Entérese por qué Donald Trump es una amenaza para la paz y seguridad internacional
Publicado: 20/01/2020 11:00 AM
Ante el proceso de elecciones y en la búsqueda de una posible reelección presidencial, el presidente Donald Trump ha arremetido con sus estrategias genocidas contra cualquier objetivo internacional que le permita ganar popularidad interna y ser reelecto para un próximo periodo presidencial, aun estando amenazado por el impeachment o juicio político del congreso que no lo deja dormir tranquilo, ante la fuerte posibilidad que existe en que se declare su demencia para gobernar el país.
Este personaje se ha dedicado a ordenar ataques suicidas en varios países, buscando limpiar su gestión al muy buen estilo imperial de dominación mundial, para disuadir la persecución política que el partido demócrata le ha venido imponiendo.
Rescatar espacios de dominación en América Latina y el Caribe es uno de los objetivos fundamentales, donde se enmarcan las acciones ocurridas en Bolivia del golpe de Estado contra el presidente constitucional Evo Morales y toda la masacre del gobierno de facto de Jeanine Añez contra la población, incluso violentando normas del Derecho Internacional Público al asediar embajadas y revisar los automóviles de los diplomáticos acreditados en su país, cuyas acciones están ordenadas desde el imperialismo estadounidense quienes se creen omnipotentes para violar las normas internacionales con tal de propagar su ideología política neoliberal en el continente donde evidentemente ha ido perdiendo espacios.
Así mismo el pretender imponer normas o condiciones al gobierno mexicano en cómo y cuándo debe reprimir el narcotráfico en su país, es otra estrategia injerencista estadounidense que busca rescatar espacios perdidos, y dominio de los gobiernos progresistas surgidos al calor de los sentimientos populares cansados de la dominación neoliberal externa.
Más grave aún para los venezolanos y Latinoamérica por los riesgos que causa a la región, es la intromisión, injerencia, asedio y bloqueo que ha ejercido ininterrumpidamente sobre Venezuela, con el propósito de defenestrar el gobierno constitucional, al punto que desgraciadamente ha conseguido apoyo interno en líderes políticos apátridas, capaces de aplaudirle su injerencismo e incluso solicitarlo como lo hizo el Diputado opositor Juan Guaidó.
Pero es que no se trata solo del continente latinoamericano, donde las intervenciones han sido a granel con metodologías diferentes, ya sea judicialización de la política o a los políticos, golpes parlamentarios, intervenciones en procesos eleccionarios con apoyo de la OEA, sino que a nivel mundial como es costumbre sigue cometiendo impunemente terrorismo de Estado.
Solo en este contexto es explicable la decisión personal del presidente estadounidense al ordenar el asesinato del Teniente General iraní Qassem Soleimani, lo cual constituye no solo una declaración de guerra sino que no habiendo acciones de guerra declaradas con anterioridad, utiliza a un tercer Estado (Irak) para ejecutar un verdadero acto o crimen de lesa humanidad o crimen de guerra provocando una peligrosa confrontación bélica mundial sin precedentes que ponen en peligro la paz y seguridad internacional, si no se apoya ineludiblemente a que el presidente Trump sea juzgado en la Corte Penal Internacional (CPI) por violar normas del Derecho Internacional Público, del Derecho Internacional de los Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario.
Ante estos acontecimientos y los apoyos frontales a otros crímenes de lesa humanidad por ser contrarios a los principios humanitarios unánimemente aceptados en la comunidad internacional como los que ocurren en Yemen, su apoyo a la coalición genocida saudí y al gobierno sionista de Israel así como a los grupos terroristas islámicos Daesh o ISIS que viven asesinando a niños y mujeres inocentes en medio de su inusual guerra; no cabe duda que Donald Trump debe ser acusado y sentenciado por tribunales internacionales (CPI), cuya acción pueda detener una posible tercera guerra mundial ocasionada por su búsqueda de méritos bajo las usuales características del imperialismo para que su pueblo lo considere líder y lo reelija como presidente defensor de la Doctrina Monroe en latinoamericana.
RAFAEL SOSA VARGUILLA
@rafaeliginio