14 de abril de 2002: ¡Volvió, volvió volvió... Chávez volvió!
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Publicado: 14/04/2019 06:00 AM
La madrugada del 14 de abril de 2002, la algarabía se apoderó del alma de millones de venezolanos, que al canto de "¡volvió, volvió, volvió!", eran testigos de la llegada del helicóptero desde donde descendió el Comandante Supremo Hugo Chávez, quien había sido rescatado del secuestro al que había sido sometido por parte de los golpistas que lo habían derrocado pocas horas antes.
Caracas, 14 de abril de 2002
Decreto Número 1.743
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela
Considerando
Que en virtud de los hechos acaecidos durante la madrugada
del 12 de abril del presente año, fue privado arbitrariamente de la libertad el
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela Hugo Chávez Frías
irrumpiendo su hilo constitucional en consecuencia configurándose una falta
temporal del mismo.
Considerando
Que en virtud de dicha privación arbitraria de libertad y,
como consecuencia de la restitución del hilo constitucional, ha sido nombrado
Presidente temporal de la República Bolivariana de Venezuela y de conformidad
con los artículos 234 y 238 Numeral Octavo de la Constitución.
Considerando
Que la situación antes descrita ha sido superada con el
pleno funcionamiento de los poderes constitucionales y la lealtad, valentía y
coraje del pueblo venezolana y la Fuerza Armada Nacional
Decreto Único
La entrega del cargo al Presidente constitucional de la
República Bolivariana de Venezuela al Teniente Coronel Hugo Chávez Frías, a los
fines que continúe ejerciendo el cargo, las funciones y atribuciones que le han
sido encomendadas y conferidas por el pueblo soberano de Venezuela. Es todo,
regístrese y publíquese.
Dado en Caracas a los 14 días del mes de abril del año 2002.
Año 191 de la Independencia y 143 de la Federación.
Ejecútese
Diosdado Cabello Rondón

Este fue el Decreto con el cual el entonces vicepresidente Diosdado Cabello, devolvía las funciones de la Presidencia de la República, al Comandante Chávez, quien pese a la agresión fascista y violenta que había perpetrado la derecha el 11 y 12 de abril, llevó a cabo un discurso que ratificó el carácter pacífico de la Revolución Bolivariana que 17 años después sigue incólume, enarbolando las banderas de la Paz, la Libertad y la Justicia Social.

“A Dios lo que es de Dios al César lo que es del César y al pueblo lo que es del pueblo”, comienzo así con estas palabras llenas de, no sé cuántos sentimientos que cruzan por mi pecho, por mi alma, por mi mente; pensamientos, sentimientos.
En este momento soy como un mar multicolor, todavía debo
confesarles con los buenos días a toda Venezuela a todo el pueblo venezolano a
toda la sociedad venezolana, les confieso que todavía estoy estupefacto, todavía
estoy asimilando este proceso que ahora bien podemos llamarlo para escribir no
sé cuántos libros para la historia venezolana y ejemplo del mundo, que este es
un proceso de contra, contra, contrarrevolución y se han quedado demostradas
muchas cosas que ya tendremos tiempo, no pretendo dar a esta hora, cuando son
20 minutos para la 5:00 de la mañana, este saludo antes de que mensaje es un
saludo de mi corazón a Venezuela y al mundo desde este Palacio que es el del
pueblo y que el pueblo, lo dije en mi mensaje de hace unas tres noches allá en
la avenida o río Urdaneta en donde vi que hay mucha gente cuando veníamos en el
helicóptero, hay mucha gente en la avenida Urdaneta y más allá y por acá, pero
decíamos allí, el pueblo llegó a este Palacio para no irse más y, ha quedado
demostrado. Yo hablando del pueblo debo decir que, a ustedes que lo que ha
ocurrido en Venezuela en estas últimas horas es en verdad inédito en el mundo.
El pueblo venezolano y sus verdaderos soldados, el pueblo
venezolano y su Fuerza Armada esos soldados del pueblo han escrito y esto no es
grandilocuencia es una verdad es una nueva página y qué gran página para la
historia venezolana de América Latina y también pudiera ser del mundo ejemplo
de un pueblo que ha despertado definitivamente, de un pueblo que ha reconocido
y asumido sus derechos, sus obligaciones, de una Fuerza Armada cuya esencia,
cuyo corazón estructural, cuyos oficiales, suboficiales, tropas están
conscientes de su responsabilidad histórica y no se han dejado confundir ni manipular
ni engañar y ha brotado desde el fondo de la situación, desde el fondo de un
alma, de un cuerpo ha brotado esa fuerza que ha restituido la legitimidad y la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Estuve leyendo mucho la Constitución revisando detalles por
cierto. Ahora antes de hacer algunas reflexiones, porque quiero ser breve en
este mensaje de madrugada como un renacimiento, quiero hacer un llamado y esto
es quizás lo más importante que yo quiero decir hoy domingo 14 de abril. Yo he
estado incomunicado en las últimas horas y no tenía ninguna información de lo
que estaba pasando y tenía una angustia muy grande y, lo primero y más
importante que digo a todos los venezolanos es que vuelvan a sus casas, que
vuelva la calma.
Llegó un estremecimiento que trajo dolor, que trajo sangre,
que trajo lágrimas; que trajo incertidumbre. Las causas de esto que ha ocurrido
ya las analizaremos con calma para corregir en donde hay que corregir, para
corregirnos en donde tengamos que corregirnos, pero mientras tanto calma y
cordura como diría un venezolano de nuestra historia, “Calma en este momento”.
Llamo una vez instalado de nuevo en el Palacio de Gobierno y una vez recibido
el poder legítimo que el pueblo me dio, del Vicepresidente quien valientemente
asumió sus tareas junto al pueblo, junto a los representantes de los poderes
públicos legítimos que aquí nos acompañan, junto a los soldados que con coraje
supieron reaccionar rápidamente ante la pretensión que aquí llegó calma.
Me han informado ahora que he llegado y venía desde el
helicóptero veníamos desde La Orchila y venía viendo con preocupación algunas
columnas de humo en algunas partes de Caracas y, me han informado que ha habido
algunos disturbios en las últimas horas sobre todo en el día de hoy, y algunos
saqueos en algunas partes de Caracas. Y yo hago un llamado a todos ustedes
compatriotas vuelvan a sus casas todos, vamos a casa, vamos a reordenar la
casa, vamos a reflexionar sobre la marcha y a continuar trabajando. Así que
pido a todos que cesen las acciones que todavía pudieran quedar por allí en
algunos pequeños focos de disturbios de las últimas horas.
Y hago un llamado a los cuerpos policiales –esto es un
llamado muy especial y muy firme a cuerpos policiales que han estado en la calle,
que han estado según me informan de primera mano y una información muy
preliminar para ponerme al tanto de los acontecimientos que ha habido algunos
cuerpos policiales que han estado reprimiendo de manera cruel al pueblo
venezolano.
Hago un llamado a quienes tienen responsabilidad de dirigir
los cuerpos policiales que llamen a la calma, que cese todo esto. A partir de
este momento todo el mundo a la casa, todo el mundo a la familia. Vamos a
recogernos allí en la casa, vamos a reflexionar. Vamos a poner a Dios por
delante, esta imagen del Cristo crucificado me la regaló cuando iba saliendo
prisionero en la madrugada de hace dos días, hace 47 horas exactamente en este
momento un buen amigo el general Jacinto Pérez Arcay me dijo: “Hijo, llévate a
Cristo”, me lo llevé y aquí está de nuevo. Pues invoquemos a Cristo a Dios
nuestro Señor y llenémonos de paz, hace mucha paz espiritual en este momento
para todo el país, para todos los sectores hago un llamado a la paz, hago un
llamado a la calma, hago un llamado a la racionalidad de todos. Hago un llamado
a que volvamos a la reunión del país.
Estos acontecimientos que trajeron sangre y dolor, son sin
embargo y debe ser una gigantesca lección para todos nosotros, que todos seamos
capaces de mirar allí, que todos seamos capaces de leer esa lección, que todos
seamos capaces de extraer de allí conclusiones, enseñanzas. Que seamos capaces
de apreciar señales para corregir, rectificar, profundizar para tener más fe en
lo que estamos haciendo para que todos los sectores del país terminemos de
aceptar de una buena vez y definitivamente que aquí hay un gobierno
legítimamente constituido, que aquí hay una Constitución la más legítima de
toda nuestra historia enamorada, discutida por el pueblo y aprobada por el
pueblo y que ahora se ha comenzado a aplicar para que de allí veamos la
necesidad de moderar, de aceptarnos los unos a los otros y este llamado es para
todos, me pongo de primero para dar el ejemplo.
Yo tuve por ejemplo en La Orchila hace unos horas una buena
conversación con monseñor el cardenal Ignacio Velasco y le pedí que habláramos
a solas a la orilla del mar y nos sentamos a la orilla del mar y, le dije:
“Monseñor vamos a orar a la orilla de este mar”, y le pedí perdón y le dije que
era necesario que todos los sectores del país pusiéramos mayor empeño toda la
buena voluntad que podamos para poder convivir en paz aceptando las reglas del
juego, aceptando las normas de la convivencia ciudadana. Esto que ha pasado es
un llamado para todos, necesario es que reflexionemos todos.
Yo quiero darle un saludo muy especial a los medios de comunicación internacional. En primer lugar, a los organismos internacionales, Organización de Estados Americanos yo aún no tengo ninguna información no me ha llegado ningún resumen, cómo vengo llegando pero ya me han dado informes verbales las muchachas y los muchachos del equipo éste valiente y de coraje que me acompaña, presidente de América del mundo, grupos el Grupo de los 15 el Grupo de Río -donde debimos haber estado hasta ayer en reunión-. Diversos entes el Grupo de los 77, más China, y ese es un ejemplo de que, a nivel internacional Venezuela no está ni estará nunca sola, que el pueblo venezolano no está ni estará nunca más solo.
Que Venezuela tiene el respeto de la Comunidad
Internacional. Que la Comunidad Internacional reconoce la legitimidad y la
soberanía el valor y el coraje del pueblo venezolano demostrado hoy una vez
más, así que ese reconocimiento especial de los organismos internacionales a la
prensa internacional a los periodistas internacionales y a los medios de
comunicación de nuestro país de verdad, verdad llegó la hora de hacer profundas
rectificaciones, es obligatorio que se hagan esas rectificaciones, que se
vuelva a los carriles de la razón, porque es que parece que han perdido hasta
la razón.
Yo, así lo digo en nombre del Gobierno revolucionario y
bolivariano, pacífico y democrático, no vengo ni con ninguna carga de odio ni
de rencor contra nadie, absolutamente, no cabe en mi corazón ni el odio ni el
rencor. Pero claro que tenemos que tomar decisiones y ajustar muchas cosas.
Siempre, siempre, y para siempre apegados a esta casi sagrada Constitución,
después de la Biblia. La Constitución Bolivariana de Venezuela, las acciones
del Gobierno bolivariano estarán siempre apegadas a la Constitución, así que
hago un llamado igualmente a los poderes locales: gobernadores, alcaldes, a
todos los hombres y mujeres que me siguen en este camino, que no caigamos, yo
sé que no vamos a caer, nadie va a caer en el extremo en que cayeron algunos
sectores en los últimos días, a los que también llamo a la reflexión.
No, nosotros los bolivarianos, nosotros los revolucionarios
somos humanistas, respetamos al ser humano, respetamos la dignidad y tenemos
que demostrarlo sobre todo en momentos como este, así que ninguna retaliación,
aquí no habrá ninguna cacería de brujas, no vengo con ánimos revanchistas. No.
Aquí no habrá persecuciones, aquí no habrá atropellos ni abusos, ni irrespetos
a la libertad de expresión o de pensamientos, a los Derechos Humanos en forma
general.
Pero las cosas tienen que volver al marco constitucional de
donde salieron por voluntad de una minoría enceguecida, a lo mejor por la
ambición, a lo mejor por el rencor. No sé por cuántos otros sentimientos, pero
les hago un llamado a todos.
A la oposición, necesitamos nosotros una oposición en
Venezuela, pero una oposición leal con el país, una oposición leal con el
pueblo, una oposición que presente críticas verdaderas, que presente
alternativas al país; es necesario que todos los partidos y grupos que se
oponen a este Gobierno por algunas razones, cuales sean, terminen de entender y
de aceptar, es necesario que todos los dirigentes de los diversos sectores del
país que puedan adversar a este Gobierno, o no estar de acuerdo con alguna
política o alguna decisión.
Bien sea del sector político, del sector económico, del
sector que sea, bueno, que hagan pública, que declaren, que anuncien sus
críticas, sus recomendaciones, sus alternativas; que trabajen, que hagan
política de verdad, que hagan trabajo en las calles, en los pueblos, pero con
ética, con buena fe, aceptando lo que hay que aceptar definitivamente. Repito,
ya lo dije, que aquí hay una Constitución Nacional, que aquí hay un Gobierno
Nacional legítimo, con el apoyo de las grandes mayorías del país, y con el
apoyo del núcleo y la estructura central de la Fuerza Armada, que aquí hay un
proyecto en marcha que no tiene vuelta atrás, que los que se opongan tienen
todos los derechos, y los hemos demostrado, derecho de participación, derecho
de expresión, derecho de organización. Organícense señores de la oposición,
hagan política seria, justa y leal con el país, no caigan en desesperaciones ni
aventuras, que vean a lo que nos condujeron esas desesperaciones y ese
aventurerismo.
Se ha demostrado una vez más, lamentablemente, que aquí hay
dos países: un país virtual y un país real. El país virtual lo veían ustedes,
seguramente, aquí a lo mejor en este mismo salón hace pocas horas. El país
virtual montó una conspiración, con el desespero de la aventura, irrespetando
todo. Pero el país real finalmente se impuso. Porque el país real tiene en sus
manos las banderas de la razón, las banderas de la verdad y la fuerza infinita
de la fe, y sobre todo la fuerza infinita del amor.
Este pueblo, ha quedado una vez más demostrado -glorioso
pueblo el de Bolívar- ahí está para los que dudaban, si es verdad que durante
muchos años lo engañaron, si es verdad que durante muchos años lo manipularon,
si es verdad que durante muchos años a veces lo llevaron como un borrego, ha
quedado demostrado que ciertamente despertó como conciencia de su propia fuerza
y se ha convertido en actor histórico que construye un nuevo camino.
La Fuerza Armada, sus cuadros de oficiales, la estructura
central ha demostrado una vez más que por más manipulación, por más traición
que haya en algunos sectores de la Fuerza Armada, como la hubo, sin embargo ahí
está la muchachada militar, que la conozco, está ahí. Así que mi reconocimiento
y el de todos a esos dos entes a los que yo siempre me he referido, y que
constituyen la fuerza más poderosa -después de Dios- de esta Venezuela de hoy,
de este proceso de cambio indetenible. Esos dos elementos que en el fondo son
el mismo, el mismo: el pueblo y los militares, el pueblo y la Fuerza Armada.
Les voy a contar una anécdota, me sorprendí, yo ando de
sorpresa en sorpresa. Yo estuve en 5 lugares distintos desde el día en que salí
de aquí. Ya echaré los cuentos mañana. Mañana tenemos ¡Aló Presidente!. No,
mañana no, dentro de unas horas. Y qué creía mi equipo de ¡Aló Presidente! que
iban a echar el carro el domingo, que iban a descansar el domingo. Bueno, de
todos modos ya yo estaba pensando cómo transmitirlo desde donde estaba,
estábamos haciendo los planes.
Miren, estuve en 5 lugares desde la madrugada de antier, y
debo decirles, porque ahora me decían los muchachos, algunos llorando de
emoción, allá en La Orchila nos abrazamos en una sola masa de sentimiento,
porque esos soldados que ustedes ven con un fusil cruzado y una cara a veces un
poco arrugada, esos son puro amor, y entonces uno me dijo: “Ay, yo no podía
respirar hasta que no lo viera. Me sentía muerto”, me dijo. Entonces me dijo:
“No, porque han dicho que a usted lo han golpeado, que si no sé que más, que lo
torturaron para que firmara la renuncia, no sé que más”. No.
Aclaro que no fui maltratado para nada, desde la sede del Ejército donde estuve, luego en un Batallón de Fuerte Tiuna, me movían; entre otras cosas me movían creo porque donde me llevaban conseguía el abrazo de los muchachos, y hasta lágrimas. Los que me llevaban la comida se quedaban un rato ahí, diciéndome algo, dándome aliento. Así que ese mensaje que comencé a recibir me fue conformando la certeza de que esta situación virtual, esta especie de película -no sé qué- que vimos no iba a durar mucho tiempo.
Luego me llevaron una noche a Turiamo, y allá fui recibido
por un grupo de soldados, soldados de los comandos de la Marina, y me trataron
de manera excelente; y luego no había donde dormir, porque ellos ni siquiera sabían
que yo iba para allá, me llevaron, y cuando llegamos buscando una cama,
buscando un colchón. Les dije: “No, no se den mala vida por mí, muchachos,
pónganme una sábana que yo soy un soldado como ustedes”. Y nos quedamos
hablando un rato, y tomando mucho café, por supuesto, el capitán Marino, así se
llama, me atendió a las mil maravillas, y hablamos mucho. ¡Ah! saben una cosa,
esta travesía por 5 sitios militares me sirvió para hacer algo que yo no hacía
desde algún tiempo, hablar con los muchachos de allá abajo, oír a los
Sargentos, oír a los Tenientes, oír a los Capitanes; sus críticas, sus aportes,
ellos tienen mucho qué decir.
Entonces esa es una de las lecciones que he sacado. Uno de
ellos me dijo: “Mi Comandante, no se olvide de nosotros. No permita que ese
tránsito entre nosotros y el alto mando y los altos mandos, por ahí se van
quedando las verdades que a usted no le llegan”. Así que me sentí otra vez
soldado. Incluso le dije a uno de ellos esta mañana: “Mira, yo no sé que irán a
hacer conmigo por allá, pero si deciden degradarme, a lo mejor les pido que me
dejen de soldado raso aquí en esta unidad de soldados”.
Pero luego, lo que les iba a contar es lo siguiente, yo no
sé si tendrán por allí ustedes un fax que me dicen que ha recorrido el mundo.
Pásame uno, por favor. Hay bastantes. Miren. ¿Dónde está?, ¡Ah!. Esto lo
escribí esta mañana, bueno, a mediodía, eran casi las 3:00 de la tarde. ¿Cómo
fue esto?. Estaba el helicóptero prendido para moverme otra vez, para moverme
otra vez ¿y adónde?: a La Orchila. Y entonces me apuraban, me apuraban, y yo
decía: “Espérate, que tengo que recoger mi ropa y algunas cosas que me llevé, unas
cositas allí”. Estaba lavando interiores y lavando un par de medias. Sí.
Vicepresidente Diosdado Cabello: Como en los viejos tiempos.
Presidente Chávez: Sí, como en los viejos tiempos.
Lavando una franela. Me puse a trotar un rato y corrí con unos muchachos allá comando, no tanto como ellos que son comandos entrenados, un sol sabroso hacía en Turiamo, y cuando llego a darme un baño entonces me voy a vestir y me apuran que llegó el helicóptero. Y llega un muchacho de la Guardia Nacional, y él me hace una pregunta: “Mire, mi Comandante, acláreme algo”. Él entró a la habitacioncita y cerró la puerta. Afuera tenía unos superiores de él. Y él no quería que lo oyeran, me habló muy bajo: “Dígame una cosa -me dijo- aclárame algo. ¿Es verdad que usted renunció?. _Yo le dije: “No, hijo, ni renuncié ni voy a renunciar”. Entonces él se paró firme, me saludó, y me dijo: “Entonces, usted es mi Presidente. Pero dígame algo -me dice- eso tiene que saberlo el pueblo, porque andan diciendo por todos lados que usted renunció, que usted renunció, que se fue del país”. Entonces yo le dije: “Bueno, yo voy saliendo”. Y él me dijo: “Escríbame algo, escríbame algo y me lo deja en el pote de la basura -me dijo- porque yo salgo y después vengo a recogerlo”. Yo hice el papel, escribí esto en un minuto, lo doblé y donde está el pote de la basura, que estaba lleno de papeles ahí, en el fondo lo metí. Pero yo salí, y dije, a lo mejor este muchacho no puede regresar, o no consigue el papel o no puede sacarlo, qué sé yo. En Turiamo, en una unidad que no tiene ni teléfono, no hay ni señal de televisión por allá. Entonces escribí ésto, lo que me salió del alma:

“Turiamo, 13 de abril 2002
A las 14:45 hrs.
Al pueblo venezolano...
(y a quien pueda interesar).
Yo, Hugo Chávez Frías, venezolano, Presidente de la
República Bolivariana de Venezuela, declaro:
No he renunciado al poder legítimo que el pueblo me dio.
¡¡Para siempre!!:
Hugo Chávez Frías”.
Y resulta que llego acá y todo el mundo tiene una hoja de
estas ahora. Y me dicen que andan recorriendo el mundo.
Ese muchacho cumplió. Seguro regresó, buscó el papel, se lo
metió no sé dónde, salió. No sé cómo pidió permiso de allá, y no sé cómo eso
empezó a circular. Te felicito Rodríguez. El apellido es Isaías.
Por cierto, que ayer por la mañana, tuve chance de ver, en
un televisor que un oficial me llevó prestado, y lo puso allí. Yo estaba
acostada en una camita y, bueno, estaban diciendo allí en la televisión cuántas
cosas ¿no?. Yo estaba como queriendo dormir un poco y de repente oigo una voz
conocida: Isaías Rodríguez. Y me paro como un rayo y me siento en la cama: “Voy
a ver qué dice Isaías”. Y cuando terminó de hablar Isaías, en verdad dos
lágrimas afloraron aquí, a mis ojos, y dije: “Ahí está, un varón diciendo la
verdad”.
Y esas declaraciones de Isaías fueron una señal, fueron un
rayo en aquel vendaval de mentiras, a mí sí es verdad que me pusieron en la
mesa una hoja que decía: Renuncia. Yo no la leí. Les dije a los señores que
estaban ahí aquella madrugada, les dije: “No, guárdenla porque yo no voy a
renunciar. Soy Presidente prisionero, pero yo no renuncio”. Y sin embargo
echaron a rodar aquello y lo leían, lo leían por los medios, como si estuviera firmado.
Vean cuántas mentiras.
Pero bueno, es parte de las reflexiones que hay que hacer,
es parte de las reflexiones que hay que hacer. Yo también vi en alguna estación
de televisión, en esas horas, tuve varias horas un televisor ahí y estuve
pendiente. Creo que fue ayer por la mañana. Entonces veo a una dama locutora,
de una planta de televisión venezolana, leyendo un papel, leyendo mi renuncia.
Y por supuesto que ella sabía que eso era mentira, a menos que se hayan
falsificado mi firma. Pero como dijo Isaías muy claramente: “Yo quisiera ver la
renuncia firmada del Presidente. ¿Dónde está?. Y aún así eso requiere todo un
procedimiento”.
Pero en fin, reconocer al Fiscal General, su coraje. Porque
además lo hizo mientras estaban deteniendo gente, sacando Ministros de su casa,
esposado, sacando gobernadores a empujones de las Gobernaciones, es decir, toda
una avalancha de odio que ojalá más nunca llegue a nuestro país.
_Y yo aprovecho para hacer un llamado a quienes me adversan:
Ustedes venezolanas, ustedes venezolanos que me adversan, pues advérsenme,
trataré de hacerlos cambiar, ojalá. Pero ustedes no pueden adversar esta
Constitución, porque esto es un libro para todos, es como el “Popol-Vuh”, aquel
libro de los mayas, el “Popol-Vuh” el libro de todos, el libro de la comunidad.
Tienen que reconocer todo esto, y sobre todo algo, ¡ah!.
Oye, no se dejen envenenar, no permitan que los envenenen con tantas cosas y
tantas mentiras, reflexionemos todos. Pongamos las cosas en su justo lugar,
para bien de todos, para bien de Venezuela.
Bueno, yo no voy a extenderme más, hay mucha gente allá
afuera en la calle, hay muchas cosas que revisar, hay muchos informes que
recibir, hay decisiones -algunas urgentes- que tomar para que el país no se
detenga y para que las cosas que se han salido de su cauce mucho, o algo, para
que esos focos donde ha habido algunos saqueos, alguna represión por parte de
algunas policías, alguna angustia, mucha angustia de millones de venezolanos,
pues que todo eso vuelva a la calma. ¡Vuelta a la calma, se impone ahora!.
Llamo a la vuelta a la calma al país. Llamo a que fortalezcamos la unidad de
los venezolanos, llamo a que continuemos la marcha a paso de vencedores.
Así que me fui, y anoche viendo unas estrellas por allá, en
Turiamo, y así termino este mensaje madrugador a mi querido país, a mi querida
Venezuela, a mí queridísimo pueblo, a mis queridísimos muchachos de la Fuerza
Armada, y muchachas de la Fuerza Armada. Yo estaba mirando una estrella, y
pensando, mirándola fijamente, pensando en muchas cosas, en la familia,
Marisabel, pude hablar con ella; mis hijos, mis cinco hijos. ¿Dónde estarán
-decía- Dios?. ¡Cuídamelos!, Mi nieta, mi viejo, mis amigos, mis compañeros más
cercanos, porque yo intuía que sobre ellos se iba a desatar persecución,
atropellos y amenazas hasta de muerte. Pensaba mucho en Diosdado, que lo llamé
esa madrugada y le dije: “Vente para acá,” y no llegó.
Pensaba mucho en Rodríguez Chacín, que me dijeron que lo
habían sacado esposado. Pensaba mucho en todos ustedes, en millones, en la
angustia, en la incertidumbre que había. Pero de repente mirando aquella
estrella, allá a la orilla de la bahía, y recordando y trayendo a mi mente, a
mi superficie y a mi conciencia, trayendo al ser, trayendo al consciente que
soy, el recuerdo de tantos años, el conocimiento que tengo de las entrañas del
pueblo venezolano. Porque tengo ya casi una década metido en la entraña del
pueblo y de ahí no voy a salir más nunca jamás.
Conociendo el coraje del pueblo venezolano, conociendo los
niveles de organización que tiene el pueblo venezolano, y ese es uno de los
capitales más importantes que tenemos, el nivel de organización y de respuesta:
partidos políticos, círculos bolivarianos, que aprovecho para reivindicarlos,
porque los círculos bolivarianos no son grupos armados, es una organización
social, se desató un campaña. Y si por alguna razón algún miembro de algún
círculo bolivariano anda por allí armado, anda armado sin autorización o con
intenciones de otro tipo, pues yo los llamo -si es que por alguna razón eso fue
verdad- a que depongan esa actitud, así no los necesitamos de verdad. No, no.
Las armas de la República, las armas del pueblo para
defender este Gobierno y a la República se ha demostrado, dónde están y están
en manos de gente consciente, porque verdaderamente los militares que faltaron
a su juramento, que por diversas razones se plegaron a la ignominia, allá
ellos. Ante la historia y ante la Ley, pero en verdad no tenían comando, era un
grupo virtual; pero los que verdaderamente tienen el comando de las tropas
comenzaron a dar una respuesta inmediata, inmediata. Entonces se ha demostrado,
por una parte, la gran capacidad de respuesta del pueblo organizado, que me
siento tan orgulloso de ello, y por otra parte la capacidad de respuesta
también organizada de la Fuerza Armada.
_Por eso les decía que conociendo al pueblo, como lo
conozco, y conociendo a la Fuerza Armada, como la conozco, mirando aquella
estrella yo llegué a la conclusión, algo desde dentro me dijo: “Tranquilo Hugo,
que ni ese pueblo ni esos muchachos militares -para utilizar un término bien
criollo- verdaderos se van a calar este atropello. Algo tiene que ocurrir”.
Decía yo para mis adentros: “No puede ser que tanto esfuerzo vaya a perderse
así, no puede ser que el esfuerzo de tanto tiempo, de tanta gente y de tanta
intensidad, que dio nacimiento a esta Constitución y le dio vida hasta nueva y
Quinta República, vaya a desaparecerla de un plumazo, así facilito”. No.
_Yo estaba seguro que eso no podía ocurrir, porque sino
hubiese sido, como que uno no hubiese vivido. No. La semilla que hemos sembrado
retoñó, creció y allí están las siembras, la sementera, y los frutos en los
corazones del pueblo.
Ahora, yo estaba seguro, pero completamente seguro que
volveríamos, absolutamente seguro. Ahora, ¿saben qué?. Lo único es que jamás
me imaginé que regresaríamos tan rapidito. Sí. Miren, me había puesto a
escribir unos poemas, no pude terminar ni el primero, no me dieron tiempo ni de
descansar un día, y se los agradezco mucho. Así que muchísimas gracias.
Muchísimas gracias.
Ahora, voy a terminar repitiendo algo que me parece muy
importante que debo repetir, y que esto no sea palabra hueca, le pido a Dios
que esto no sea palabra que se la lleve el viento. Oye, hago un llamado de
verdad a la unidad de los venezolanos, a la unidad respetándonos las
diferencias, hago un llamado a la cordura, hago un llamado al entendimiento,
hago un llamado a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, a la Iglesia
Evangélica, a las religiones. Hago un llamado a los empresarios del sector
privado, hago un llamado a los partidos políticos, todos, a todos. Hago un
llamado a los dirigentes de esos partidos, a los dirigentes sindicales, hago un
llamado a los dirigentes empresariales, hago un llamado sobre todo -y agarro la
cruz- hago un llamado a los dueños de los medios de comunicación. ¡Por Dios!
Reflexionen pero de una vez, este país también es de ustedes, yo también tengo
que reflexionar muchas cosas. Sí. Lo he hecho en muchas horas. Y me traigo
lecciones aquí, que no voy a olvidar, de tanto pensar, de tanta angustia, de
tanto dolor, de tanta incertidumbre.
Así que vengo dispuesto a rectificar donde tenga que
rectificar, pero no sólo debo ser yo el rectificador, todos tenemos que
rectificar muchas cosas para que volvamos a la calma, al trabajo, al empuje y a
la construcción de la Venezuela bolivariana, para que sigamos construyéndole la
patria a nuestros hijos, a nuestros nietos, para que sigamos haciendo realidad
el sueño de Bolívar.
Algunas cosas que recuerdo, tenía en la agenda para esta
semana que comienza hoy domingo, ya lo habíamos acordado hace unas semanas
atrás, convocar a unas mesas redondas de diálogo nacional. Hago un llamado a
todos los sectores del país, a esas mesas redondas de diálogo nacional, que
comenzará con la instalación esta semana, el 18 de abril. Esta semana viene el
19 de abril, buen día para levantar de nuevo con vigor, como siempre, esas
banderas de la patria, y esas fechas, que como la de hoy, pasarán a la historia
republicana.
El 18 de abril, vamos a instalar el Consejo Federal de
Gobierno, y ese Consejo Federal de Gobierno será el epicentro o el núcleo de
donde saldrá una comisión coordinadora y ampliada, con la participación de
otros sectores de la vida nacional, para impulsar esas mesas del diálogo
nacional en lo económico, queremos que nos hagan las críticas en lo económico,
en lo político, en lo social, en lo que territorial, en lo internacional, pero
vamos a discutirlo. Los que no estén de acuerdo con nuestras políticas, con
nuestras decisiones, díganlo, pero lealmente, honestamente, para ir buscando el
mayor consenso posible, porque el objetivo tiene que ser el mismo para todos
-con nuestras diferencias- la Patria, la Venezuela que es de todos.
Por otra parte voy anunciar algo que no me dejaron anunciar,
yo lo iba a anunciar ese día y no me dejaron, no hubo tiempo, la situación no
lo permitió, pero es día. ¿Qué día fue, 11? Once. Aquí vino el presidente de
Petróleos de Venezuela, Gastón Parra Luzardo, Gastón Parra Luzardo, y me dijo:
“Presidente, para contribuir con la búsqueda de una solución definitiva al
problema de Pdvsa”. Que no dejamos de reconocerlo como un problema producto de
esa transición, esos cambios y errores que se cometen de allá y de acá, y que
nos tenía muy preocupados y que sí es un problema real, no es virtual, pero
sobre problema real se montó el virtual y la conspiración, que trató de
desconocer y de patear a nuestro pueblo y nuestra Constitución.
Así que el doctor Gastón Parra me trajo, deben estar allí,
yo no siquiera me llevé nada de papeles, se quedaron todos allí, me trajo la
renuncia colectiva, una renuncia de toda la junta directiva de Pdvsa. Y yo le
acepté la renuncia, como se la acepto a todos, para abrir el camino a una
recomposición de la junta directiva de Petróleos de Venezuela, para fortalecerla
y sobre todo para darle la capacidad necesaria para continuar impulsando esta
importante empresa petrolera.
Así que les hago un llamado a todos los trabajadores de la
nómina mayor, de los demás sectores, técnicos medios y los trabajadores, no se
atropellará a nadie, pero hago un llamado a que trabajemos, que depongamos
algunas actitudes y nos vamos a trabajar; para producir, para refinar, para
exportar, para vender el petróleo y sus derivados y poner en el tope de
eficiencia y eficacia esa empresa que es -como hemos dicho- de todos los
venezolanos.z
Así que con estos anuncios retorno, así como por el centro del home, retorno después de dos días de ausencia, de incertidumbres. Retorno cargado espiritualmente de un gran amor, y sobre todo, si hace dos días yo los amaba a ustedes, hoy después de esta jornada histórica, de esta demostración sin precedentes en el mundo de cómo un pueblo y sus soldados detienen una contrarrevolución y hacen una contra-contrarrevolución, sin disparar un tiro, sin derramar sangre, y reponen las cosas en su sitio. Después de esta jornada memorable, histórica, imborrable para siempre jamás, si ayer los amaba, hoy los amo muchísimo más. Amor con amor se paga. Muy buenos días a toda Venezuela, muy buenos días a todos.
