Cae Boves
Publicado: 06/12/2019 10:45 AM
A un año exacto del triunfo de Bolívar en la Batalla de Araure, 15 días después la victoria de las tropas revolucionarias contra el ejército realista, en la 4ta Batalla de Maturín, José Félix Ribas llegó a esta plaza con 400 soldados de refuerzo y conjuntamente con el vencedor, José Francisco Bermúdez, lograron organizar un contingente de 2.200 soldados de infantería y 2.500 lanceros de caballería.
Equivocadamente se trabaron diferencias y severas tensiones entre ambos generales sobre la jefatura de este ejército. Bermúdez, motu proprio decidió salirle al paso a Boves y fue derrotado en Los Magueyes, solo así aceptó ceder el mando a Ribas quien acertadamente comenzó el indispensable entrenamiento para batirse con José Tomás Boves en la próxima contienda.
El entrenamiento consistió en adiestrar columnas de lanceros en efectivas embestidas para romper las líneas enemigas. Ribas hizo repetir, una y otra vez, a las dos columnas de 180 jinetes, la manera de dar golpes decisivos contra el enemigo, llamándolos “los rompe líneas”.
Por su parte Bolívar, meses antes, el 06 de julio había evacuado la ciudad de Caracas con 20.000 personas que no volverían a ver sus hogares. Cuatro mil prefirieron no abandonarla y esperar la muerte en sus propias casas. Pero, para Boves la muerte era demasiado buena y ordenó torturas, violaciones y mutilaciones. Luego se dirigió a perseguir y masacrar a los migrados a oriente. En su huida las familias caraqueñas fueron asesinadas a miles, algunos prefirieron quitarse la vida, como la joven hermana del General Sucre en Cumaná, que con tan solo 14 años, prefirió saltar por un balcón antes de ser ultrajada.
Luego de vencer a Piar y a Bermúdez, Boves se trasladó hasta la mesa de Urica para unir sus fuerzas con las derrotadas tropas de Morales, logrando agrupar un ejército de más de 3.000 soldados de infantería y 4.000 de caballería. Sus unidades, gracias al saqueo y la rapiña, habían arrasado varias ciudades, y estaban tanto mejor alimentadas como equipadas.
En el amanecer del 05 de diciembre de 1814, exactamente en esa planicie a orillas del Río Amana, ambos bandos se encontraron frente a frente. Con superioridad numérica y unidad de mando indiscutible, José Tomás Boves cabalgó hacia su último destino.
Esa mañana, al amanecer, el general Zaraza mientras contemplaba la amplitud de la mesa donde estaba el ejército realista exclamó:
“O se rompe la zaraza o se acaba la bobera”.
Los “Rompe Líneas”, a su mando, cumplieron su función desbaratando con sus embestidas fulminantes el flanco izquierdo que comandaba Boves aguerridamente. La historiografía y la memoria de quienes estuvieron ahí presentes testifican que fue el propio Gral. Zaraza quien aprovechando la oportunidad en que el caballo de Boves se encabrito lo atravesó con su lanza, derribándolo de ipso facto.
Paradojicamente el ejército patriota fue envuelto por los realistas y se perdió, con esta batalla, La Segunda República.
Otra triste paradoja es que en esa misma batalla fue capturado y ejecutado el sabio Miguel José Sanz, curador ad liten y maestro de Simón Bolívar en su infancia. Sus valiosos escritos sobre la historia de Venezuela y otros documentos de gran valía fueron incinerados por los realistas.
José Tomás Boves llegó a Venezuela en 1809 encarcelado en la fragata Pizarro, en calidad de reo de justicia a cumplir condena en el Castillo de Puerto Cabello, por actividades de contrabando contra la corona. En esa misma embarcación venía, como invitado para una misión científica, el Barón Alejandro von Humboldt.
Del Castillo de Puerto Cabello a Boves le fue conmutada la pena por destierro a Calabozo, todo ello gracias a las diligentes actuaciones del jurista Juan Germán Roscio, corredactor del Acta de Independencia y Secretario de Gobierno de la Gran Colombia.
Durante su destierro en Calabozo Boves ejerció con éxito el lucrativo oficio de pulpero, casó con la mulata María Trinidad Bolívar con quien procreó un hijo. Hizo varios intentos por ingresar al ejército patriota al inicio de la Revolución de Independencia y fue rechazado por su condición social inferior. Su esposa fue asesinada delante de su hijo por las tropas patriotas, lo cual desato en él una ira inextinguible cuya sed de venganza y ánimo retaliativo desembocó en hechos criminales desproporcionados.
Sin Boves, sus llaneros sin “Taita”, quedaron al garete y desbandados. Aparecieron en el horizonte de la historia las figuras de Piar, Libertador de Oriente, y Páez con sus lanceros invencibles en los llanos; que barrieron la herencia de horror y pánico del temible asturiano. Así Bolívar despejó el paso a la Tercera República; y desde Angostura pasó a fundar la Gran Colombia y libertar cinco naciones.
Honor y Gloria al General Pedro Zaraza y su escuadrón Rompe - Líneas que dieron fin a la crueldad del más grande genocida de la historia patria.
¡Unidad, Lucha, Batalla y Victoria! ¡Venceremos!
ALEJANDRO CARRILLO