Publicado: 16/05/2020 10:58 AM
Algunas Verdades sobre las Falsedades
Convirtieron
las “fake news” en artillería diaria contra las luchas emancipadoras.
Contra el
novedosísimo profesado en algunos marsupios academicistas, hay que repetir que
las “fake news”, y su placenta la “pos-verdad”, nada tienen de “nuevas” en la
añeja historia de engañar a los pueblos con premeditación, alevosía y ventaja.
Y hay que repetirlo mil veces, no sea que alguno ya acaricie la idea de recibir
premios por “hallazgos científicos” equivalentes a cambiarle de nombre al mismo
verdugo ideológico que habita en las entrañas el capitalismo. Aunque los
sabihondos publiquen libros, “papers” o artículos muy laureados entre ellos
mismos.
En nada se
ha empeñado más la ideología dominante (falsa consciencia) que en esconder la
lucha de clases; en hacer invisible el hurto del opresor sobre el producto del
trabajo y sobre las riquezas naturales. Esconder, cueste lo que cueste, las
miles de trampas, crímenes y torturas pergeñadas para que los trabajadores -y
nuestra prole- jamás nos percatemos de la emboscada en que vivimos, generación
tras generación. Y, todo eso, salseado con retahílas de valores “éticos” y
“morales” (jueces, iglesias, preceptores y gurúes) para defender la “propiedad
privada” de los amos y su “derecho supremo” a mantener, bajo sus botas, el
pescuezo y el cerebro de los oprimidos. Con toda la tecnología imaginable en
sus manos, con todo género de modelos narrativos de masas… desde el
confesionario hasta el futbol. La verdadera historia de un sistema de
explotación ocultada con falsedades.
En la
historia de la prensa burguesa está claro el desarrollo minucioso del sistema
de falacias que acompaña la acumulación del capital y el despojo de quien no
cuenta más que con su fuerza de trabajo para alimentar a su prole. En esa
prensa se nota la falsificación de la realidad detrás de los relatos que, para
hacerse creíbles, se disfrazaban de “doctos”, “técnicos”, “profesorales”… y
fueron capaces de ir tejiendo una red amplia de contención que, además de
mentir, facultó la proliferación de falacias inmunizadas contra el rigor de la
comprobación. Es decir, fabricaron la enfermedad de la “fe mediática” por
encima de los hechos. Suprimieron el rigor de la evidencia para imponer el
fanatismo de la calumnia con “prestigio”. Marx lo vivió muy de cerca.
Esa catarata
de falacias que vemos hoy desplegarse como parte del paisaje ideológico
dominante, es un modelo de distorsión alambicado y perfeccionado (también) por
catervas de intelectuales, académicos y científicos serviles al modelo de
engaño que la burguesía necesita, diariamente, para darse sobrevida. En los
cenáculos de esos “notables” se porhijan vocabularios y tipologías para
rastrear minuciosamente los efectos de las falacias que van feneciendo, para
asesorar en la producción de “novedades” capaces de ratificar, profundizar o
ensanchar engaños “exitosos”. Nada nuevo. En el “top ten” de las falacias
burguesas tenemos, por ejemplo (lista fabricada “al vuelo”): 1) USA ganó la
Segunda Guerra Mundial. 2) Hay “Armas de Destrucción Masiva en Irak”. 3) El
“Fin de la Historia” y el paraíso de la “economía de mercado”. 4) La portada
del Diario el País de España sobre la muerte de Hugo Chávez. 5) La niña Frida-Sofía
inventada por TELEVISA de México. 6) Todo el affaire contra Julián Assange. 7)
El apoyo del Papa a Donald Trump. 8) Los médicos cubanos son espías según la
prensa oligarca argentina. 9.) China fabricó el coronavirus. 10) La economía
colapsa por el COVID-19.
Detrás de
cada falacia producida en las entrañas de la ideología dominante, están los
intereses mercantiles más perversos en la historia de la humanidad. Eso también
ha roto sus propios límites y se ha perfeccionado. El nivel de las mentiras también
exige perfeccionar a sus mentirosos y por eso se los entrena en la producción y
en la distribución de falacias. Algunos, mercenarios de la falsedad, están
dispuestos a ir siempre más lejos y soy capaces de arreglar cualquier escena o
texto para halagar a sus amos y sentirse “lideres de opinión farsante”. Anhelan
liderar la agenda de las mentiras y hacer de eso un negocio suculento. Tal cual
el grupo Clarín, BBC, CNN, TELEVISA, TV AZTECA… y toda la mafia del Plan Cóndor
Mediático que opera en Latinoamérica y en el mundo entero. Donde hay bases
miliares hay bases mediáticas. Son 8 los dueños del 90% de los “mass media”
mundiales.
Convirtieron
las falacias en artillería diaria contra la inteligencia popular y contra las
luchas emancipadoras. Y por eso, esto no es un problema de “comunicación”, como
se empeñan en hacernos creer algunos sicarios de la academia. Esto es un
problema de economía y de Seguridad Nacional. Es una Guerra de Información (o
desfiguración de la realidad) que tiene raíces y consecuencias terribles por
las que estamos pagando “precios” excesivamente altos. No debemos enfrentar
esta Guerra sólo con las “armas de la crítica”. Es necesario desplegar un mapa
de acciones que nos permita, al tiempo de desarmar el “campo minado” con “fake
news”, caso por caso; desmontar las fabricas de producción, su lógica de
producción y sus sistemas de distribución. Exhibir su base económica
sistemáticamente. Y eso requiere de organización teórica y metodológica.
Requiere formación política humanista dispuesta a impedir el predominio del
capital sobre los seres humanos.
No
permitamos el reduccionismo de los “expertos” que pretenden anestesiarnos con
teorías semióticas contemplativas o con estadísticas de cuño burocrático, que
es el único idioma del burocratismo y del reformismo. La lucha contra las
falacias informativas, y contra toda falacia, es parte de la lucha por la
emancipación de la clase oprimida ante las canalladas económicas e ideológicas
de la clase opresora. Urge impedir que la distorsión de la realidad, producida
cotidianamente con las armas de guerra ideológica del capital, pero sólo podrá
impedirse con las armas de la ciencia emancipada y emancipadora en manos de los
pueblos. Y no hay tiempo que perder. Las próximas falacias ya están en el horno
de los “mass media” y serán servidos temprano durante el desayuno. ¿Qué
hacemos? La verdad es siempre Revolucionaria.
FERNANDO BUEN ABAD DOMÍMGUEZ
@FBuenAbad