Judicialización de líderes busca retorno del neoliberalismo en Latinoamérca
Publicado: 11/07/2018 03:58 PM
Cuando se trata de defenestrar,
aniquilar o eliminar los movimientos progresistas en América Latina y el Caribe
muchas son las estrategias implementadas por el imperialismo estadounidense,
principal interesado en coartar el surgimiento y estabilización de gobiernos
progresistas a nivel mundial.
Habiéndose convencido que ya las
invasiones militares perdieron vigencia porque el costo político es muy alto dentro
de la Comunidad Internacional y que la penetración cultural como método
imperial ya no abona suficientemente el terreno para realizar ese tipo de
invasiones, procedieron a los golpes blandos apoyados por los grandes medios de
comunicación y redes sociales como ocurrió en la primavera árabe, sin embargo
en América Latina no han logrado su cometido con estas estrategias mediáticas,
apoyándose ahora en la complicidad de las oligarquías internas del Poder
Judicial de cada países.
Diferente han sido las experiencia
puestas en prácticas para patentizar nuevas formas de defenestrar del poder
político a los gobiernos progresistas; Venezuela les ha servido de laboratorio
para experimentar métodos de asedio mediante una implacable guerra económica y
financiera que busca debilitar el gobierno con el apoyo mediático y la
complicidad de oligarquías suramericanas y de los grupos políticos de la
derecha apátrida que aún existe dentro del territorio nacional.
Sin embargo, están acentuando el método
de la judialización a políticos progresistas, algunos los han sacado del poder
invisibilizándolos políticamente y a otros los han atacados una vez salen del
gobierno, como una manera de desmoralizar el altísimo apoyo popular con el que
se siguen manteniendo estos líderes, evitando que puedan retornar al poder;
esto no ocurre con representantes del poder ejecutivo aliados de la derechas
que aunque sus actos de corrupción y violación a las leyes han sido notorios,
siguen presentándose como inocentes sin que se le abra algún procedimiento
judicial.
La judicialización la han venido
introduciendo lentamente desde que implementaron los golpes de estados
parlamentarios como método de despojar a líderes progresistas del poder
ejecutivo, en este orden se incluyen a Fernando Lugo de Paraguay, Dilma
Rousseff de Brasil y en Venezuela que la Asamblea Nacional con mayoría
opositora deliró queriendo enjuiciar al presidente como ocurrió en Paraguay y
Brasil pero le salió el tiro por la culata como decimos en criollo porque
nuestra Constitución hecha a los albores del progresismo no prevé semejante
aberración que aún conservan algunas constituciones latinoamericanas
influenciadas por ideas del imperialismo estadounidense.
Los casos más emblemáticos de
judicialización de políticos progresistas son el encarcelamiento del ex
presidente Lula Da Silva, a quien sin causa demostrada han mantenido presos
solo para evitar que vuelva a ser candidato presidencial en las próximas
elecciones de su país, igual ha ocurrido con la ex presidenta Cristina de Kirchner, en Argentina y hoy intentan
hacerlo con el ex presidente de Ecuador Rafael Correa, dejando claro que la
intención es inhabilitarlos para que no puedan competir en futuros procesos
eleccionarios en sus países como ocurrió con el ex presidente Fernando Lugo de
Paraguay.
Decimos que la judicialización ha sido
solo a líderes progresistas, izquierdistas y no de la política en general
porque a la par de estos hechos se observan el caso del principal cachorro del
imperio, el ex presidente Pedro Pablo Kuczynski de Perú, a quien se le abrió un
procedimiento por corrupción demostrada, pero éste recibió instrucciones de
renunciar al poder y basto para cerrar el procedimiento, tampoco se ha
encarcelado al ex presidente Álvaro Uribe de Colombia quien ha sido señalado
hasta por organismos nacionales colombianos e internacionales de estar ligado a
la narco política en su país, ni al presidente de facto Michel Temer que ha
sido señalado por su congreso de haber cometido actos ilícitos y que por
supuesto está en el poder gracias a un golpe parlamentario que es ya un delito;
no menos importante es el caso del saliente presidente del Paraguay Horacio
Cartes que no habiendo podido postularse al Senado de su país por prohibición
expresa de la constitución lo ha hecho, sin que ello provoque algún hecho
tangible en el sistema judicial para impedir semejante aberración jurídica.
La intención de toda esta avalancha
amparada en la judicialización busca el retorno de la derecha neoliberal que
desmoralice a los movimientos sociales coartando el apoyo popular a líderes
progresista que han implementado verdaderos cambios democráticos en beneficio
de las mayorías y del rescate del nacionalismo latinoamericano como método para
la protección integral de los pobres.
RAFAEL SOSA
@rafaeliginio