Salvador Allende, La Vía Chilena Al Socialismo

El médico Salvador Allende fue presidente de Chile hasta el día de su muerte
Cortesía Internet

Publicado: 25/09/2023 06:00 AM

El pasado 11 de septiembre, se cumplieron 50 años del golpe de estado y asesinato del “Compañero Presidente”, Salvador Allende, quien fue un Presidente electo democráticamente, derrocado mediante una criminal operación de saboteo y desestabilización política y económica del país, que culminó en el alzamiento militar derechista, crisis generada por la injerencia norteamericana, que luego  instaló, una dictadura militar feroz, presidida por el General Augusto Pinochet, la cual duró  17 años de crueldades para asegurarse que no quedara vestigio alguno del socialismo chileno, a satisfacción  de los intereses de EEUU en América y el mundo.

Allende fue un gran humanista, pacifista y legalista, médico y político, miembro fundador, en 1936, del Partido Socialista Chileno, desde muy joven como estudiante participó en la política, llegando a ser Presidente de la Federación de Estudiantes de Chile, como médico se dedicó a la medicina social, fue militante consciente de la necesidad de la unidad revolucionaria, trabajó por ella promoviendo en varias ocasiones coaliciones de partidos y movimientos para procurar el poder político en Chile; en el mismo año 1936 participa de la creación del Frente Popular, apoyando la candidatura presidencial de Pedro Aguirre Cerda quien gana la presidencia  y Allende, quien ya era diputado, fue designado Ministro de Salubridad, Previsión y Asistencia Social, tiempo en el cual fundó el Sistema de Salud Nacional y un Seguro de Accidentes del Trabajo así como medidas de protección de la maternidad y la niñez.

Durante 27 años fue parlamentario del Congreso Chileno; en el 1952 se presentó por primera vez como candidato a la presidencia con el apoyo del Partido Socialista y el Partido Comunista, unidos en el Frente del Pueblo, posteriormente se presentó de nuevo como candidato presidencial en 1958 y 1964, hasta que el 4 de septiembre de 1970 ganó la Presidencia, con el apoyo de la Unidad Popular, una  alianza de partidos de izquierda, en medio de una feroz campaña mediática contra su candidatura.

El programa de gobierno de Allende planteó la construcción del socialismo en Chile por la vía pacífica, significando una novedad y un desafío porque hasta el momento no se conocían experiencias socialistas alcanzadas por vía del voto electoral, denominándola: “La vía chilena al socialismo”, según “un modelo democrático, pluralista y libertario”.  Allende creía firmemente que, por el camino de la institucionalidad burguesa, en Chile se podría construir el Socialismo, ya que pensaba que la Fuerzas Armadas Chilenas eran muy respetuosas de la legalidad constitucional. Toda la adversidad que se va a desarrollar durante su gobierno se manifiesta desde muy temprano en el Congreso ya que, debido a la poca diferencia entre el primero y segundo lugar de los resultados electorales, el Congreso debía confirmar quien sería el Presidente.

En esa coyuntura, EEUU y todas las fuerzas conservadoras alentaron la posibilidad de que no se le proclamara y que se repitieran las elecciones, lo que conllevó  a negociaciones que condujeron a Allende y a la Unidad Popular a convenir con la Democracia Cristiana la firma de un Estatuto de Garantías Constitucionales que sería incorporado a la Constitución, mediante una Reforma.  La Democracia Cristiana, dominaba el Congreso, el Presidente saliente Eduardo Frei, era su máximo líder y después en el gobierno de Allende se incorporó al parlamento como Senador.

EEUU presionaba para evitar la confirmación de Allende, entonces la ultraderecha para generar inestabilidad política, asesinó al comandante en jefe del Ejército Chileno Rene Schneider, las referencias sobre él indicaban que efectivamente sería leal a la Constitución. Finalmente, Allende fue proclamado Presidente de la República, el 24 de octubre de 1970.

Un Congreso Golpista

El 1ro de mayo de 1971, Allende pronuncia su primer discurso como Presidente ante al Congreso Nacional de Chile, en el mismo, ratifica su objetivo de construir el socialismo según un modelo original, inédito, pacifico, se plantea la superación del atraso y de la pobreza, considera que el socialismo ha probado ser el modelo eficiente y efectivo, para la reconstrucción racional en libertad, autonomía y dignidad; resalta que él representaba a una nueva fuerza política que estaba comprometida con los intereses de las mayorías pobres del país, las cuales rechazaron con su voto al capitalismo, lo que iba a significar transformaciones económicas y sociales a las cuales el Congreso Nacional le corresponderá institucionalizar.

Consideraba que “lo que impide realizar los ideales es el modo de ordenación de la sociedad, es la naturaleza de los intereses que la rigieron hasta ahora”, agregando que “nuestra tarea es definir y poner en práctica la vía chilena al Socialismo”. Dijo que el pueblo de Chile había conquistando el poder político sin verse obligado a utilizar las armas, y que la resuelta actitud del gobierno, las energías revolucionarias del pueblo, la firmeza democrática de la Fuerzas Armadas y los Carabineros, velarían porque Chile avanzara con seguridad por el camino de su liberación. Sin embargo alertó la posibilidad de la violencia de las minorías privilegiadas e hizo notar que las revoluciones políticas se pueden hacer en pocas semanas, pero no una revolución social y económica, la cual requeriría tiempo y fases intermedias. Ratificó la total identificación e integración del gobierno con las masas populares.

Se había dirigido a un Congreso que intentó no confirmarlo como Presidente y que estaba dominado por la Democracia Cristiana, quienes haciendo mayoría con la ultra derecha, sabotearon la gestión de Allende vetando Ministros y negando la aprobación de las leyes que presentaba el Ejecutivo.  Un Congreso que, luego de haber sido parte durante casi tres años de todas las estrategias de desestabilización, emitió  una resolución el 22 de agosto de 1973 donde declaraban inconstitucional el gobierno de Allende, con lo cual autorizaron y justificaron el sangriento golpe de estado y magnicidio del “compañero presidente” y sus seguidores.

La estrategia que en principio tenía la Democracia Cristiana contra Allende era ganar el Congreso en las elecciones parlamentarias de marzo de 1973 para luego desde el Congreso destituirlo, pero como la izquierda las ganó, se definieron por el golpe de estado ejecutado el fatídico 11 de septiembre, fecha en la cual Salvador Allende anunciaría un plebiscito para resolver la crisis política mediante consulta al pueblo.

El Ejército chileno a las órdenes de Washington

El escritor y periodista Gabriel García Márquez, narra los acontecimientos relacionados con el golpe de estado y Magnicidio de Salvador Allende en un texto titulado: “Chile, el golpe y los gringos”,  en el mismo dice que a finales de 1969, en Washington,  tres  generales del Pentágono cenaron con cuatro militares Chilenos, donde conversaron de las elecciones presidenciales de 1970 y uno de los generales del pentágono preguntó  a los generales chilenos que haría el ejercito Chileno si Allende triunfaba, a lo que uno de ellos de nombre  Toro Mazote respondió: “Nos tomaremos el palacio de La Moneda en media hora, así haya que incendiarlo”.

Entre los generales invitados a la cena estuvieron Ernesto Baeza, quien dirigió el asalto al Palacio de Gobierno, dos de sus subalternos se hicieron famosos los días del golpe: Augusto Pinochet, Presidente de la Junta Militar que tomó  el poder y el general Javier Palacios quien participó junto con otros oficiales del asesinato del Presidente Allende. Otro de los generales de la cena en Washington fue Gustavo Leigh, quien dio la orden de bombardear con cohetes el Palacio Presidencial; en el bombardeo participaron pilotos acróbatas norteamericanos, también participaron en el golpe policías de países vecinos que entraron por Bolivia a perseguir refugiados políticos. El plan, por razones geopolíticas, estaba elaborado desde antes de las elecciones, los documentos desclasificados de la CIA dan cuenta de ello.

También relata García Márquez que en el ejército chileno, hubo   una gran purga para eliminar a los oficiales que no apoyaban el golpe, los cuales fueron asesinados a la víspera; hubo sublevaciones de regimientos completos que se negaban a reprimir al pueblo, los promotores fueron fusilados; los asesinatos de oficiales y tropa fueron falsamente atribuidos a las acciones de resistencia popular. El general Arturo Troncoso, otro de los participantes de la cena en Washington, dirigió la purga sangrienta de la oficialidad progresista de la Marina de Guerra, componente a quien se le asignó  iniciar el golpe. Los oficiales jóvenes de Carabineros no se sumaron al mismo, resistieron por 4 días atrincherados en la Escuela de Suboficiales de Santiago, fueron liquidados con bombardeos. Toda esa barbarie para acabar, como dice el poeta Mario Benedetti, con Allende, el hombre de la paz.

A los 4 meses del golpe de estado se contabilizaban 20 mil muertos, 35 mil presos y torturados, 200 mil trabajadores despedidos, 25 mil estudiantes expulsados. Cabe preguntar: ¿Cuántas serían las cifras a lo largo de 17 años de represión incruenta, de la acción de un estado terrorista propicio para un experimento, pero ahora de corte capitalista: el neoliberalismo salvaje, que fue vendido como exitoso modelo económico?

La Gestión del gobierno socialista.

Chile fue bloqueada por EEUU y se le aplicó una guerra multiforme, excusándose en la supuesta represalia por las nacionalizaciones de las empresas norteamericanas del cobre sin indemnización, lo que generó desabastecimiento y escasez de  repuestos, entre ellos los de vehículos, también tomado como  pretexto del paro de transporte de carga y transporte público, paro que duró  mucho tiempo porque los dueños y choferes eran financiados por la CIA , lo que desquicio la economía  de Chile; estas acciones eran acompañadas de agresión mediática, de atentados contra la infraestructura de puentes, instalaciones de energía eléctrica, protestas callejeras de los estudiante de la Universidad Católica, asesinatos, asedios a los trabajadores chilenos por parte del ejército “y que buscando armas”, suspensión del crédito internacional, caída de  los precios del cobre.  En fin, se obstaculizó de muchas formas el avance del programa socialista que no era más que recuperar la soberanía e incorporar a la clase trabajadora al protagonismo de la dinámica social, económica, cultural y política del país.

La nacionalización del cobre era un punto del plan de Gobierno de Allende, lo cual respondía a la necesidad de recuperar la soberanía sobre sus recursos naturales explotados por empresas norteamericanas. Allende, en varias ocasiones explicó que no era una acción contra los norteamericanos, que se necesitaba poner el cobre al servicio de las necesidades del pueblo chileno y lo resumía diciendo, “el cobre es el sueldo del pueblo chileno”.  La nacionalización fue aprobada por unanimidad en el Congreso, donde la Unidad Popular era minoría, a partir de una reforma Constitucional cuyo proyecto lo presentó el Ejecutivo y fue modificado por el parlamento, para proteger intereses del capital extranjero; pero fue un paso adelante. El gobierno anterior el de la Democracia Cristiana había realizado un proceso que llamaron la Chilenización del cobre, adquirieron el 51% de las acciones de una de las empresas, pero pagando por ello el doble del valor de la misma. El planteamiento de Allende era la nacionalización integral, mientras que lo que se aprobó en el Congreso, él lo llamaba, la nacionalización pactada.

Allende, explicó en un discurso ante la ONU el 4 de diciembre de 1972, que en la nacionalización del cobre no hubo confiscación, se pagó indemnización, solo que de acuerdo a la disposiciones  constitucionales aprobadas en el Congreso, se le dedujo las ganancias superiores al 12% anuales, más allá de 1955; destacó que las empresas del cobre obtuvieron en 50 años de operación ganancias fabulosas, invirtieron 30 millones de dólares y obtuvieron ganancias de 4.500 millones de dólares, y aún así, entregaron las empresas en muy mal estado, tampoco cumplieron con hacer las inversiones de expansión, fracasaron en las que intentaron  para lo cual tomaron  préstamos externos, que significaron  endeudamiento de las empresas, que al nacionalizarlas, el Estado debió asumir, lo que Allende calificaba de otra forma de pago indirecto de las indemnizaciones.

La reconocida diputada y dirigente política del Partido Comunista Chileno, Gladys Marín, en un discurso en la Universidad de Concepción en mayo de 1972, narró  que en los 3 años de gestión, el gobierno de Allende, a pesar del saboteo, tuvo grandes avances en lo económico y social, con resultados muy exitosos, por ejemplo: el PIB creció 3,7 %; y la economía 7,7%. Las principales riquezas del país fueron nacionalizadas y se creó una Corporación del Cobre, se profundizó la Reforma Agraria con la expropiación 4.401 predios con 6,4 millones de hectáreas que beneficiaron a 250 mil personas. Se promulgó la primera ley para hacer justicia al pueblo Mapuche, entregándole 70 mil hectáreas de tierras. Se redujo el desempleo de 8,3% en 1970 a 3,8% desde 1971 al 1972; los salarios mejoraron en 57, 45 %, se incrementaron las asignaciones familiares, pensiones y jubilaciones, mejoró sustancialmente la atención a la de salud con la incorporación de la participación comunitaria en salud, lo cual incidió positivamente en los indicadores sanitarios importantesla construcción de más de 200 mil  viviendas, aumentó el consumo de calorías y proteínas, fue creada la primera red nacional de jardines infantiles y la educación superior creció en más de un 80%. En fin, mejoro sustancialmente la calidad de vida del chileno.

Durante el gobierno se realizó el primer Congreso Nacional de Ciencia y Tecnología y se desarrolló el más amplio movimiento artístico de excelencia, masivo y popular. Se amplio y profundizó la participación del pueblo en la actividad política, social y cultural. Se aumento la sindicalización y se reconoció legalmente la Central Única de Trabajadores que llegó  a tener afiliada el 30 % de la fuerza laboral. Afirmó la dirigente Comunista, que con Allende se dio un proceso de cambio profundo y revolucionario.

El folclor chileno se expandió por toda América Latina y sus cantores revolucionarios conquistaron seguidores en todas partes, entre ellos los grupos de Quilapayún, Inti-Illimani, Violeta Parra y Víctor Jara.

Allende y el Poder Popular  

Para Allende era de gran interés el desarrollo del Poder Popular, de manera que más allá de la Unidad Popular y la sindicalización obrera, se ocupaba de que los trabajadores se incorporaran a la dirección de la administración de las empresas y al control de la producción, se hizo un proyecto de ley para la participación de los trabajadores en las empresas de propiedad social, mixta y privada, y que se aplicó en las empresas nacionalizadas.  Sus discursos eran muy pedagógicos, empeñados en hacer ver a los trabajadores que ahora las empresas eran de todos los chilenos y ellos eran sus administradores en equipo con el gobierno, quienes eran encargados de dar las orientaciones y los métodos.

No faltaron empresas donde se paralizaron sectores de trabajadores, ya que en la industria del cobre se desarrolló una elite que estaba reaccionando contra la revolución, tal como pasó en Venezuela con el golpe petrolero contra Chávez, pero fueron poco a poco derrotados por los otros trabajadores. Allende explicaba a los trabajadores la guerra económica y comercial a la que estaban siendo sometidos y que por ello se requería aumentar la producción siendo muy positiva la respuesta de los trabajadores que comenzaron a batir récords de producción.

El pueblo chileno se movilizó una y otra vez en defensa de la revolución, muchos sectores se organizaron para hacer frente al desabastecimiento y al paro de transporte, y hasta en canciones y consignas pedían al Presidente armas para defender la revolución.  Ante la existencia de sectores del Ejército chileno y de Carabineros con Allende, los cuales fueron liquidados sanguinariamente, cabe la pregunta: ¿por qué no se encontraron el pueblo organizado y los sectores militares patriotas para derrotar el golpe?

El gobierno norteamericano venía haciendo un seguimiento a Allende desde hacía 10 años, sabían que llegaría a ser Presidente y se emplearon a fondo para impedirlo y luego para derrocarlo, con una agresividad propia de una operación de guerra desbastadora, destinada a exterminar las posibilidades que esa experiencia se recuperara y/o fuera imitada por otros países de América o el mundo.

El 11 de septiembre fatídico, Allende, ante la inevitabilidad de ser derrocado optó  por la salida que consideró la de la dignidad y la lealtad al pueblo chileno: morir combatiendo por el derecho de ese pueblo al socialismo, a un sistema de gobierno democrático, justo y soberano. De su discurso de despedida por Radio Magallanes, el escritor chileno, Volodia Teitelboim, histórico dirigente del Partido Comunista de Chile, escribió:

“No son las palabras de un hombre que, cuando la muerte lo mira fijamente, y le dice “Ven”, se resigna o se entrega a la desesperación. Enjuicia con claridad, denuncia con firmeza, condena, señala al pueblo el camino para cuando él ya no esté sino en su memoria”.


Bibliografía:

Salvador Allende – La Vía Chilena Al Socialismo; Colección Palabras Esenciales, MINCI, Caracas. 2009

Se abrirán las grandes Alamedas, Salvador Allende,  Biblioteca Básica del Pensamiento Revolucionario, Monte Ávila Editores Latinoamericanos, Caracas. 2010

 

MARÍA MAGDALENA ZAMBRANO

MOVIMIENTO CULTURAL BOLÍVAR INSURGENTE


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