A los 57 años muere el más íntegro y fiel compañero de Bolívar: Rafael Urdaneta

Urdaneta fue uno de los hombres más íntegros de su época. Representaba junto a Antonio José de Sucre, la llave de la lealtad y de la fidelidad de Bolívar
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Publicado: 23/08/2018 11:00 AM

El general Rafael Urdaneta, prócer de la Independencia de Venezuela y último presidente de la Gran Colombia, murió el 23 de agosto de 1845, en París, Francia, a la edad de 57 años, víctima de una penosa enfermedad que desde hacía tiempo venía padeciendo.

Fue el General que a excepción de Bolívar, recorrió más el territorio nacional, con las armas de la República y calificado por el Libertador como “un genio y el más sereno de sus generales”. Bolívar tuvo para él  los mayores reconocimientos y una vez le dijo alborozado y orgulloso por la forma como respondía a las exigencias del momento de la emancipación:  “Usted es el eje de mis operaciones en el ramo de la guerra”

Urdaneta no descansaba ni un instante en su oficio de guerrero.  Se cuenta que en 45 días participó en 27 combates y los 27 años de edad ya era General de División, es decir, en 1815, cuando aún la guerra comenzaba sin fortuna.  La historia relata con emoción patriótica el episodio de los cuatro mil soldados realistas que lo sitiaron en Valencia y él apenas con 280 hombres respondió con heroísmo a aquella singular orden de Bolívar: “General defenderéis a Valencia hasta morir”.  Después fue aquel capitulo inenarrable de su retirada a Nueva Granada tras el nuevo sitio y capitulación de Valencia. 

La Segunda República agonizaba y Urdaneta, perseguido, sin municiones y subsistencias, con numerosos heridos y escoltando a una migración de centenares de personas, se abrió paso entre el ejército enemigo hasta llegar a la Nueva Granada.

Desempeñaba el cargo de Secretario de Guerra y Marina en Venezuela cuando en junio de 1845 se le designó Ministro Plenipotenciario ante el Gobierno español para ratificar el Tratado de Reconocimiento, de Paz y Amistad, celebrado en Madrid el 30 de marzo de ese año y aprobado por las cámaras del Congreso de Venezuela.

Viaja a España para ejecutar el encargo realizado. Durante el viaje, hizo escala en Londres, Inglaterra, para realizarse un examen médico debido a que sus viejas dolencias de la vejiga se habían incrementado. Los médicos le indicaron la necesidad de una intervención quirúrgica, pero Urdaneta, deseoso de llevar a feliz término la comisión que le condujo a Europa, aplazó el tratamiento y partió para París. Sin embargo, al llegar a esa ciudad se agravó y antes de su muerte se le insinúo la conveniencia de hacer el testamento, a lo que respondió: “Solo tengo y dejo una viuda y once hijos en la mayor pobreza”. Su viuda Doña Dolores Vargas París, con quien se casó en 1822, y sus hijos: ocho varones y tres hembras.

Tal era la integridad moral y responsabilidad de Urdaneta que antes de morir pidió a uno de sus hijos que le acompañaba, que devolviera al Tesoro Público los viáticos que no habría de utilizar si fallecía antes de concluir el viaje. Su temprana desaparición física causó revuelo, pues sería el candidato de todos los partidos para el próximo período presidencial.

Urdaneta fue uno de los hombres más íntegros de su época. Representaba junto a Antonio José de Sucre, la llave de la lealtad y de la fidelidad de Bolívar. El Libertador lo consideraba como el más constante y sereno General del Ejército.

Los restos de Rafael Urdaneta fueron llevados al Panteón Nacional el 16 de mayo de 1876. En ese mismo sitio el pueblo del estado Zulia levantó un monumento digno de la gloria del héroe.



Fuentes: Cultoresunidos.org.ve, Cronologías de Venezuela

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