Opinión: Bolivia sin mar
Publicado: 02/10/2018 04:20 PM
Ayer, la hija predilecta del Libertador Simón Bolívar
sufrió otro desafuero jurídico ante la Corte Internacional de la Haya, que se
niega a reconocer el justo derecho que le corresponde a tener una salida
marítima. Esto no solamente es la negación a las normas internacionales que
rigen la materia, es también el estrangulamiento a la economía, al libre tránsito de personas y circulación de bienes
que merece el pueblo boliviano.
Bolivia durante
seis décadas tuvo salida al mar hasta que un 14 de febrero de 1879 un
destacamento de 5000 soldados chilenos ocupó militarmente el puerto boliviano
de Antofagasta. La sangrienta Guerra del Pacífico que también involucró a Perú,
duro cuatro años. La superioridad militar chilena, el apoyo de las empresas
consignatarias extranjeras extractoras de guano y salitre, y la cuña imperial de la pérfida Albión
materializó el despojo de 120 mil km cuadrados de territorio y 400 km de costa.
Los derechos territoriales de Bolivia nacen en las
batallas de Junín y Ayacucho. Bolívar
y Sucre fueron sus primeros presidentes
y trazaron la fisionomía territorial de la misma. Sucre ceñido al principio de
derecho internacional “Uti Posidetis Iuris” (fórmula romana que significa: “tal como poseéis seguiréis poseyendo”)
estableció que el territorio de la nación naciente se extendía hasta el mar por
el despoblado de Atacama; según constaba
en los territorios reconocidos por la
Real Audiencia de Charcas. En las constituciones chilenas de 1.822, 1.823,
1.828 y 1.832 se reconocía como frontera
esa misma delimitación.
Una vez más el casus belli fue de
carácter económico por razón de los inmensos recursos de salitre y guano
contenidos en esa franja litoral que van desde Antofagasta hasta la margen sur
del rio Loa. El guano era el milagro de las anchovetas digeridas por alcatraces
que milenariamente fueron defecadas en esa zona y sirvió para abonar las ancianas y fatigadas
tierras en toda Europa. Un quintal de guano era capaz de producir veinticinco
quintales de cualquier cereal (1 quintal métrico = 100 kgs). El otro trasfondo
de la invasión fueron los grandes yacimientos de salitre destinados
a la fabricación de explosivos militares, dinamita, usos medicinales, manufacturación
de vidrios, etc.
Chile, al igual que la segunda Colombia, siempre ha
tenido una vocación territorial expansionista. Ambas naciones han buscado
soluciones de guerra para resolver sus problemas económicos a
través de la usurpación de territorios y usufructuar riquezas ajenas. Las rapacidades
chilenas comenzaron por substraer clandestinamente guano y salitre del litoral
boliviano. Más o menos igual que lo que hace hoy Colombia con la gasolina, el
café y productos subsidiados venezolanos. En aquel caso intervino el imperio
británico quien a través de su procónsul Diego Portales impuso la ley de dominación absoluta de la costa del pacífico y
la expoliación de ese territorio a Bolivia.
Esta protestó y obtuvo reparaciones pero al final los traficantes chilenos
amparados por Inglaterra enarbolaron una bandera chilena en el territorio de
las riquezas en juego.
Hasta el sol de hoy las consecuencias de la voracidad
capitalista de la oligarquía chilena conjuntamente con el fallo del tribunal de
marras, ocasiona graves daños a las exportaciones bolivianas y
deriva de un fallo político, adverso a
los derecho soberanos de Bolivia, a su líder indiscutible Evo Morales, y a sus avances socio-políticos y económicos
en la región.
ALEJANDRO CARRILLO