Yo sí te creo
Publicado: 14/12/2022 01:30 PM
¿Recuerdas la primera vez que te sentiste con
el poder de influenciar a otra persona para que hiciera algo que tú necesitabas
o requerías?
¿Alguna vez has sentido como otra persona que
realmente te importaba mucho movió sus palabras, administró sus gestos para
llevarte a hacer algo que quizás no estaba en tus planes pero que hiciste por
hacer feliz, complacer o ganar puntos?
¿Cuántas veces has dicho o escuchado, “las niñas no dicen que no”, “esa falda está
muy corta”, “cierra las piernas”, “con quién hablas a esta hora”, “eres muy
madura para tu edad”, “ya es toda una mujer”, “si aguanta con dos tobos de agua
esa está lista”, “cuando las mujeres dicen que no, quieren decir tal vez”, “tú
te lo buscaste”? La culpabilización
de las mujeres es el primer aspecto fundamental en torno a las agresiones
sexuales y forma parte de una cultura que asocia al deseo y al placer con el
poder y la violencia, e insiste en decirle a las niñas que sus cuerpos no
merecen respeto y que si llegan a ser agredidas sexualmente su intimidad será
la verdadera juzgada.
A propósito de la serie de denuncias que en los
últimos días se han sumado a las voces de víctimas de violencia sexual que
desde hace meses se han pronunciado en redes sociales hoy me hago todos estos
cuestionamientos que veo, escucho y percibo repetirse una y otra vez de forma
tan natural como quien bebe una taza de café en las mañanas.
A las mujeres nos violan, nos matan y nos
agreden hombres que no nacieron ni violadores ni maltratadores, ¿te has puesto
a pensar desde tu rol militante y constructor de esta Patria/Matria qué es lo
que consigue que tengamos visibles, naturalizados y formados a violadores y
maltratadores de incluso 13 o 14 años de edad?
Los perfiles psicológicos de los abusadores son
tan múltiples como los perfiles de las víctimas, al hombre violento, a la mujer
violenta y violentada la formamos nosotros desde nuestros espacios no públicos
y es una alerta a la prevención la que hoy expando en este lugar para las
ideas, no sólo desde las responsabilidades que hoy nos atañen y que hemos
asumido con compromiso militante, si no como mujer, como madre y como
venezolana.
¿Es una alerta? Sí y lo es con todas sus
letras, sin abstracciones que impidan que como sociedad generemos mecanismos de
identificación, este flagelo nos involucra a todas y a todos en primera
persona, forma parte de una silenciada memoria colectiva global y que hoy es
nuestro deber como patriotas erradicar como a cualquier forma de violencia, que
impidan la sanidad física, mental y espiritual para el buen vivir de todas y
todos los venezolanos.
Históricamente la violación ha formado parte de
las estrategias de guerra para minimizar y humillar al enemigo permitiendo así
la desestabilización del tejido social de los pueblos, el caso de las casi 40
mil mujeres musulmanas violadas por paramilitares serbios en la guerra civil de
Yugoslavia, el imperialismo en Irak,
Siria, Palestina, el paramilitarismo colombiano y la esclavitud sexual en cada
uno de estos países son algunas de las píldoras de la historia política más
reciente de las mujeres.
La paz comienza en casa, decimos las feministas
venezolanas como un eco de aquello que la cuarta ola del feminismo abanderaba
“lo personal es político” y aquí yacen las profundas heridas que hoy nos
corresponden sanar.
¡Unidas y unidos venceremos!
¡Palabra de mujer!
CAROLYS HELENA PÉREZ GONZÁLEZ
@carolyshelena