Publicado: 17/04/2024 09:00 PM

• En tiempos del Gobierno de Raúl Leoni, el diputado por el PRIN (Partido Revolucionario de Integración Nacionalista), José Vicente Rangel, denunció ante la Cámara de Diputados del Congreso Nacional, que el estudiante Cornelio Alvarado Herrera murió a consecuencia de las torturas que le fueron inferidas en los calabozos de la Dirección General de Policía (Digepol) en Maracay.
• José Cornelio “Nikita” fue inicialmente detenido, el 17 de marzo de 1968, en un sector de Bella Vista en las inmediaciones de la avenida San Martín donde tenía ubicada su residencia. Fue puesto en libertad y detenido nuevamente el 11 de abril, días después agentes de la Digepol informaron que había fallecido de un infarto al corazón en los calabozos de Maracay.
• Durante su intervención, Rangel declaró que la sede principal de esta institución policial estaba ubicada a 50 metros del Palacio de Miraflores, por lo que se hacía improbable que el presidente Raúl Leoni no estuviese al tanto de las torturas y vejaciones inferidas a los estudiantes y dirigentes de izquierda detenidos.
• El diputado señaló que existía un equipo de torturadores que habían matado a varios supuestos guerrilleros. Tenían a su vez en custodia a varias mujeres y hombres sin orden judicial alguna.
• En dicha ocasión, José Vicente Rangel refirió que “durante el gobierno del Presidente Raúl Leoni desaparecieron más de 300 personas, alguna de ellas fusiladas”.
• El mismo día de la detención de José Cornelio, fue allanado el apartamento de su hermana Mercedes en Caricuao. Un mes después, los funcionarios policiales regresaron para informarle que su hermano había fallecido de muerte natural. 
• El combatiente revolucionario Lino Martínez declaró que, mientras estuvo preso al lado de la celda donde estuvo Nikita, pudo escuchar las torturas a las que fue sometido y testificó que su muerte devino de las mismas. 
• Esto ocurrió cuando el titular del despacho de Relaciones Interiores era el adeco Reinaldo Leandro Mora. Sin embargo, está bien documentado, que en realidad Carlos Andrés Pérez seguía dirigiendo, desde su curul de diputado, todas las políticas de represión de Estado.

REDACCIÓN MAZO