Malaverismos: Censo Nacional de Amantes
Publicado: 05/08/2018 07:00 AM
Una organización
internacional acaba de promover un censo para que todas aquellas mujeres y
hombres que sean amantes de señores o señoras encopetadas o no, que no los
estén tratando como es debido, se censen para ayudarlos jurídicamente y
socialmente.
Cuando Cupertina
Echenagucia de la Copa y Montesco leyó aquella noticia, no lo podía creer. Allí
estaba en primera página: “Se inicia
censo nacional de amantes. Se invita a todas aquellas personas que hayan sido o
son amantes de señores y señoras que los maltraten, y que no le estén prestando
la ayuda necesaria para vivir bien, por favor que se venga a censar para tener
sus datos y ayudarlos Se garantiza absoluta confidencialidad, a menos que la
persona censada así lo solicite”. Ahí
la señora se detuvo y vio la gran lámpara de lágrimas que estaba en el
techo: “Dios mío, y yo que maltrato tanto a Melchor”- se dijo la señora.
Entonces, tocó la
campanita que tenía a su lado y se acercó Jennifer, su asistente más cercana. “Por
favor, Jenny, alcánzame el celular inteligente que tengas más cerca” Jenny
le acercó el celular y se marchó. La señora Cupertina, Cuper- para sus amigos-,
llamó a Senona Lampeduza de la Sota y Mastronardi, y le dijo: “¿Tú
has leído esa noticia, Senona? Esto es el acabose. Y tú que maltratas tanto a Mamerto,
si ese hombre se registra como tu amante no te van a perdonar. Sí, es verdad
que yo también maltrato mucho a Melchor, y por eso te llamó, tenemos que evitar
que esa gente se registre. Hay que darle alguna cosa. Lo voy a pensar. Chao,
Seno”
Y la cosa estaba de
boca en boca. Con solo meterse en la página www: amantesafueradelhogar, la
gente podía registrarse, eso sí, tenía que dar una serie de datos personales y
de su pareja. Había gente que no lo podía creer. Gente que todo el mundo los
veía los domingos en la misa rezando y comulgando con una hostia en la boca,
estaban asustadísimos, porque si sus amantes se registraban en ese censo sería
la locura general. Mucha gente que pasaba como sería, por lo visto iba a
terminar mal si se daban a conocer los datos.
También, quien había
leído la notica era Fedor Pérez de Antolinez y García, el esposo de Cupertina. El
hombre siempre estuvo de acuerdo en que Cupertina no usara ninguno de sus
tantos apellidos para darle mayor libertad, pero ahora, también estaba asustado
con esa notica. Y entonces Llamó a Jennifer, y le preguntó: “Jennifer,
¿tú te piensas registrar en ese Censo?”, Y Jennifer, viendo a Fedor con
mucha picardía, le contesto: “Ay Fedor, Ay Fedor”. Fedor le
prometió villas y mansiones y Jennifer le dijo que lo iba a pensar.
Senona estaba
asustadísima porque tenía cinco amantes. Y a los cinco los trataba como
esclavos. “Si esos marginales llegan a registrarse en ese Censo, voy a perder
todo el glamourt que me he ganado con el sudor mi frente. Se decía
Senona. Lo mejor sería que saliéramos a la calle a protestar ese Censo, pero
sería una estupidez, porque todos van a saber que tenemos nuestros amantes, y
sobre todo los míos, que son unos marginales, pero esos son los que mejor se comportan
en la cama, porque esa gente de nuestra clase, sabrá hacer dinero, pero no sabe
hacer el amor como esos marginales”
Después de una semana,
la organización internacional anunció que había terminado el Censo Nacional de
Amantes, y que tenían registrados más de seis millones de amantes que no
estaban siendo respetados por sus parejas y que solo estaban esperando que
ellos, los amantes, les pidieran ayuda para dar a conocer en el mundo quiénes
eran las personas que peor se comportaban con sus amantes.
Desde aquel día Cupertina comenzó a tratar a Melchor haciéndole honor a su nombre, como un rey. También Senona a sus cinco amantes marginales les abrió cuentas en el extranjero y les prometió bonos en diciembre, con pernil incluido. Y Fedor se fue con Jennifer a las islas griegas, y allá están, sin que Cupertina lo sepa.
ROBERTO MALAVER