MASACRADOS 16 INDIGENAS YANOMAMIS EN LA AMAZONÍA VENEZOLANA (2001, septiembre 1993)
Publicado: 27/09/2023 09:00 PM
En septiembre de 1993, el cineasta Carlos Azpurua denunció conjuntamente con familiares de las víctimas, la Masacre de Hixamú. La cual fue perpetrada un mes antes por traficantes dedicados a la extracción ilegal de minerales preciosos y la comercialización de fauna silvestre en la frontera con Brasil.
Fue gracias a esta denuncia que quedó comprobado que la matanza de 16 indios yanomamis se produjo en territorio venezolano.
La masacre cometida a manos de “garimpeiros” tuvo como finalidad hacer desaparecer al único obstáculo que tenían para ingresar clandestinamente a la amazonia nacional y poder robar a sus anchas todos los tesoros naturales.
Las autoridades venezolanas no avanzaron en las investigaciones hasta que el diputado Carlos Azpurua y otros luchadores sociales denunciaron el genocidio de mujeres, ancianos y niños yanomamis en nuestro territorio.
Al cumplirse 30 años de este crimen, familiares de las víctimas han denunciado en reiteradas oportunidades la complicidad existente entre mineros ilegales y altas autoridades políticas en Caracas.
En esa ocasión, se pretendió ocultar, entre otras cosas, la presencia en la zona de una fundación “sin fines de lucro” (FUNDAFACI) presidida por Cecilia Matos, detrás de cuyos fines filantrópicos para proteger a las etnias de los estados Amazonas, Bolívar y Delta Amacuro, se ocultaba su verdadero objetivo: el saqueo de especies de fauna silvestre exótica de alto valor en los mercados internacionales y el tráfico de oro.
Adicionalmente, el 14 de septiembre de 1993, el Cap. (AV) Luis Manuel Jatar, declaró para el diario El Mundo desde Lima, Perú: “En ese entonces yo era piloto de los helicópteros Super Puma (AV); realicé varios vuelos a diferentes lugares del Amazonas cerca de la frontera con Brasil. Quien comandaba el grupo era Charles Brewer Carías, Cecilia Matos y un grupo de gringos…; cuando llegábamos a esas poblaciones nunca antes contactadas por el hombre de la civilización me daba con la sorpresa que la mayoría de esos indígenas hablaban portugués, y la gran cantidad de aves exóticas, tales como paují (en extinción), guacamayas, etc… Generalmente en cada vuelo se llevaban una gran cantidad de estos animales. Pero lo más curioso eran unas cajas metálicas herméticamente cerradas, que no podían ser revisadas… Esas cajas salieron del país debidamente selladas con destino a los EEUU”.
Estas incursiones aéreas a la frontera del estado Amazonas fueron ordenadas por la Presidencia de la República. En la comitiva, encabezada por Cecilia Matos, siempre estaba presente un señor llamado Napoleón Channong, quien junto con un grupo de exploradores gringos decía representar a una prestigiosa universidad norteamericana.
La cuenca del río Amazonas es el pulmón natural más grande que tiene la humanidad. De sus selvas y afluyentes se desprende el 50% del oxígeno de todo el planeta. De esa octava maravilla de la humanidad a Venezuela le pertenecen 117.617 Km2, los cuales están geográficamente cartografiados.
No obstante, esta gigantesca fábrica de oxígeno y agua, la cual contiene la más grande Reserva de Biósfera del mundo, es un ecosistema de alta fragilidad asentado sobre suelos ácidos que hacen inviable cualquier plan de deforestación y reforestación de sus selvas.
En algunos textos de educación media y superior gringos, la Selva Amazónica aparece en el listado de “Global Goods” (Bienes Globales), enmarcados dentro del sistema de espacios vitales “sin fronteras” que pueden ser depredados por la voracidad neoliberal y por ende considerados como suyos por USA.
REDACCIÓN MAZO