Las masacres de Yumare II (El Nacional, 9 de mayo de 1986)

Publicado: 11/05/2022 10:30 PM

Armados de ideas y libros, los jóvenes se reunieron en las inmediaciones del sector Barlovento, caserío La Vaca, del estado Yaracuy, para planificar la formación de un Frente de Lucha Social que se denominaría 5 de Julio, inspirado en el rescate de la memoria de Simón Bolívar y bajo los términos de una vertiente propia del  pensamiento bolivariano que ellos denominaron “Corriente Histórico Social “.

Desprevenidos de que estaban infiltrados fueron  llevados al matadero de Yumare, por cuatro ex Bandera Roja, agentes encubiertos de la DISIP: los hermanos Rabanales, Rafael Antonio Rojas y Bergenis Beraciarte. Cuatro años antes habían hecho el mismo trabajo sucio de delación con los jóvenes asesinados en la Masacre de Cantaura. 

Tanto los testigos, como los exámenes forenses, arrojan que los uniformes con que se vistieron los cadáveres no tenían perforaciones de bala. No obstante, si se encontraron perforaciones y rasgos de machetazos en los cadáveres e indumentaria que vestían los ajusticiados antes de ser fusilados. 

Todo esto que indica que los funcionarios de la DISIP intentaban simular un hecho punible, mediante la  fabricación de un falso positivo militar y comunicacional cuyo propósito era el de engañar a la opinión pública con la puesta en escena de un enfrentamiento armado entre guerrilleros y cuerpos de seguridad del Estado.  La jurisdicción militar se encargaría de burlar las pruebas, juzgando solamente a los fusilados, sin testigos sobrevivientes (Luis Machado, Rodolfo Silva y Yhony Ríos), sin protocolos de autopsia ni convocatoria a rendir declaratoria de los agentes policiales  involucrados.

REDACCIÓN MAZO

Comparte esta noticia: