las clases dominantes se olvidaron de la gente… y la utilizan como objeto político a la hora de sus campañas electorales.

    • Pero no la consideran como sujeto a la hora de mejorarle sus condiciones de vida y preguntarle su opinión.

    • Cuando se toman medidas económicas tan drásticas, esa Venezuela que “Somos todos”, se limita a los de abajo, mientras los de arriba no son afectados, sino que mejoran su condición relativa. Esto generó una energía de alta tensión social, altamente inflamable. 

    • Durante la tercera fase de esta rebelión popular el gobierno de Carlos Andrés Pérez decretó un “estado de sitio”. Al ministro de Relaciones Interiores, Alejandro Izaguirre, le da un soponcio delante de las cámaras. El gobierno entrega a las Fuerzas Armadas y a los cuerpos policiales la responsabilidad de restituir el orden público.

    • Dentro de los cuerpos policiales se desató una dinámica represiva. Allanamientos injustificados, detenciones arbitrarias, humillación a las personas y hasta apropiación rapaz de bienes y dinero encontrado en esas casas.

    • El operativo para rescatar las mercancías sacadas de los establecimientos comerciales se convirtió, en muchos casos,  en un acto de abuso policial por parte de funcionarios. 

    • En esta fase los policías metropolitanos, entre el cansancio y la perplejidad, y desbordados por la situación actuaron a lo loco, disparando a diestra y siniestra para tratar de amainar los saqueos incontrolables, con una fuerte dosis de violencia destructiva.

    • La DISIP se aprovechó de la situación para montarle cacería selectiva a individuos identificados como subversivos. 

    • Con las garantías suspendidas, la PM, la DISIP y la PTJ actuaron con mayor margen de abusos posibles, que dio pie a graves injusticias contra la gente indefensa.

    • El Ministerio de Relaciones Interiores y demás ministerios vinculados a la función política del Estado no tuvieron la capacidad de percibir que estaban dadas las condiciones para la explosión social, y mucho menos se percataron de que se iba a dar el estallido.

    • El status quo político y las élites empresariales se dejaron llevar por la convicción de un país dispuesto a firmarle una carta en blanco para cualquier medida que tomase el líder presidente recién electo. 

REDACCIÓN MAZO

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