Por displicencia de la ONU ante bloqueo a Venezuela se pone en riesgo paz latinoamericana

"Es lamentable que la ONU no haya sabido detener estas acciones terroristas del Gobierno colombiano en obediencia al imperialismo yanqui"
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Publicado: 17/09/2019 05:26 PM

Displicencia en los pronunciamientos de organismos internacionales genera  avances en las agresiones unilaterales contra Venezuela,  profundiza la crisis económica y social que padece la población en general, causando graves daños no solo a los venezolanos, sino a Latinoamérica en su totalidad como zona de paz.

 

Desde 2013, la OEA como herramienta imperial al ver los primeros síntomas de la guerra económica, enfiló sus baterías para derrocar el gobierno constitucional de Nicolás Maduro; aunque sus acciones fracasaron por fundamento ético y legal,  algunos gobiernos direccionados por el imperialismo yanqui, unilateralmente sancionaron a individuos y luego a la economía nacional burlándose de las leyes internacionales, de la carta de la OEA y de las Naciones Unidas.

 

Desesperados por obtener recursos financieros, apropiarse del petróleo y minerales estratégicos venezolanos, se alinearon con el gobierno estadounidense y con apátridas venezolanos de la oposición política golpista para profundizar la guerra económica contra este pueblo que ha decidido ser libre, igualmente radicalizaron las acciones diplomáticas en foros y organismos internacionales, cuyo liderazgo o punta de lanza le fue confiada al gobierno uribista y centroderechista de Colombia liderado por Iván Duque.

 

Desde Colombia han realizado mil acciones terroristas apoyadas desde  la Casa de Nariño y el paramilitarismo para proteger al autoproclamado y demás diputados venezolanos de oposición que junto a militares desertores se encuentran asilados en Colombia, por ser responsables de las intentonas de golpes de estado, intento de magnicidio y de las acciones terroristas de calles.

 

En este sentido, resulta necesario considerar en el ámbito latinoamericano, revisar lo relativo al otorgamiento de asilo político a ciudadanos golpistas en países vecinos, para evitar que desde las regiones fronterizas los asilados con protección internacional, cuenten con facilidades que les permita generar conflicto en el país del cual han salido, no constituyendo esto una negación a su derecho de protección humanitaria establecida en la institución del asilo político a nivel mundial, sino una restricción que evite la violación de las propias leyes internacionales  en desprestigio de la institucionalidad del asilo.

 

En flagrante violación al Derecho Internacional Público, presidentes de países latinoamericanos acompañaron de manera presencial el pretendido derrocamiento del gobierno constitucional de Venezuela sin que la ONU repudiara la asociación presidencial para delinquir, dado que la Cruz Roja Internacional y la Media Luna Roja invalidaron la supuesta ayuda humanitaria, con su no acompañamiento por carecer de los principios elementales establecidos en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos.

 

Es lamentable que la ONU, no haya sabido detener estas acciones terroristas del Gobierno colombiano en obediencia al imperialismo yanqui, al no repudiar las barraganerías de un gobierno narco paramilitar que en vez de atender el conflicto interno que invade a su pueblo, se dedica es a crear acciones violentas contra el pueblo venezolano.

 

Mas sin embargo, se ha permitido la creación de frentes  de ataques al gobierno y pueblo venezolano a través de sus fronteras, reavivando conflictos históricos que se encontraban bajo el tratamiento de los mecanismos que prevé el Derecho Internacional Público, tal es el caso de las intenciones del gobierno guyanés al ignorar el Acuerdo de Ginebra que establece los métodos y condiciones en el caso del Esquibo venezolano, territorio que el autoproclamado pretende entregar ligeramente violentando el interés nacional y soberanía popular, extralimitándose en las competencias que por ser presidente de la Asamblea Nacional le son conferidas en la Constitución de la República.

 

Esta Guerra aunque es de Venezuela no será posible ganarla con prontitud sin que miembros de la comunidad internacional, dejen el miedo al imperialismo y pasen de una solidaridad parcial, enunciativa, a una acción solidaria real, pragmática, mas allá de los acuerdos o mecanismos internacionales suscritos, de las armas  que ellos utilizan como el TIAR o de las acciones guerreristas económicas como el bloqueo.

 

Es necesario que los países que no apoyan la intervención e injerencia externa en Venezuela, por ser contrario al derecho internacional, al violar la soberanía y autodeterminación de los pueblos, ejerzan acciones unilaterales contundentes contra países como Colombia cuyo gobierno narcoterrorista, busca alterar el estatus de zona de paz latinoamericana.

 

El gobierno colombiano, al no atender a su pueblo que sufre acciones violentas por grupos paramilitares, narco guerrilla y del propio ejército regular, viola los derechos humanos de sus connacionales, lo cual constituye una amenaza a la paz y seguridad internacional, por lo cual, el Consejo de Seguridad de la ONU, puede tomar acciones de verdadera intervención humanitaria, dejando su displicencia manifiesta hasta ahora.

 

Ante estas circunstancias y en aras de mantener a Latinoamérica como zona de paz los gobiernos respetuosos de la autodeterminación, soberanía e independencia de los pueblos y de la unión en la diversidad política latinoamericana deberían tomar acciones reales contra el Estado vulnerante de la tranquilidad continental, quienes sin realizar una injerencia en sus asuntos internos como hizo México durante el Golpe de Estado en Chile en 1973, podrían retirar sus embajadores, llamarlos a consulta o suspender la ejecución de acuerdos comerciales, hasta que cese la agresión que pone en riesgo la paz de la región.

 

RAFAEL SOSA VARGUILLA


@rafaeliginio

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