Sabana Grande se disfruta a diario entre dulces, golfeados y helados



Publicado: 29/12/2016 12:54 PM

La cola es larga pero gratificante. Así lo hace saber una chica de 12 años en las afueras de una concurrida heladería y pastelería de Sabana Grande, una zona en Caracas donde es moneda común observar a diario largas filas para comprar la variedad de postres y dulces que ofrece este corredor peatonal utilizado para el esparcimiento público.

Este bulevar caraqueño, que comunica el municipio Libertador con Chacao (Miranda) en un recorrido de casi un kilómetro, alberga varios puntos de ventas de dulces venezolanos muy demandados en época decembrina y también durante todo el año. Golfeados, quesadillas venezolanas, helados, dulces fríos, donas, algodón de azúcar, panes andinos y sus variantes son algunos de los postres que se pueden encontrar.

También están las barquillas, con sabor a mantecado, chocolate o ambos sabores entremezclados en dos bolas, una encima de la otra, apoyadas en una galleta. "Esta cola sí vale la pena, por la barquilla sí la haría", suelta una adolescente acompañada de su madre.

Había más de 50 personas en la fila y el tiempo de espera –solo para pagar– era aproximadamente media hora. "No sé qué tienen estas barquillas pero no se parecen a otras que venden por acá mismo", dice en la misma fila otra señora acompañada de sus dos hijos en referencia a los famosos helados que vende una franquicia foránea de hamburguesas. "Acá son igual de caros pero vale la pena porque son mas grandes", añadió.

Esta barquilla se diferencia de otras porque esta heladería fabrica su propia galleta para la elaboración del postre. Una de doble sabor se consigue en Bs 3.850 y las simples por 2.750 Bs.

El helado para niños cuesta 1.490 Bs y el banana split por 4.690.

Otros prefieren comprar helado en un conocido local de venta de pollo en el bulevar. Allí los sirven igual en barquilla (2.100 Bs de un sabor), también en tinita (3.000 Bs), un pequeño envase de plástico que evita el derrame. Además sirven tortas frías de queso con helado, recubierto con jarabe viscoso de fresa o chocolate y pedacitos de maní, pepitas dulces o más chocolate en trocitos diminutos que deshacen en el paladar.

Al llegar a Chacaíto, al lado de una concurrida peluquería, se encuentra otro punto de venta de helados. Afuera un gentío espera para pagar. No es un local para el disfrute sino más bien una distribuidora. Se paga por una ventanilla discreta y por otra se retira la golosina, casi sin intercambiar miradas ni comentarios con los despachadores.

"Esto está siempre full, ya que son baratos y buenos", explica un joven, acompañado con su novia. Acá se pueden encontrar helados tipo paleta simple en 300 Bs, barquillas en 950, pastelados en Bs 550, Bati Bati Sorpresa por Bs 500, tinitas surtidas en Bs 500, un sundae con dos sabores en 680 y las merengadas con galletas en Bs 1.500.

Anhelados golfeados

Sabana Grande también es conocido por sus golfeados. Los puntos de venta en el bulevar donde venden este dulce siempre están abarrotados. En las horas más concurridas hay un promedio entre 25 y 30 personas en fila para obtener este tradicional bocadillo hecho a base de papelón.

Los golfeados más buscados son hechos en una antigua panadería ubicada en pleno bulevar, muy concurrida también por sus tradicionales quesadillas. "Yo si me como uno, me como tres" confiesa una chica que trabaja en un centro de salud aledaño al bulevar. "Hoy vengo por un café y quizá me lleve dos golfeados, depende si me dejan porque la gente los pide mucho".

Este dulce cuesta entre 1.000 Bs (sin queso de mano) y 1.400 (con queso). A diario –según confirmó una de las despachadoras de la barra de este local– este establecimiento vende entre 10 y 15 bandejas con 25-30 golfeados.

La chica de la barra cuenta que tal es la fama del golfeado que la quesadilla quedó atrás, pero no olvidada. "Sí se venden pero no tanto como los golfeados", justifica la cajera.

La quesadilla, dulce elaborado a base de queso azucarado, cuesta Bs 1.000.

También hay una franquicia de golfeados en pleno bulevar identificada con tres números impares similares y también tiene su público. Las colas son largas en este local ubicado al lado del Callejón La Puñalada. Aquí los golfeados cuestan Bs 1.000, sin queso y con queso Bs 1.500. Las quesadillas tiene un valor de Bs 1.000.

Dulces fríos

Bajando por la calle La Unión, que atraviesa Sabana Grande, venden las tortas de guanábanas más famosas de Caracas.

Entre 50 y 70 personas esperan para pagar también los dulces pequeños fríos que vende este local por 1.500 bolívares la unidad.

"Esa nevera se llena y se vacía a diario", dice una despachadora señalando un refrigerador grande en donde se exhiben varias tortas de guanábana bañadas con suspiro blanco, que cuestan entre 12.000 y 14.000 bolívares (depende del peso).

Además de tortas de guanábana, esta pastelería-panadería vende de marquesa y otras rellenas con chocolate y vainilla.

En una calle que atraviesa la avenida Libertador, vía hacia Las Palmas, cerca de Sabana Grande, en un local, la gente espera su turno en medio del aroma a dulce recién hecho.

La espera es de 50 personas. "Iba de visita a donde un familiar y decidí pasar a comprar unos dulces para llevar", dijo una chica de tez morena de baja estatura. "No soy de acá de Caracas, vine para acá porque me lo recomendaron", expresó la mujer.

La tradicional cola de langosta se puede degustar acá por 1.700 Bs, mientras que las trufas, profiteroles, milhojas cuestan 1.300 Bs, los mini dulces salen por 500 Bs cada uno.

"Acá las que más se llevan son las tortas de profiteroles y las tartaletas de fresa", contó la encargada desde la caja registradora. "A veces le decimos a los clientes que esperen sentados allá", dice señalando a una zona de mesas que también está colapsada.

Si se camina por el bulevar y se toma la calle Andrés Bello está otra discreta pastelería de tradición italiana famosa por sus biñés de café, chocolate y vainilla. "Son 58 años", dijo uno de los dueños. A las cinco de la tarde quedan pocos dulces y las dos neveras están casi vacías. "Si llegas a las diez de la mañana, estas dos neveras están llenitas", añadió.

Los bocados pequeños se pueden degustar por 450 bolívares la unidad, mientras que las tortas varían entre 10.000 y 12.000 bolívares el kilo. Los bombones de chocolate artesanal se puede adquirir por 3.000 bs el kilo.

Los locales cierran antes de la puesta del sol, la muchedumbre se despeja y los vendedores ambulantes en Sabana Grande ya son pocos al caer la tarde. Con las santamarías abajo, los comerciantes cierran caja con cuantiosas ganancias y esperan otro día muy dulce o lo que es lo mismo de buenas ventas.

AVN 

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