¿Qué pasaría con la economía si gana la oposición? (2)

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¿Quiénes perdieron Monómeros y CITGO?
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Publicado: 27/07/2024 06:00 PM

En esta oportunidad realizamos una revisión detallada de algunos de los planteamientos que en el área económica María Corina Machado describe en el plan de gobierno Venezuela Tierra de Gracia. Es importante insistir con que dicho plan no es presentado por el candidato Edmundo González, quien es el representante electoral inscrito para las elecciones presidenciales 2024.

En primer lugar, se presenta un plan a mediano plazo en el que propone una estabilización de la situación macroeconómica, y que para lograrla, plantea en su página 22,  la “reinserción en las corrientes de flujos de inversión y comercio globales. Diálogo con los organismos multilaterales para la implementación de reformas estructurales de corto y mediano plazo para consolidar la estabilidad macroeconómica y potenciar un crecimiento sostenible; la reestructuración de la deuda externa; y la reinserción de Venezuela en los mercados financieros internacionales”. Aquí podemos detenernos a evaluar el discurso, porque los flujos de inversión y las relaciones comerciales de Venezuela con el resto del mundo, se encontraban en un crecimiento sostenido hasta que en 2014 comenzaron a aplicarnos sanciones y bloqueo económico de manera unilateral, solicitadas por la oposición venezolana, y entre ellos, la señora María Corina Machado; hablamos entonces de arreglar el daño que ellos mismos produjeron.

Más adelante, plantea que para el área fiscal, “es necesario el rescate de la infraestructura pública en electricidad, agua y saneamiento, transporte, salud y educación, con el fin de mejorar la calidad de vida de la población y relanzar la actividad económica sobre bases sostenibles y la generación de puestos de trabajo bien remunerados. Se optimizará el tamaño del Estado, para minimizar el déficit fiscal y evitar presiones inflacionarias. Una vez reestructurada la deuda externa, se aprobará una regla fiscal con el fin de asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas en el largo plazo. Se simplificará el sistema tributario, haciéndolo más eficiente y transparente. Asimismo, se reducirán los procesos y trámites burocráticos que impiden la formalización de actividades productivas de todo tipo de empresas del sector privado”.

El párrafo anterior mezcla varias áreas de la economía, incluso contradice en sí mismo el sentido de una política fiscal de un país con ingresos petroleros. No se puede prometer la reducción del tamaño del Estado y al mismo tiempo hablar de relanzamiento de la actividad económica y la generación de puestos de trabajo bien remunerados; es decir, una ola de despidos masivos y a su vez generar empleos; sobre todo cuando no se tiene clara la cantidad de ingresos con los que se cuenta, considerando que se pidieron bloqueos y sanciones para que éstos fueran cada vez menores.

De la misma manera, plantea en su plan de gobierno que “se enfrentará la crisis de deuda pública acordando con los organismos multilaterales y los acreedores de la Nación condiciones de pago consistentes con los requerimientos de estabilizar la economía y sentar las bases de crecimiento sostenido de mediano y largo plazo. Una vez acordada la reestructuración, se abrirá la opción de swap de deuda por activos, lo que podría apoyar una reducción adicional de la deuda pública con el fin de acelerar el proceso de privatizaciones, redimensionar el tamaño del Estado e incrementar la inversión privada. Se protegerán los activos internacionales de la República”. En esta aseveración, es importante preguntarnos: ¿Por qué Venezuela posee una deuda externa? ¿Qué pasó? ¿Por qué no ha podido pagar sus deudas? ¿Quiénes perdieron Monómeros y CITGO? ¿Estos no son activos internacionales de la República? Pareciera que hay una brecha importante respecto al manejo de la información, el bloqueo financiero, el congelamiento de cuentas en el exterior y los hechos ocurridos en nuestro país durante los últimos 10 años. 


AMELYREN BASABE / REDACCIÓN MAZO

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