Publicado: 21/08/2024 09:00 PM

(Panorama, 31 de agosto 1985 + Diario de Caracas, 02 de mayo1986)

• El 7 de agosto de de 1985, fue desaparecido el menor de edad Rafael Antonio “Macho” González, de 15 años. Este joven sufrió el mismo destino de muchos otros, quienes bajo custodia policial fueron víctimas de las ejecuciones extrajudiciales en el estado Zulia cuando era gobernador Omar Barboza.
• Para sabotear las investigaciones, los jueces mandaron a sellar los pozos y demoler las paredes donde se habían practicado los fusilamientos. Se persiguieron testigos, se amenazó de muerte a periodistas, se encarcelaron los investigadores privados y se ordenó la suspensión de toda publicación de prensa al respecto.
• Sin embargo, su cuerpo apareció dos años después en una finca, a 45 minutos de La Cañada. Se pudo comprobar que el joven fue ajusticiado, el mismo día de su secuestro, de un disparo en la nuca efectuado por un empleado de la finca en presencia de los funcionarios policiales que lo detuvieron.
• Cuando comenzaron a aparecer las osamentas en distintos pozos de la muerte, el entonces gobernador del edo. Zulia, Omar Barboza, insistió en su predicamento de que se trataba de “huesos de cabeza de vaca depositados por los mataderos”.
• Cuando los médicos forenses determinaron que no se trataba de “huesos de vaca”, sino de restos humanos con menos de seis meses de fallecidos, el entonces Director de la PTJ, Pedro Torres Agudo, insistió en otra falaz versión de que se trataba de osamentas con más de 10 años de inhumación.
• Las investigaciones pudieron continuar gracias a la insistencia de su madre Olivia de González, y del diputado a la Asamblea Legislativa por el Movimiento al Socialismo (MAS), Luis Homez, producto de las cuales fueron localizados los restos de otras cinco víctimas de los abusos policiales desaparecidas dentro de los pozos en iguales circunstancias.

REDACCIÓN MAZO