Opinión: Summa política de Hugo Chávez
Publicado: 15/06/2018 02:30 PM
Si hay un verbo que el comandante
Hugo Chávez supo conjugar muy bien fue el verbo SUMAR. En su calculadora
política las funciones restar y dividir estuvieron ausentes. Trato siempre de
sumar, multiplicar y ampliar los horizontes de la revolución bolivariana.
Incorporó cuadros de todos los grupos políticos existentes e hizo de la palabra
“Democracia Participativa” un nuevo canon de sociología política que hoy es un
nuevo derrotero para las naciones que buscan ampliar las fronteras del espectro
democrático. El genio político de Chávez se funde en el futuro de la historia
por haber clavado los linderos de la humanidad unos cuantos años luz más allá
de los que pretende sostener una
democracia hueca e imperialista, carente de su calidad esencial: EL PUEBLO
El caso contrario y
anti-histórico fue el de AD y su fundador: el verbo restar y dividir formaba
parte diaria de su actuación. El
estilete, el baile de zancadillas, la mascarada, la puñalada por la espalda
fueron elementos sustanciales de su ejercicio diario. Acción Democrática ha sido el más grande
fraude político de la historia contemporánea de Venezuela. Gracias a los odios
estratégicos de Rómulo Betancourt convirtió a AD en su gran cementerio político
particular. En ese patio de rencores que sembró con negras flores, enterró uno
a uno a los que coadyuvaron a fundarlo, también se encargó de hundir al espíritu de renacimiento de nuestras raíces
socioculturales e históricas. Figuras-que en su momento fueron esperanza del
pueblo venezolano, en lucha por el rescate de sus riquezas, y el ejercicio de
la soberanía nacional como Raúl Ramos Jiménez, Domingo Alberto Rangel, Jesús
Ángel Paz Galarraga, Luis Beltrán Prieto, Simón Sáez Mérida, Salom Meza y Manuel Alfredo Rodríguez, fueron
expulsados de sus filas. El partido perdió su juventud revolucionaria, y con
ella su cita con el tiempo, para languidecer en manos de dirigentes de segunda
fila, hábiles para burdas maniobras electoreras y celestinescos oficios, de lo
que da muestra su cúpula actual bajo la dirección de Ramos Allup.
Betancourt se propuso en 1936
neutralizar al gran líder popular de la federación venezolana de estudiantes-
FEV: Jóvito Villalba. Hombre abierto a todas las tendencias. La FEV fue el gran
partido de masas de 1936 y Jóvito su líder indiscutible.
Ese
movimiento, expresado por la brillante oratoria de Jóvito Villalba y la
publicación en todo el país de periódicos, manifiestos, actos culturales y
mítines, da nacimiento organizaciones políticas,
obreras y ligas campesinas. Betancourt lo
infiltra con el fin de ponerlo a su servicio. Había militado en el partido
comunista de Costa Rica se había distanciado de la III Internacional y
polemizado con el PCV, origen de su visceral anticomunismo. A quien le
preguntaba que si era marxista respondía: “más o menos, pero eso no significa
que cuelgue esa chapa en la solapa del paltó”. Finalmente logra que Jóvito lo
expulsen del PNV.
Con Andrés Eloy Blanco tenía Betancourt preocupación, reservas y
distancias. Utilizó la influencia del maestro Rómulo Gallegos
sobre el poeta, para sugerirle distanciarse del P.C.V, con cuyos
dirigentes cultivaba amistad y buenas conversaciones. La reacción de Andrés
Eloy fue indignada, distanciándose así del maestro Gallegos. Este último al
final fue marginado.
Así confeccionó para AD un
partido acéfalo, huérfano de pensadores y de cuadros de relevo juveniles.
Rómulo fue así leal a sus venganzas, dirigente excluyente que mando a matar a
sus propios compañeros de partido. En el facturador de sus odios estratégicos dejo las divisiones
del MIR, ARS-Oposición, PRIN y MEP.
Por su parte Henry Ramos Allup –
HRA, no deja de ser un retrato mal hablado de Betancourt. HRA, sin ánimo ofensivo, es parecido a sus
ancestros turcos de Villa de Cura, amigo del regateo y de la plata constante y
sonante. Nunca en su juventud se inclinó por las tendencias renovadoras de A.D.
Cabildero de Blanca Ibañez. Creyó, en la
década de los 80, que por el solo hecho de ser a ser presidente de la fracción
parlamentaria de A.D. y solo por el afán
de sentarse en la misma silla de Gonzalo Barrios, CAP y Lusinchi, podría llegar
a ser Presidente de la República. Tal el origen de sus afanes. A tal efecto no
le importa si su fuente de ingreso está en Washington, Miami o Bogotá, o si la elección es con dólares, votos,
sanciones o balas.
Betancourt y Ramos Allup son
parecidos como enterradores. El primero quiso hacer la reforma agraria con los
tractores y C.A.D.A de Rockefeller. El
segundo de la oposición actual abandonó la lucha democrática en busca de la
intervención extranjera y el bloqueo de su país. Su partido cede la supremacía
opositora a copey, como corolario de sus desaciertos.
Como reflexión debemos considerar
que LA SUMMA DE CHÁVEZ consiste en
apartarnos del síndrome de la exclusión
y el sectarismo. Las funciones de la calculadora política son sumar,
multiplicar, ampliar y expandir las fronteras del chavismo que es una de las
naves salvadoras de la humanidad. Consiste en cultivar su sagrado legado y consolidar su gran ultimátum político: UNIDAD, LUCHA, BATALLA y VICTORIA.
Lo demás son reminiscencias de la generaciones claudicantes del 1.928 y 1.958, que no supieron interpretar los signos de la historia ni sincronizar los tiempos políticos del porvenir. La gloriosa generación de 1.992 con Chávez y sus oficiales siempre insurrectos, condensa todas las revoluciones inconclusas, traicionadas y olvidadas de nuestra historia republicana.