Sepa cuándo entrará en vigencia la nueva Ley de Impuestos a Grandes Patrimonios

Keyla de la Rosa, integrante de la Comisión de Economía de la Asamblea Nacional Constituyente
Foto: Internet

Publicado: 01/08/2019 04:15 PM

En los próximos 60 días entrará en vigencia la nueva Ley de Impuestos a Grandes Patrimonios, la cual pecha aquellas personas naturales y jurídicas con capitales superiores a 36 millones y 100 millones de Unidades Tributarias, respectivamente.

La información la dio a conocer Keyla de la Rosa, integrante de la Comisión de Economía de la Asamblea Nacional Constituyente, quien destacó que, de acuerdo a esta Ley, los impuesto para los contribuyentes jurídicos variará entre 0.25 y 1.50%.

Acotó que “esta nueva ley busca pechar a los grandes capitales y a esos capitales que han nacido por la especulación de algunos empresarios en el país”.

La novedosa normativa, según detalló en una entrevista concedida a Venezolana de Televisión, consta de 30 artículos y 6 disposiciones transitorias en 5 capítulos, en los cuales se incluyen bienes comunes como muebles, inmuebles y artículos.

Asimismo, la constituyentista explicó que sólo quedarán exceptuados de dicho impuesto, la vivienda principal siempre y cuando no exceda los 65 millones de UT y la materia prima, "la idea es evitar que sigan crecientes estos grandes capitales por la especulación", señaló.

Destacó que en la actualidad no es un secreto que solo un 3 % de los impuestos recabados en el país van dirigidos al Producto Interno Bruto, mientras que en otros países es tomado en cuenta el 35% y hasta el 40% de impuestos.

La intención es que tanto las empresas públicas como privadas declaren sus patrimonios, qué hacen y de dónde provienen estos, y así el gobierno pueda certificar que dicho impuesto recabado no recaiga sobre los sueldos y salarios de los trabajadores como se ha venido realizando, agregó la constituyente.

La nueva Ley de Impuestos a Grandes Patrimonios traerá como beneficio solventar el déficit fiscal que el país enfrenta en este momento, recargar el Estado social a través de los grandes capitales y no de los sueldos y salarios de los trabajadores.

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