Guerra por las mascarillas: Las “bondades del libre mercado”
Publicado: 24/11/2020 11:59 AM
Justo cuando Occidente enfrenta una segunda oleada de
COVID-19, muchas clínicas y hospitales temen que suceda lo mismo que a
principio de año cuando las cadenas de suministro colapsaron al principio de la
pandemia.
Son recientes los reportes donde se revela que los centros
de salud en Estados Unidos y Europa, incluso agencias federales, mostraron
desesperación porque el mercado de insumos fue canibalizado por una agresiva
competencia.
La revelación: La experiencia de Baystate Health, en
Springfield (EE.UU.), fue recientemente publicada en el New York Times (NYT).
Su gerente general reveló que se vieron obligados a recurrir a empresarios de
baja reputación después de que el distribuidor corporativo del que dependía se
quedó sin las mascarillas N95.
Los directivos de Baystate Health, comentaron que en varias
ocasiones “el gobierno federal sería el actor más temido en ese mercado,
actuando no en calidad de supervisor, sino como el comprador más poderoso y
agente perturbador”.
Datos: Estadísticamente, Estados Unidos había medido la
cantidad de mascarillas que necesitaría para enfrentar un contexto de pandemia:
3500 millones de N95 para sus trabajadores de cuidados de salud y trabajadores
médicos de emergencia. Pero cuando los casos de COVID-19 se dispararon, en las
reservas del gobierno sólo había el 10% de esa cantidad.
El NYT también explica que, durante el gobierno de Bill
Clinton, en Estados Unidos se creó la Reserva Estratégica Nacional (SNS), que
desde entonces almacenaba enormes cantidades de equipos de protección personal,
ventiladores, vacunas y medicinas.
“Con el tiempo, la Reserva Estratégica Nacional se convirtió
en una cadena de almacenes estratégicamente situados cerca de los centros de
transporte, preabastecidos con palés de 50 toneladas de suministros que podían
ser entregados en cualquier lugar de la nación en 12 horas”.
Detalles: Cuando el sistema de salud estadounidense comenzó
a ser rebasado por la pandemia, todas las reservas se agotaron en tiempo récord
y las cantidades de artículos médicos que se suponía estaban previstos para
sortear la crisis no era real.
El efecto de la pandemia impactó de tal manera el mercado de
suministros que, a principios de mayo, el departamento de Seguridad Nacional
(DHS) abrió 370 casos y arrestó a 11 personas por fraude con mascarillas.
Steve Francis, agente especial de una división de
investigación del DHS, dijo que el mercado ilícito de equipos de protección
personal era tan rentable que algunas organizaciones criminales transnacionales
pasaron del contrabando de seres humanos y narcóticos al traslado de
mascarillas.
Por qué es importante: Estas revelaciones que hoy podrían
sonar anecdóticas en comparación con la realidad que enfrentaron muchas otras
naciones, dejan en evidencia la cara más cruda del sistema capitalista y a sus
defensores. La guerra por las mascarillas enfrentó a varios gobiernos y cada
vencedor que lograba hacerse con el “botín”, ignoraba acuerdos económicos e
imponía nuevas reglas de “libre mercado” por encima de la vida millones de
personas.
Las cifras de muertes por coronavirus en los Estados Unidos también reflejan la consecuencia de la disputa por acaparar insumos justo cuando la gripe más temida del 2020 comenzaba a impactar también al personal de salud. A la fecha, más de 900 de ellos han muerto por causa del COVID-19 en ese país según Kaiser Health News.