EEUU: una sociedad decadente
Publicado: 19/01/2024 06:00 PM
El empresario Donald Trump fue declarado culpable de 37 cargos que van desde agresión sexual, difamación, manejo de documentos clasificados, falsificación, manipulación de testigos hasta corrupción y aun así avanza en su candidatura a la presidencia de EEUU.
Ante esta noticia, cabe reflexionar sobre el hecho de que un ciudadano con esa trayectoria sea el favorito para ocupar la Casa Blanca, habla de la decadencia moral que vive la sociedad estadounidense, que como lo explicó Raoul Peck, escritor del documental “I Am Not Your Negro” en 2016, en el que detalló que “aunque el despuntar de la decadencia económica norteamericana sea más o menos reciente, la decadencia moral de Estados Unidos es de larga data. Tan larga como la esclavitud, el racismo, las doctrinas y secuelas imperialistas y el desgastado sueño americano”.
De acuerdo a la definición que presenta el diccionario Merriam-Webster, una sociedad es "una comunidad, nación o un grupo amplio de personas que tienen tradiciones, instituciones y actividades e intereses colectivos comunes". Este concepto es naturalmente asociado al de la ética, que de acuerdo al Pensamiento Ético Chino desarrollado por el filósofo Wong “se ocupa principalmente de preguntas sobre cómo se debe vivir: qué es lo que hace que la vida valga la pena, cómo sopesar los deberes hacia la familia y los deberes hacia los extraños”, de esta manera, se cuestiona de forma permanente cómo nos debemos relacionar con el mundo, en qué medida nos debemos involucrar en reformar las estructuras políticas de nuestra sociedad y cómo debemos actuar si tenemos una posición de influencia o poder.
En los últimos años, hemos visto como Donald Trump ha sido protagonista de diversos escándalos e incluso condenado por abuso sexual y difamación contra la escritora de revista “Elle”, Jean Carroll. Así lo decidió un jurado civil de la Corte Federal de Manhattan, Nueva York, tras un veredicto alcanzado en tiempo récord. Si bien no lo responsabilizaron por violar a la escritora en la década de 1990, sí lo hicieron por abuso sexual y por calificarla de mentirosa.
Durante el juicio testificaron dos mujeres contra Trump, alegando que también habían sufrido acoso sexual por parte del exmandatario. La ex reportera de la revista “People”, Natasha Stoynoff, declaró que fue acorralada en el club de playa Mar-a-Lago en 2005 y fue besada a la fuerza. Mientras que Jessica Leeds contó que fue besada, manoseada y le subió la mano por la falda durante un vuelo en 1979.
Asimismo, estas mujeres luego de atestiguar sobre los delitos de los que fueron objeto, declararon ante la prensa que “el sistema judicial de nuestra nación se ve comprometido por políticos poderosos. Hemos permitido que denuncias falsas y totalmente inventadas de personas perturbadas interfieran en nuestras elecciones, haciendo un daño inmenso”, expresaron las víctimas.
Sin embargo, la imagen de Trump no se ha visto afectada en su núcleo duro. Sus seguidores incluso han realizado manifestaciones repudiando el presunto “acoso” de la justicia sobre el magnate, que está bien posicionado en su partido por la disputa de la nominación presidencial republicana.
Inclusive, luego de recibir la acusación formal en el caso sobre los sobornos a la actriz porno Stormy Daniels, sus cifras en las encuestas incrementaron. No existe una teoría sociológica que pueda explicar el comportamiento silente de una sociedad ante estos escándalos que protagoniza el magnate norteamericano.
En el caso de Donald Trump, las acusaciones son más graves: documentos filtrados por el grupo no sólo apuntan a hechos de abuso infantil supuestamente perpetrados por él, sino que también lo señala como el responsable de la muerte del magnate Jeffrey Epstein en un intento de silenciarlo, como también lo denunció en su cuenta de “X”, el hacker Anonimous, que escribió: “Hiciste matar a Jeffrey Epstein para encubrir tus historias de tráfico y violación de niños”.
Entonces, considerando la moralidad como el elemento que cohesiona a la sociedad, es importante examinar el contexto social de sus influencias para entender por qué las personas pueden reaccionar de formas que difieren de su punto de vista moral, como un código movible dentro de la colectividad.
Además, nos llama la atención lo que explica el psicólogo Jordi Quiodbach cuando describe que “existen dos grupos de valores morales: los vinculantes, que gobiernan el comportamiento en grupo, y los individualizadores, que se refieren a los derechos y las libertades personales. Los valores vinculantes ayudan a regular el comportamiento comunitario, de modo que podemos otorgar más importancia a estos valores cuando estamos en presencia de otras personas que nos resultan más cercanas.
Sin embargo, la proximidad asociada con el magnate es desde la admiración que posee por amasar una fortuna que, sin importar cómo fue lograda, es la medida del éxito más grande que pueda tener el ser humano en la sociedad estadounidense.
“Cuando eres famoso te dejan hacerles cualquier cosa”, dijo Donald Trump en un vídeo en el que hablaba de “agarrar a las mujeres por el coño” o besarles sin permiso y justifica su comportamiento como ocasionado por el “lenguaje de vestuario”, refiriéndose a la ropa que usan las mujeres.
A pesar de que hay políticos que rechazan las palabras del candidato porque las consideran inaceptables “como padres” y “como esposos”, tales como Mitt Romney y John McCain. Pero Trump tras presumir de cometer una agresión y mantener un tono de impunidad, ha conseguido retratar cómo esa actitud es más propia de una cultura generalizada que el error de un empresario convencido de que nadie conseguirá tumbarle.
Hasta ahora los problemas judiciales por los delitos cometidos no han afectado a Donald Trump, de hecho, ha sido lo contrario, tal como lo informó su abogado Steve Sadow respecto al aumento de su popularidad en las encuestas “ya hay republicanos que aseguran que se está produciendo un efecto acumulativo y que las elecciones se ganan con el apoyo de las bases y cobrando algunos favores”.
Es lamentable ver como va degradándose una sociedad, teniendo en cuenta que la conciencia colectiva de una nación es la suma total de sus valores, normas y leyes. Cuando esta conciencia es débil, es socavada o se descompone, surge entonces un círculo vicioso donde la descomposición trae aún más degradación que afecta el bienestar de todos.
AMELYREN BASABE/REDACCIÓN MAZO