Un yogurt a 12 dólares: Así es como la inflación artificial se "come" las divisas en Venezuela
Foto: Agencias
Publicado: 13/10/2018 08:06 PM
Luego de que el Gobierno
venezolano aplicara su plan de recuperación económica, los precios en el país
han dado un salto exponencial que, en menos de un mes, amenaza con diluir el
aumento de más de 3.000% decretado por el Ejecutivo.
Los anaqueles abarrotados de
mercancía que se veían días antes de las medidas económicas tomadas por el
Gobierno del presidente Nicolás Maduro, el 20 de agosto de este año, parecen
hoy un espejismo.
En Caracas, apenas un día después
del aumento del sueldo mínimo, buena parte del comercio escondió sus
inventarios y empezó a mostrar estantes semivacíos, retornaron largas filas de
personas que persiguen los 25 productos a precios regulados en algún operativo
especial, la proteína animal prácticamente desapareció y los precios, que ya
venían en una espiral hiperinflacionaria, se duplican o triplican en cuestión
de horas.
Antes de las medidas económicas,
los comerciantes argumentaban que la falta de efectivo, el negocio de vender
los billetes a 700% y el marcador del dólar paralelo eran los responsables de
la fijación de precios. Sin embargo, desde que se aplicó el plan propuesto por
el Ejecutivo, el circulante ha vuelto a las calles, se debilitó
significativamente la venta de billetes y el dólar paralelo se ha mantenido
estable. Entonces, ¿qué justifica ahora la escalada hiperinflacionaria?
¿Cuestión de confianza?
Para el economista, profesor
universitario e investigador del Observatorio Venezolano de la Realidad
Económica (OVRE), Ingerzon Freites, uno de los factores determinantes es que el
Gobierno no ha logrado ofrecer un clima de confianza que permita desactivar la
volatilidad.
"Mira, un ejemplo que yo pongo
siempre es el de mi amigo, el quesero. Su constante preocupación es cuál va a
ser su costo de reposición, así que aunque sabe que su producto cuesta 100, lo
vende a 200 porque especula que dentro de tres días, el intermediario se lo va
a reponer en 150. Pase o no pase, es un tema psicológico que permea toda
nuestra economía", explica Freites. Esas "expectativas" son las
que, al final, determinan los precios. "No hay sustento ni técnico ni
teórico".
En eso coincide el economista Óscar Forero: "No hay nada que justifique esta escalada". El punto de partida para el análisis que propone es la fijación del precio del dólar en el mercado paralelo, "sobrevalorado e inflado", lo que a su juicio deriva en una serie de distorsiones como la depreciación artificial de la moneda nacional. A ese caldo se suma la acción de los intermediarios en la cadena de distribución de productos, "que están aprovechando para sobrefacturar varias veces un mismo producto".
En paralelo, ocurre un fenómeno relativamente inédito en los últimos años: a la par de la depreciación del bolívar, la divisa estadounidense pierde cada vez más poder de compra en el mercado: en enero, con un dólar se adquirían 800 gramos de queso blanco; en septiembre, solo se puede comprar un cuarto de kilo, detalla Freites. "Si esto sigue, ni las remesas ni los salarios dolarizados van a alcanzar el ritmo de la hiperinflación", precisa el integrante del OVRE.
Inflación en dólares
El fin de semana pasado, el empresario vasco residente en Venezuela Agustín Otxotorena, compartió varias fotografías en Facebook para denunciar que algunos rubros que se expenden en el país suramericano sobrepasan varias veces el precio internacional.
https://www.facebook.com/otxotorenatar.agustin.9/posts/267483147231585
En el caso del yogurt líquido de litro y medio, el costo es de 1.217 bolívares, equivalentes a 12 dólares a dólar paralelo. "¿Cuántas botellas de yogurt podéis comprar en Europa y otros países con 12 dólares?", se preguntó. Lo mismo ocurre con rubros como el agua embotellada o las gaseosas, cuyo precio en Venezuela triplica el internacional. Otxotorena también denunció que los comercios han remarcado las etiquetas con incrementos de hasta 350% en dos semanas, cuando en ese período no ha habido incrementos de "sueldos, ni la luz, ni el agua, ni la gasolina, ni el dólar. ¡Nada!".
Los precios en dólares se
disparan aún más si se toma en cuenta la tasa oficial de cambio, que se estima
en 60 bolívares por dólar. Así, por ejemplo, ese mismo yogurt costaría 20
dólares, inaccesible para un trabajador que, tras el reciente incremento de
3.000% decretado por el Ejecutivo, gana un sueldo mínimo de 30 dólares.
"Hay todavía mucha
incertidumbre, tanto en el mercado como en la propia economía, y eso genera
desajustes", asegura Forero. El Gobierno ha dado un plazo de tres meses a
la primera etapa del plan de recuperación económica, en la que el Estado asume
el diferencial del aumento salarial, busca alcanzar el equilibrio fiscal y
monetario, la recuperación del valor del trabajo y la productividad, así como
un tipo de cambio real, que permita tener control sobre la inflación.

Para Forero, lo preocupante es
que más allá de que las medidas ideadas por el Gobierno sean lógicas, la
aplicación de las mismas es complicada porque la economía venezolana es
altamente especulativa: "No podemos olvidar que en este país hay muchos
intermediarios internos y una clase empresarial que no produce, sino que
empaqueta".
"Eso no es nuevo. En los
años 40, la misión técnica convocada por el entonces presidente Isaías Medina
Angarita ya había determinado que nuestra economía tenía una tendencia a
presentar precios por encima de las vecinas. Es un comportamiento propio que se
alimenta de las dudas y la incertidumbre", agrega el economista.
¿Qué se puede hacer?
Freites, tal como lo expone en su
más reciente artículo de opinión, reitera que el éxito del programa económico
depende de tres variables: la estabilidad de precios de los bienes y servicios,
el abastecimiento de productos básicos y complementarios, y que el tipo de
cambio se aplique tal como fue estipulado por el nuevo convenio.
"La única manera de resolver el caos de los precios es generando confianza", insiste Freites, quien se cuenta entre los "entusiastas" del programa de recuperación económico planteado por el Ejecutivo. No obstante, considera que lo propuesto no ha sido aplicado en su totalidad.
"Por ejemplo, se habla en el
papel de una liberación del control de cambio y eso no se dio realmente. Se
acordaron precios con las empresas monopólicas y estos no se respetaron. ¿Qué
ocurrió allí? Eso debe evaluarse y corregirse antes de que sea peor",
apunta el economista, tras advertir que el dólar ya no es inmune a la
inflación.
"¿Qué es lo positivo de
esto? Que los empresarios y comerciantes han dejado de tener la excusa de que
la subida del dólar es determinante para la fijación de precios",
sostiene. Sin embargo, mientras la cotización de la divisa estadounidense va
por las escaleras, el aumento de precios viaja en ascensor: el Fondo Monetario
Internacional (FMI) ha previsto una inflación de 10.000.000% para 2019 y el
escenario es poco promisorio, pero ambos especialistas coinciden en que todavía
se puede revertir o mitigar.

Uno de los pasos imprescindibles
para que eso ocurra, según Forero, tiene que ver con un pronunciamiento del
Banco Central de Venezuela (BCV) o el Instituto Nacional de Estadística (INE)
que confirme o rebata los datos ofrecidos por el FMI: "Ante tanta
incertidumbre, el Gobierno debe generar espacios para la información oficial
porque de lo contrario otros entes o instituciones serán los que emitan informes
sobre el comportamiento de la economía".
Otra de las recomendaciones es
"buscar mecanismos para recoger la liquidez" y evitar así la emisión
de dinero inorgánico que apuntale la hiperinflación. Forero considera que el
petro, la criptomoneda venezolana, puede ser una alternativa efectiva
"para sacar muchos bolívares del mercado".
El Gobierno ha previsto esas
acciones en su programa económico, pero ambos economistas advierten que el reto
es ejecutarlas rápido. Freites, por su parte, es enfático en que debe haber
diálogo con los monopolios empresariales, con miras a estabilizar los precios y
fortalecer el salario, porque "no hay fuerza para imponer nada y los
actores económicos están impidiendo abiertamente que las reformas se den".
NAZARETH BALBÁS / RT