Publicado: 13/09/2023 10:00 PM

41.154 personas fueron torturadas, fusiladas y/o desaparecidas en los 17 años de la dictadura de Augusto Pinochet. De ellas 3.200 fueron ejecutadas en los primeros días del golpe y más de 2 mil aún están desaparecidas.

El exembajador de los EE.UU. en Chile, Edward Korry, reveló que la Casa Blanca gastó fortunas para impedir que Salvador Allende llegará al poder en las elecciones de 1970.

El golpe de Estado contra Salvador Allende comenzó durante el proceso electoral que lo llevaría a la presidencia. 

La primera acción de la CIA para impedir la juramentación de Allende como presidente electo, fue el asesinato de su más asiduo colaborador, el General demócrata René Schneider. Este fue secuestrado por los generales Roberto Viaux y Camilo Valenzuela, quienes habían sido pagados por la CIA. Finalmente Schneider fue asesinado el 22 de octubre de 1970.

Tan pronto como Salvador Allende asumió la presidencia fue declarado por la I.T.T y la CIA como: “Una amenaza real para el hemisferio”.

 Richard Nixon ordenó al jefe de la CIA, Richard Helms: “hacer crujir la economía chilena. No hay que preocuparse por los riesgos que esto implica…10 millones de dólares disponibles, más si fuera necesario…para hacer estallar a Allende.”

Antes, ya la administración Nixon había entregado al contendor Social Cristiano Eduardo Frei U$D 3 millones para obstaculizar el ascenso del socialismo al poder. 

La empresa  transnacional International Telephone and Telegraph Corporation (I.T.T.) financió a Frei con U$D 17 millones. Esta se encargaría luego de redactar el Manual Secreto  de Golpe de Estado, que sirvió de guía para las acciones de sabotaje, paros de transporte, huelgas, patronales, obstaculización de vías (guarimbas), asesinatos de oficiales del ejército constitucionalistas, y como punto final el derrocamiento del presidente legítimamente electo.

El palangrista supremo de la prensa chilena, Agustín Edwards Eastman, propietario de “El Mercurio”, durante una visita a Washington, fue quien dio a Richard Nixon las coordenadas para estrangular la economía chilena, y enviar a los 40 mejores agentes de la CIA para comenzar “el bloqueo invisible”  contra el  gobierno de la Unidad Popular allendista.

Para coordinar la ofensiva comunicacional Edwards instaló una red de periodistas y editores, pagados por la CIA, encargados de difamar y sembrar el terror psicológico que preparo el escenario para el golpe de Estado.

Para la nómina de “El Mercurio” Agustín Edwards recibió U$D 2 millones. Para el resto de los periódicos, canales de televisión y emisoras de radio, Nixon aprobó un desembolso de U$D 700 mil y posteriormente U$D 950 mil.

La caja chica de Agustín Edwards, también enriquecida por el apoyo financiero de la I.T.T. convirtieron a “El Mercurio”, en el principal agente de la CIA y en el mejor agitador del golpe.

“Agustín”, como era cariñosamente llamado por Henry Kissinger, posteriormente se convirtió en el principal apologista y áulico colaborador de la dictadura militar de Augusto Pinochet.

Agustín Edwards Eastman no solo participó en las reuniones con Nixon, Kissinger y Helms en la Casa Blanca para demoler la democracia más antigua del continente, sino que durante las horas del 11/9 cuando celebró la muerte de Salvador Allende con “champán francés” en el restaurante “Vía Veneto” de Barcelona-España.

Los allí presentes narran como, eufórico de triunfalismo, brindó por el incendio del Palacio de la Moneda y expresó: “Mi amigo el Almirante Merino se ha hecho cargo de la situación, pidan lo que quieran, cualquier cosa que precisen él es amigo mío.”

Según hallazgos recientemente revelados por el periodista e investigador Ernesto Villegas, Salvador Allende es sobrino bisnieto de Ramón Allende Garcés, compañero de armas del Libertador Simón Bolívar. Éste peleó bajo sus órdenes en la Batalla de Carabobo y Boyacá. Bolívar en esos lances lo elogió como “la mejor lanza del ejército patriota”. 

REDACCIÓN MAZO