Pandemia imperial impulsada por Trump contra gobierno de Maduro será derrotada por Pueblo Bolivariano

"Una componenda imperial (...) sólo tendrá su antídoto cuando el pueblo o los pueblos hechos diplomáticos, se nutran de las herramientas necesarias y ejerzan la presión requerida"
Con El Mazo Dando

Publicado: 16/07/2020 11:30 AM

Las acciones que el imperialismo estadounidense ejecuta en muchos pueblo y países de este continente y del mundo, son más que una enfermedad viral inoculada en los pueblos, la cual ha adquirido características de pandemia imperial, cuya propagación han luchado por  arraigarla en Venezuela, quien hoy muestra ante la comunidad mundial las maldades de esa enfermedad imperial que ataca a su pueblo impidiendo la compra de alimentos y medicamentos con la intención de destruirlos económica, política y culturalmente.

 

La propagación de la enfermedad imperial no solo se ha incubado en 13, 20 o 50 mil habitantes sino en millones y millones, pero además ha sido llevada a múltiples países con el firme propósito de acentuarse y quedarse sometiendo a la gente más empobrecido, ávidos de atención médica, alimenticia y de un sistema legal internacional ayude librarse de semejante plaga mundial.

 

Es una pandemia multiforme que emplea el imperialismo estadounidense para destruir a los países, someter a sus pueblos y apropiarse de los recursos, cuya acción ejerce con el acompañamiento continuo y permanente de gobiernos lacayos que bajo el entramado político, económico y jurídico al que se encuentran atrapados en las redes imperiales, no ven más salida que seguir sus designios.

 

En el contexto de esta pandemia conducida desde el pentágono estadounidense, describiremos algunos de los ataques multiformes a que ha sido sometida Venezuela por el gobierno estadounidense, situación que también han vivido y viven pueblos hermanos como  el yemeni, panameño, iraní, entre muchos más afectados por irracional actuación imperial.

 

Los ataques multiformes en Venezuela se evidencian con las medidas coercitivas unilaterales que aplican, violando flagrantemente el Derecho Internacional Público, lesionando el comercio entre naciones e irrumpiendo los principios de la ONU como organismo garante de la convivencia entre las naciones bajo el respeto de la soberanía, independencia y autodeterminación de los pueblos.

 

De manera pues que así como el coronavirus o COVID -19 tiene múltiples manifestaciones o sintomatologías en los pacientes, igualmente ocurre con el imperialismo y sus ataques multiformes contra Venezuela, entre los cuales encontramos: bloqueo económico-financiero, la acusación contra el presidente Maduro y los miembros de su gobierno por tráfico de drogas, financiamiento del terrorismo, ataques  mercenarios para invadir al país, bloqueo naval y amenaza militar constante.

 

También hemos presenciado el robo de 5 mil millones de dólares cuyos recursos financieros se encontraban depositados en bancos de 15 países, hechos que se traducen en golpes certeros a la población civil mediante la prohibición en la adquisición de alimentos y medicinas, empujándola a rebelarse contra su gobierno, cosa que no han logrado ni siquiera con el apoyo de apátridas internamente quienes han propiciado intentos de golpe fallidos.

 

Lo paradójico de estas acciones es que las Naciones Unidas, ni la Unión Europea, ni la mayoría de los estados del planeta que votaron a favor del actual ejecutivo de Venezuela se pronuncian enérgicamente sobre las atrocidades del imperialismo, y con su silencio le acompañan en sus acciones imperiales neocoloniales como lo ha manifestado últimamente la propia Unión Europea en su delirio de estado supranacional dominante acostumbrado a saquear territorios y apropiarse de recursos ajenos cuyo ejemplo lo muestra la recién retirada de esa organización “Inglaterra” quien se pretende apoderar de 31 toneladas de oro venezolano que el City Bank, arbitrariamente le entrego cual institución imperial que fue incapaz de honrar sus compromisos y devolverlo a Venezuela una vez que se le cancelo la deuda, ante lo cual debía devolver la garantía prendaria según las normas asumidas en el momento de la contratación.

 

Muchos absurdos termina avalando por acción o por omisión importantes organismos de la comunidad internacional, haciéndole daño a Venezuela y a la arquitectura legal internacional que regula la paz mundial, porque cuando no hay un pronunciamiento respecto a lo absurdo y aberrante de decir que Venezuela ha minado territorio estadounidense de drogas, eso se constituye en una aceptación o miedo a contradecir por las represalias que pudiera accionar ese imperialismo rancio que está ejerciendo el Presidente Trump en su  batalla electoral.

 

Sin embargo no todo está perdido, pues personalidades que precisamente han ocupado el cargo de Director Ejecutivo de UNODC (1997-2002), el programa antidrogas de la ONU, dice que Venezuela siempre ha estado fuera de los principales circuitos de tráfico de cocaína: entre Colombia, el principal país, productor, y EE. UU., el principal consumidor.

 

No existe, sino en la fantasía enferma de Trump y sus asociados, de que haya comercio ilegal de narcóticos entre Venezuela y los Estados Unidos, pues basta consultar las dos fuentes más importantes sobre el tema, el último informe de la UNODC sobre drogas y el último documento de la DEA, la policía antidroga estadounidense, con fecha de diciembre de 2019

 

Según este último el 90% de la cocaína introducida en los EE. UU, proviene de Colombia, el 6% de Perú y el resto de orígenes desconocidos. Pueden estar seguros de que si en ese 4% restante existiera cualquier olor a Venezuela, no habría pasado desapercibido.

 

No hay rastro de Venezuela en ninguna página de los dos documentos, ni en ningún otro material de las agencias anticrimen de los Estados Unidos en los últimos 15 años de alguna mención referida a hechos que puedan conducir indirectamente a las acusaciones lanzadas contra el presidente legítimo de Venezuela y contra su gobierno.

 

Ante la gráfica de este hecho u otros que podrían mencionarse, queda más que demostrado que solo es una componenda imperial, que ha sido impuesta en otros países como una enfermedad pandémica que se esparce en varios continentes y muchos pueblos del mundo, que solo tendrá su antídoto cuando el pueblo o los pueblos hechos diplomáticos, se nutran de las herramientas necesarias y ejerzan la presión requerida ante ese u otro imperio genocida que pretenda liquidarlos

 

RAFAEL SOSA VARGUILLA

@rafaeliginio

 

 

Comparte esta noticia: