Malaverismos: La Oposición le escribe una carta al niño Jesús

Julio Borges, Antonio Ledezma y Carlos Vecchio, algunos de los personajes caídos de la política opositora
Foto: Internet

Publicado: 22/12/2019 06:00 AM

Reunidos en la quinta La Pipa de Guatire, Ramos Allup y otros miembros caídos de la oposición, aprueban la Carta al Niño Jesús que le envían solicitando que por lo menos les toquen más dólares de los que les han dado hasta ahora.

La sala Rómulo Betancourt de la quintan la Pipa de Guatire estaba llena. Todos los miembros caídos de la oposición habían asistido invitados por Ramos Allup para que aprobaran la Carta que le iban a  enviar al Niño Jesús. Julio Borges, Ismael García, Diego Arria, Antonio Ledezma y Carlos Vecchio estaban por Skype pendientes de la lectura de la carta.

Andrés Velásquez fue el primero en llegar y estaba sentado en primera fila. Desde allí controlaba la salida y la entrada de Críspula Salazar a la cocina. A su lado Omar Barbosa leía en su celular las últimas declaraciones de Mike Pompeo. Detrás estaba Stalin González chateando con su amigo de Estados  Unidos que le consiguió las entradas para el juego de la semi-final de Grande Ligas. Manuel Rosales estaba al lado de Stalin y ya había repartido los almanaques del 2020 de la empresa Monómeros, donde ocupa un cargo que todavía no le han  dicho de qué. 

Entonces llegó Ramos Allup y, viendo que nadie se ponía de pie para saludarlo, dijo:

-No se pongan de pie para saludarme, quédense sentados dónde están. Bueno, a lo que venimos. Les voy a leer la Carta al Niño Jesús que le vamos a enviar antes de que nos agarre el 24 de diciembre discutiendo.

Se metió la mano en el bolsillo derecho del saco que le regaló Clement cuando la campaña electoral de Carlos Andrés Pérez en 1988, sacó la carta y dijo:

-Querido Niño Jesús

Primero que nada recibe un caluroso saludo y un abrazo de la heroica oposición venezolana, o lo que queda de ella. Seguramente que te estarás riendo en este momento al leer esta carta, porque ya estás enterado de que muchos de nuestros miembros han robado que da gusto en todos los lugares del mundo por donde han pasado. Pero eso, querido Niño Jesús, son otros. Los que estamos aquí, en la Sala Rómulo Betancourt, no participamos de ese bochornoso acto de corrupción, los que están por Skype, de repente sabrán defenderse ante los tribunales, pero nosotros te escribimos porque tú más que nadie sabes que somos inocentes.

-Yo también –gritó Ismael García por Skype- A mí me dejaron afuera esta vez.
Ramos Allup siguió leyendo:

Ante esta realidad, que tú, querido Niño Jesús, conoces muy bien, nosotros queremos pedirte que este año 2020 nos ayudes a no cometer tantos errores, está bien que se cometan uno o dos errores, pero caramba, todos no pueden ser para nosotros. En primer lugar te pedimos eso, que cometamos menos errores. En segundo lugar, que la gente que reparte los dólares, que repartan mejor la cosa, es decir, pedimos igualdad, eso es lo que pedimos. Tú sabes que el autoproclamado que nosotros apoyamos, anda por allí con una campaña con su esposa pidiendo juguetes para repartírselos a los niños pobres, y seguramente tú estás muerto de la risa cada vez que ves ese video pidiendo donaciones de juguetes, porque no te explicas cómo no los han comprado con todo lo robado, pues bien, así como reparten juguetes deben repartir lo demás, que tú sabes bien qué es. También te pedimos que ayudes a nuestro compañero Donald Trump y no lo dejes caer en el impeachment. 

Para finalizar, querido Niño, queremos decirte que si nos complaces con ayudarnos a no cometer más errores, con eso para nosotros es suficiente, porque te confesamos, que ya los cometimos todos.

Esperando se cumplan nuestros deseos, nos despedimos de ti con mucha devoción y diciéndote: Niño lindo, ante ti nos rendimos. Atentamente, los miembros de la oposición venezolana.

-Muy bien –dijo Andrés Velásquez – y que venga Críspula con los tequeños para celebrar.

Ramos Allup sacó su Mont Blanc, y después que se la iba a pasar junto con la carta a Omar Barbosa para que la firmara, lo pensó muy bien y dijo:

-Es mejor este bolígrafo que está aquí.

Y tomó un kilométrico que estaba en el escritorio y comenzó a pasar la carta para que todos la firmaran.

ROBERTO MALAVER

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