Publicado: 13/03/2024 09:00 PM

• El 31 de marzo de 1961, fue asesinado Julián Torres, de 37 años, dirigente sindical y miembro del PCV, por agentes de la Policía Municipal de Barquisimeto e integrantes de las bandas armadas de AD.
• Previamente, fue sometido a toda clase de vejámenes y torturas. Los agentes lo ametrallaron y dejaron su cuerpo en una calle aledaña a la Plaza Bolívar de esa ciudad.
• Nada mejor que las palabras que Argimiro Gabaldón declamó durante el funeral del mártir sindical para describir la singular crueldad con que fue asesinado:

“Pasen Señores pasen, aquí no ha muerto nadie apenas estamos velando a Julián Torres un hombre de pueblo, un descontento, uno de esos a quienes a diario asesinan porque piensan, porque no aceptan el mendrugo por las buenas, porque les quema la palidez de los muchachos y les hiere el alma de miseria.

Pasen Señores pasen, aquí no ha muerto nadie apenas estamos velando a Julián Torres, anoche lo mataron, le dieron todos los golpes por delante, tres tiros de fusil a quemarropa del rostro a los pies.

Quién sabe cuántos culatazos, y en el suelo los cobardes después de muerto encima del charco de sangre lo inflamaron a patadas.

Dudaban de su muerte y se ensañaron porque se saben que su causa no se mata porque crece con la sangre derramada y se hace fuerte con el aliento que se escapa…”

• Julián Torres dejó viuda y 14 hijos, pobres de solemnidad, a causa de la ausencia del único sostén de esa familia. A un año de su muerte CLARÍN reportó como sus victimarios transitaban libres por Barquisimeto y toda la región, como si nada hubiese pasado. 
• Durante 40 años (1959-1998) este crimen fue amparado por todos los gobiernos de la Cuarta República.  Periodo en el cual la justicia brilló por su ausencia para miles como él. 

REDACCIÓN MAZO