Alejandro Carrillo: “Dale café, mucho café”
Publicado: 18/08/2020 03:08 PM
Las balas de un pelotón de fusilamiento atravesaron como espadas la
humanidad de Federico García, en cumplimiento de una sentencia de odio puro
contra el pueblo español y su poeta. Fue la cobarde traición de sus delatores y
el preludio de la macabra DANZA DE LA MUERTE que hundió a
España en un desfile de esvásticas, saludos nazis y camisas negras
almidonadas bordadas con insignias fascista. Fue acusado por el falangista
Ramón Luis Ruiz de ser espía ruso, comunista, masón y homosexual.
Con la solapada intención de obviar que
fue un crimen de político y un crimen de odio, se han escrito cientos de libros
plagados de medias verdades y notables mentiras. Mucha tinta se ha regado sobre
las causas, sus autores materiales e intelectuales y los hechos que circundaron
la muerte de uno de los poetas más
grandes de la humanidad. Algunos autores maniobran literariamente para obviar que junto a García Lorca también
fueron masacrados y enterrados en una fosa comúnDióscoro Galindo, maestro de
escuela, y los banderilleros anarquistas Francisco Galadí y Juan Arcollas.
Asesinar a Lorca fue el anuncio delas
desapariciones forzadas, fusilamientos en serie, juicios sumarios, condenas de
hambre y fosas comunes que aún contaminan el territorio ibérico. Desde 1939
hasta 1975 Francisco Franco no cesó de firmar penas capitales. El 27 de
septiembre de 1975, dos meses antes de
morir, el dictador ordenó el fusilamiento de tres miembros del Frente
Revolucionario Antifascista. Con la ejecución de Lorca se pretendió silenciar para siempre todas las voces de la
II República Española.
Desde terminada la guerra civil en 1939
hasta 1975, Francisco Franco Vaamonde, ocupó gran parte de su tiempo en firmar condenas de muerte. La masacre
continuó hasta 1.959 y después disminuyeron las órdenes de ejecución
paulatinamente en la medida que el dictador iba envejeciendo. El Centinela de
España, como se autoproclamaba, dejó regadas más 3.000 fosas comunes y cunetas,
50.000 ejecuciones sumarias, 114.000 desaparecidos, 450.000 desterrados y
120.000 personas condenadas a morir de hambre. En condiciones carcelarias
extremas miles fallecieron de inanición. Miles murieron por “causas naturales”
al impedirles el acceso a tratamientos
médicos. El poeta y revolucionario Miguel Hernández murió de la combinación de
ambas: enfermedad y hambre.
Los años entre 1.936 -1.939 fueron los más nefastos que España haya sufrido. La
guerra civil dejó un saldo de casi un millón de muertos, desaparecidos,
torturados y sometidos con largas agonías con tratos crueles inhumanos y
degradantes.Entre los cientos de miles de exiliados, Antonio Machado, murió en
la tristeza del destierro.Cuando se enteró del asesinato de Lorca escribió:
“Se le vio caminando entre fusiles por una
calle larga
salir al campo frío, aún con estrellas, de la
madrugada.
Mataron a Federico, cuando la luz asomaba
El pelotón de verdugosno osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;rezaron: ¡ni Dios lo salva!
Muerto cayó Federico-sangre en la frente y plomo en
las entrañas-
Que fue en Granada el crimen. Sabed -¡pobre Granada!-,
en su Granada
“El Arte por encima de todo”, solía proclamar Lorca.Era un trabajador
incansable de las Bellas Artes, un revolucionario del Teatro Popular, un republicano integral, un obrero de los
sentimientos, un artesano del espíritu humano, un pregonero del pueblo, a quien
rendimos nuestra admiración en esta fecha que conmemora su trance a la
eternidad.
Fue fusilado bajo la luz de las estrellas en la soledad de un campo
andaluz. Había transcurrido menos del estallido de la guerra como consecuencia del
golpe de Estado fascista. La poderosa
voz del poeta, fuente inagotable de inspiración revolucionaria,era para los
golpistas un objetivo militar. Era todo el ejército profesional de España,
entrenado en las matanzas de Marruecos,
contra un pueblo republicano que apenas tuvo tiempo para organizar su
cuadros de lucha armada.
Lorca estudio Filosofía, Letras y Derecho en la
Universidad de Granada, en la cual fue alumno del profesor Martín Domínguez
Berrueta, persona con la que emprendió viaje por varias ciudades de España,
hecho que hizo despertar su vocación como escritor y así publicar su primer
libro en prosa, titulado “Impresiones y paisajes”. Hizo suya la misión
de agrupar en sus obras, las farsas, las comedias, las tragedias y dramas
enfocados al realismo político e inspirándose en el amor, la adolescencia, la
infancia y la muerte.
Vivió enLa Residencia de Estudiantes, institución
fundada por el gran filósofo y pedagogo
Francisco Giner de los Ríos, padre del Instituto de Enseñanza Libre. En estaCatedral
de la Amistad donde dieron conferencias Madame Curie y Albert Einsten,
concurren Rafael Albertin, Luis Buñuel, José “Pepín” Bello y Salvador Dalí.
Nace aquí una cofradía de talentos que entre otros recibió el nombre de la “Generación del 27.”
En el auditorium de la residencia su compañía teatral La Barraca Ambulante, ensayaba
habitualmente las obras de los clásicos del Siglo de Oro Español, en las que
actuaba y dirigía el propio García Lorca. Esta compañía itinerante fue el
instrumento de una pasión que ejerció con el tesón de un apóstol de la
educaciónpopular. Desde 1931 puso en
escena obras de Calderón de la Barca, Lope de Vega y Cervantes, que recorrieron
muchas ciudades y pueblos de España. La guerra puso fin a todo. En la primavera
de 1936 La Barraca realizó su última función en el Ateneo de Madrid por
solicitud expresa de Juana Capdeville. Esta pedagoga y bibliotecaria, alumna de
Ortega y Gasset, también fue asesinada, estando embarazada, por la Guardia
Civil golpista de Franco.
Sobre la visión y misión del teatro
como una herramienta al servicio del pueblo Lorca expresó:
«El teatro es uno de los
más expresivos y útiles instrumentos para la educación de un país y el
barómetro que marca su grandeza o su descenso. Un teatro sensible y bien
orientado en todas sus ramas, desde la tragedia al vodevil, puede cambiar en
pocos años la sensibilidad de un pueblo; y un teatro destrozado, donde las
pezuñas sustituyen a las alas, puede achabacanar a una nación entera. El teatro
es una escuela de llanto y de risa y una tribuna libre donde los hombres pueden
poner en evidencia morales viejas o equivocadas y explicar con ejemplos vivos
normas eternas del corazón y el sentimiento del hombre».
De joven García Lorca
vivió un año en Nueva York (1929-1930). Fue testigo del crack financiero de 1929.
Durante la ola de violencia que desató la
Gran Depresión, atestigua en su poemario sobre la violencia
policial de agentes blancos supremacistas contra la población negra hambrienta. Presenció las grandes colas
de gente sin empleo pidiendo pan en la calle y a los magnates en bancarrota
lanzarse desde los rascacielos al precipicio del suicidio. Pudo constatar la
gran estafa financiera del libre mercado. Del
clímax especulativo de las bolsas
de valores y el desplome caótico escribe:
“Estados Unidos es una civilización sin raíces, sin
alma. Han levantado casas y rascacielos, pero no han ahondado en la tierra, ni
profundizado en el espíritu humano”.
En su siguiente estación, el andaluz
peregrino, llega a La Habana y la dedica a ese coloso de los estudios
de la afro descendencia, Fernando Ortiz, ya que se había trasladado a La Habana
en marzo de 1930 “donde exploró la cultura y la música cubana”. Es el primer
contacto con Hispanoamérica que profundizará en 1934 cuando arriba
a Buenos Aires a disfrutar la fama con la representación de sus obras Bodas
de sangre y Mariana Pineda. Da conferencias en diferentes
centros culturales y surge su perdurable amistad con Pablo Neruda, el chileno
universal, Juana de Ibarborou, la uruguaya que como el anterior llegarían a ser
los primeros Premios Nobel de Suramérica, así como de Ricardo Molinari,
Salvador Novo y Pablo Suero. Un año después regresó a España, no sin haber
estado en Montevideo, Uruguay, donde escribió dos obras. Entonces en Madrid fue
Secretario de su Maestro y Guía, el Ministro de Educación Fernando de los Ríos.
Pablo Neruda, durante una conferencia en París en
1937, rinde homenaje póstumo al hombre de letras y amigo asesinado en las siguientes líneas:
“Lo han escogido bien quienes al fusilarlo han querido
disparar al corazón de su pueblo. Lo han escogido para doblegar y martirizar a
España, agotarla en su perfume más rápido, quebrarla en su respiración más
vehemente cortar su fibra más indestructible”[1]
“… Nunca he visto reunidos como en él la gracia y el
genio. El corazón alado y la cascada cristalina. Federico García Lorca era el
duende derrochador de alegría centrífuga que recogía en su seno e irradiaba
como un planeta la felicidad de vivir… era una especie de resumen de España,
del florecimiento popular; un producto arábigo-andaluz que iluminaba y
perfumaba todo un jazminero, toda la esencia de aquella España republicana hoy
fallecida”
Nuestro prócer de las letras, Rufino Blanco Fombona,
postulado al Premio Nobel de Literatura,
editor y autor de El Hombre de Hierro, conoció a Lorca y lo dibuja:
“una condición tradicional y popular, el gran resorte
de su calidad, que en él se da el caso denunciador de que sus versos anduviesen
primero en la boca de las gentes que en la páginas de sus libros”
“lo que había notado Rufino Blanco Fombona, quizás el
primer crítico que descubrió en nuestro amigo poeta la superior medida entre
los líricos españoles de su tiempo”.[2]
García Lorca fue detenido el 16 de agosto
de 1936. Había buscado refugio en la casa de su amigo el poeta Luis Rosales. La
denuncia de Luis Ramón Ruiz hizo efecto,
lo hace aprender bajo denuncia. Cuando el gobernador de Granada preguntó
al General Queipo de Llano sobre las
instrucciones a seguir contestó: “Dale Café, mucho café”. Era el santo
y seña para ordenar la ejecución de García Lorca y sus compañeros anarquistas.
En la madrugada del 18 de agosto, a las
4.45 de la madrugada, en un rincón del camino de Víznar a Alfacar, el paraje de
Puente Grande. en compañía de dos diestros banderilleros
del arte taurino, como símbolos del corazón de España, y un maestro de escuela,
signo de la superación de un pueblo, bajo el cielo nocturno de su amada
Granada, fueron asesinados y desaparecidos, el poeta inmortal con sus
camaradas. Desde el cielo de los poetas sigue cantando romances y rimando
canciones expresivas de su inmortal genio.
[1] NERUDA, Pablo.
Obras completas. Buenos Aires, 1970. P.
[2] ITURRIA
SAVON, Miguel. Literary criticism https://books.google.co-ve › books
ALEJANDRO CARRILLO