¿A qué se debe el auge de grupos de extrema derecha en España?
Publicado: 11/03/2021 10:17 AM
Cada
vez son más recurrentes en España manifestaciones que abiertamente reivindican
al nazismo o al franquismo. ¿Por qué resurgen esos ecos del pasado?, ¿son
expresiones que forman parte de la libertad de expresión dentro de una
democracia o hay razones para encender las alarmas?
"Falangistas
se manifiestan en Valladolid brazo en alto y cantando el Cara al Sol",
"Unos 300 nazis se manifiestan en Madrid en homenaje
a los caídos de la División Azul", "La irrupción de un grupo
neonazi empaña
la manifestación por la Sanidad Pública", "La extrema derecha irrumpe en
el 8M entre cánticos franquistas y agresiones", "Varios murales
feministas amanecen
vandalizados en Madrid y Sevilla por grupos de extrema derecha",
"Vox sigue subiendo en las encuestas mientras que el resto baja". Son
todos titulares de la prensa española en lo que va de año.
¿Qué está pasando?, ¿por qué cada vez son más recurrentes manifestaciones donde abiertamente se reivindica al franquismo o al nazismo?, ¿qué relación hay entre estas expresiones y el crecimiento de Vox?.
Para el politólogo español, Guillermo Fernández Vázquez, si bien
es cierto que "estos grupos neofascistas han existido en España desde el
inicio de la democracia", también es verdad que en los últimos años han
cobrado protagonismo debido a un "ambiente político que les
favorece".
"El auge de una extrema derecha parlamentaria como Vox, con una fuerza considerable de escaños, pero sobre todo con una fuerza cultural importante, donde la derecha está siendo cada vez más hegemonizada por la extrema derecha, hace que estos grupos neofascistas se sientan respaldados y envalentonados para tener mayor visibilidad, para atreverse a hacer cosas que antes no se atrevían a hacer".
Investigador de la Universidad Complutense de
Madrid y autor del libro historiador italiano Steven Forti coincide con Fernández Vázquez.
A su vez apunta que aunque el fenómeno de la "nueva extrema derecha"
mundial, que han representado Donald Trump, Jair Bolsonaro, Matteo Salvini, la
familia Le Pen, Viktor Orbán o Vox, no se podría "definir como fascistas o
neofascistas", su protagonismo
político y
mediático sí que ha alentado el resurgimiento de grupos radicales que hasta
hace poco se creían reducidos.
"Si en el clima general la extrema derecha tiene más peso electoral, mediático y protagonismo público, evidentemente que esos sectores más radicales, directamente neonazis, se sienten más apoyados y envalentonados para hacer declaraciones públicas como las que hemos visto recientemente en Madrid", indica Forti, doctor en historia en la Universidad Autónoma de Barcelona y coautor del libro Patriotas indignados, sobre la nueva ultraderecha en la Posguerra Fría.
Vox, "la
locomotora"
Vox
no solo es
la tercera fuerza política del país, sino que poco a poco ha ganado espacios en territorios
claves, como ocurrió recientemente en el Parlamento catalán. Además, se mantiene
como el único partido que sube en las encuestas.
"La locomotora política y cultural de la galaxia de la extrema derecha es Vox, y como esa locomotora va cada vez más rápido, sus furgones de cola, sus sectores más radicalizados también avanzan. Aunque Vox todavía no lidera políticamente a la derecha en su conjunto, sí es verdad que culturalmente la batalla de las ideas la va ganando. Es decir, quien marca el terreno, el rumbo dentro del conjunto de las derechas españolas es la extrema derecha, es Vox. Es Vox quien orienta a las derechas sobre qué posiciones tomar respecto a la historia de España, respecto del feminismo, migración, economía y sobre cuestiones simbólicas, como el uso de la bandera", explica Fernández Vázquez.
Nichos abandonados
La
dirigencia de Vox poco habla de su programa de Gobierno o de propuestas
políticas, y en cambio apunta
a emociones sobre problemas estructurales que sufre el país como el
desempleo, la falta de oportunidades entre los jóvenes, la baja natalidad, el
despoblamiento de zonas rurales o las tensiones territoriales. Nichos, que
según alertan distintos académicos, han sido abandonados por la izquierda.
"Es
verdad que en España ha existido
un miedo a
una ruptura de país, a un hecho traumático de que en un país haya un territorio
que se desmiembre, y la izquierda no ha sabido tomar en cuenta ese choque
psicológico grave. O, por ejemplo, hay territorios en España cada vez más
despoblados, que viven una crisis
demográfica y una crisis económica muy fuerte, con un sentido de
abandono, pero la izquierda prácticamente no apela a ellos, no habla de eso. O
el problema de la familia".
Fernández
también advierte sobre el riesgo que podría acarrear el no atender esos
problemas urgentes del grueso de la población.
"Porque
o sino llegará una fuerza política de extrema derecha que plantee un programa,
como en Polonia, que propone dar beneficios fiscales para que las mujeres se
queden en casa, bueno, ellos no dicen mujeres, sino que un miembro se quede en
casa, y como casi siempre ocurre, se queda la mujer y, al final, es un modelo
híper regresivo. Pero si
no tomamos en cuenta eso, al final esos modelos regresivos puede que se
instauren por incomparecencia, por no haber atendido el
problema".
Épica narrativa
Además
de aprovechar esos nichos abandonados por la izquierda, Fernández Vázquez
indica que Vox ha incorporado una épica narrativa que atrae, principalmente a
los jóvenes.
Desempolvar historias "como la reconquista
de España, el Ejército de los Flandes o del Imperio español" le ha
dado sentido histórico e, incluso, hasta heroico a su lucha contra "la
dictadura progre, el feminismo, la izquierda y el independentismo".
"Muchos compañeros y amigos profesores me cuentan alarmados
que cada vez más encuentran en las clases, especialmente entre grupos de 13 a
17 años, a personas que, un poco en broma y un poco en serio, llevan banderas
preconstitucionales de España, cantan canciones franquistas, dicen 'arriba
España', que es el saludo del fascismo español. Digamos, hay toda una puesta en
escena derechista franquista donde antes no la había. Donde antes podía haber un skinhead muy
de vez en cuando, ahora esto se está generalizando, no tanto
desde el punto de vista de skinhead o gente violenta, pero sí de gente que
hace apología al franquismo y de elementos que enlazan con el
franquismo, y eso es muy
preocupante", alerta Fernández Vázquez.
Crisis, ¿caldo de
cultivo?
Durante muchos años, diversos académicos y analistas han alertado que las situaciones de graves crisis económicas y políticas son el mejor caldo de cultivo para el surgimiento de grupos de extrema derecha, como sucedió con Hitler o Mussolini en su época.
Sin embargo, el historiador Steven Forti, difiere un tanto de
quienes hacen algún paralelismo con el momento actual. Considera que
"aunque pueda rimar, como decía Mark Twain, la historia no se
repite".
"Pero
esto no quiere decir
que ahora no haya riesgos reales de que se den
posibilidades de regímenes no democráticos o que defienden lo que Orban ha
llamado una democracia iliberal, donde los derechos que se habían conquistado
en el último medio siglo se vean cada vez más restringidos y la democracia se
convierta en una especie de cáscara vacía, que es lo que ha estado pasando en
la última década en Hungría. Este es el riesgo real, ahora bien, la nueva
extrema derecha no es el fascismo de la época de entreguerras porque el mundo
ha cambiado y porque ellos mismos se han transformado", resalta Forti.
Y aunque insiste en que son momentos y actores diferentes, Forti no deja de lado elementos de la actualidad que jugarían a favor del resurgimiento de grupos de extrema derecha, como "las desigualdades sociales y una crisis económica y social que se junta con una crisis de la democracia liberal, con el declive constante del modelo neoliberal y con una crisis de valores generalizada".
KAREN MÉNDEZ/SPUTNIK