Malaverismos: Comisión para el control de la habladera de paja
Publicado: 29/08/2021 06:00 AM
Después de más de
veinte años declarando todo tipo de pendejadas para Venezuela y el mundo, los
miembros caídos de la oposición decidieron crear una Comisión para controlar
esa permanente habladera de paja.
Después de revisar su
archivo personal de entrevistas y declaraciones a la prensa desde el año 2000,
Henry Ramos Allup llegó a la conclusión de que había hablado mucha paja durante
muchos años. Para buscar un consuelo también consultó el archivo de sus otros
compañeros; Antonio Ledezma, Leopoldo López, Julio Borges, Edward Zambrano,
William Dávila y Manuel Rosales, y una vez que leyó una buena cantidad de
declaraciones y entrevistas dijo: “No hay nada que se salve. Ni una sola frase.
Kilos de basura textual”.
Movió la cabeza en
señal de que no era posible lo que había descubierto, y sacó el pañuelo y se lo
pasó a la armadura falsa que siempre lo acompaña en el escritorio. Encendió la
computadora, y una vez que metió su clave, Rómulo22208, comenzó a llamar a los
otros miembros porque se le había ocurrido una idea para mitigar en parte esa
constante habladera de paja que les daba cada vez que veían un periodista.
Mientras esperaba que
entraran por zoom los otros miembros caídos de la oposición, veía el retrato de
Rómulo Betancourt de tamaño natural que está en la sala de la Quinta La pipa de
Guatire. “Ay, Rómulo, que difícil se nos puso esta vaina”- decía viendo la foto
desde el asiento de su escritorio.
Al rato comenzaron a
entrar todos los convocados: Borges, López, Vecchio, Ledezma, Zambrano, Rosales.
Y mientras los veía a todos juntos en la pantalla, Ramos Allup se dijo: “Esta
computadora si es arrecha, soporta a toda esa gente al mismo tiempo”.
- Buenas tardes,
compañeros todos. –les dijo, y desde la pantalla, a coro, se escuchó.
- Buenas tardes, compañero.
- Así me gusta, bien
acoplados. Los he convocado para decirles que, en estos ratos libres que he
tenido, me puse a evaluar nuestras declaraciones y entrevistas desde el año
2000, y llegué a la conclusión de que hemos hablado demasiada paja.
- Sobre todo, tú, que
dijiste que el dictador se iba en seis meses. Y además, que tenías unas pruebas
del fraude, y otro montón de vainas –le dijo Ledezma.
- Ok, Ledezma, yo
acepto mi vaina, y por eso los he convocado. Tú también has hablado la paja que
jode, además, te fugaste diciendo que estabas enfermo y ahora estás gozando de
buena salud y viviendo como un rico en Salamanca, España.
Todos callaron. Ledezma
quiso decir algo, pero prefirió callar. Ese momento lo aprovechó Ramos Allup
para decir:
- Ante ese hallazgo de
kilos y kilos de paja, pensé que debemos crear una comisión para controlar esa
habladera de pendejadas, que parece un vicio en nosotros.
- Eso me parece bien
–dijo Borges.
- A mí también –dijo
Rosales.
-Y a mí –comentó López
Hubo un silencio, como
esperando la palabra de Ramos Allup, pero él se contuvo porque en ese momento
el perro Chicharrón había saltado a sus piernas. Lo acarició brevemente y dijo:
- Entonces, aprobada la
Comisión para el control de la habladera de paja, que se llame así mismo, para
ver si le paramos bola.
- Y tú puedes ser el
Presditne –dijo Manuel Rosales.
Y todos estuvieron de
acuerdo.
- Está bien. Pero debo
decirles que tengo que escribir un manual de estilo para ver cómo los controlo.
Solo les pido que de ahora en adelante digan cosas interesantes, que puedan
perdurar, sean cómo Rómulo Betancourt.
- Tampoco nos vas a
meter a adecos a estas alturas –dijo Julio
Borges. Escribe el manual y luego nos avisas para aprobarlo. Eso sí,
cuando veas que alguno de nosotros ha declarado una pendejada, lo llamas y le
avisas.
Todos los miembros
caídos movieron la cabeza en señal de aceptación, y Ramos Allup preguntó:
-¿Estamos todos de
acuerdo?
Todos levantaron las
manos y Ramos Allup dijo:
-Aprobado. Y cambio y
fuera.
El hombre apagó su
computadora que su cuñado le había traído de Miami, bajó de sus piernas al
perro Chicharrón y lo colocó en la alfombra, y vio la foto su compañero Rómulo
y le dijo:
-Ay Rómulo, este we will come back está muy lejos.
ROBERTO
MALAVER