Sangre y muerte: La única opción para la derecha venezolana
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Publicado: 03/05/2024 07:49 PM
Más de 15 atentados de magnicidio
han realizado desde el 2013 en contra del presidente Nicolás Maduro, todos
probados, todos delatados por los implicados y autores materiales de los hechos
fallidos, aunque hasta el día de hoy, siguen negando su participación.
En lo que va del 2024 van 2
operaciones develadas a tiempo. Uno de ellos expuesto por el Presidente durante
su presentación de memoria y cuenta el pasado 5 de enero ante la Asamblea
Nacional (AN), en la que detalló “desmantelamos en el mes de mayo, en el mes de
agosto, en el mes noviembre y diciembre cuatro conspiraciones con componentes
extranjeros, planificadas desde Miami y desde Colombia”, acusó el mandatario
nacional durante su alocución. Sobre esto, el Fiscal General, Tarek William Saab, denunció, el
pasado 20 de febrero, la implicación de varios ciudadanos en la llamada Operación Brazalete Blanco, que
pretendía el derrocamiento del Gobierno venezolano.
A propósito de ésta
operación, en una entrevista ofrecida al canal Telesur, Saab refirió la participación de la activista
opositora Rocío San Miguel, dueña de la
Organización no Gubernamental (ONG) Control
Ciudadano, con documentos relacionados
con la operación terrorista.
En esa entrevista, el Fiscal
General informó que los involucrados en la llamada Operación Brazalete Blanco "planificaron un ataque
contra la 21º Brigada de Infantería del Ejército Bolivariano y el Batallón
Negro Primero; ambos ubicados en Táchira, para hacerse con el parque de armas
de este cuerpo” y además puntualizó que los involucrados en la
operación "tenían planeado atentar contra la vida del gobernador Freddy Bernal e iniciar una escalada de actos terroristas hasta atentar
contra la vida del presidente Nicolás
Maduro", lo cual llevó a la
acción del Estado venezolano para neutralizar tal conspiración.
El último intento
neutralizado fue planificado para el pasado 25 de marzo, día de la inscripción
de la candidatura a la presidencia del actual mandatario Nicolás Maduro Moros, en las inmediaciones de la plaza
Diego Ibarra.
La fiscalía informó este
lunes en una rueda de prensa, las circunstancias y objetivos del plan
organizado contra el Presidente, con la muestra de audiovisuales en los que Jerry Ostos y Carlos Eduardo Castillo, ofrecieron detalles de la trama. También se detuvo el
activista opositor Carlos Julio Rojas, señalado como instigador y coordinador logístico de dicha operación.
A pesar de las
declaraciones de los imputados, la prensa internacional lo presenta como un “supuesto”,
fueron arrestados dos miembros de la organización Vente Venezuela,
agrupación política de la opositora María
Corina Machado.
Sin embargo, los voceros de
la derecha sostienen que son hechos inventados por el Gobierno nacional para
tildarlos de violentos, pero en un análisis realizado y publicado en mayo de
2014 por el canal Telesur, luego del fallecimiento del presidente Hugo Chávez, se realizaron 7 intentos de
asesinar a Nicolás Maduro sólo en 2013, y podemos detallar
cada uno de ellos:
· El 3 de mayo, el mandatario dio a conocer
información sobre planes de magnicidio y señaló directamente al expresidente
colombiano Álvaro Uribe, así como a Roger Noriega y Otto Reich, desde Miami.
· Luego, el 10 de junio, el entonces Ministro
de Interior, Miguel Rodríguez Torres, informó que según las investigaciones realizadas, dos
grupos de paramilitares colombianos que fueron detenidos una semana antes iban de
atentar contra la vida de presidente.
· Después, el 31 de julio, Diosdado Cabello, quien para el momento era el presidente de la Asamblea
Nacional (AN), dio a conocer que el empresario Eduardo Macaya Álvarez, el terrorista Luis Posada Carriles y Álvaro Uribe forman parte de las personas que desarrollan planes de
magnicidio contra Nicolás Maduro. Además, Rodríguez Torres informó
que primeras reuniones se efectuaron durante abril en Miami y Bogotá con la
participación de Uribe, el
expresidente de facto de Honduras, Roberto Micheletti, un delegado enviado por Posada Carriles, un
oficial colombiano activo, y un oficial de la CIA.
· Más adelante, el 26 de agosto Rodríguez Torres informó sobre la detención de dos colombianos: Víctor Joan Gueche Mosquera y Erick Leonardo Huerta Ríos, quienes tenían órdenes de asesinar a Maduro, o en su defecto, al titular del Parlamento, Diosdado Cabello. El operativo fue denominado “carpeta amarilla”.
Fueron detenidos el 15 de agosto cerca de Caracas,
y afirmó el Ministro que los sicarios colombianos contratados para matar al
presidente cobraron 10 mil 600 dólares.
· Días después, el 30 de septiembre el
presidente Maduro ordenó la
expulsión de tres empleados de la embajada de EEUU: Elizabeth Hunderland, David Mutt y Kelly Keiderlinh por estar incursos en actos desestabilizadores contra el
país.
· Tan solo unos meses transcurrieron cuando se
realizó una nueva detención, el 20 de diciembre, la policía colombiana capturó
a Alejandro Caicedo Alfonso, alias “Scooby” en Antioquia, acusado de participar en un plan para asesinar a Nicolás Maduro y Diosdado Cabello durante agosto de ese año.
A pesar de esto, el año
siguiente estuvo minado de noticias, detenciones, confesiones, declaraciones y
conspiraciones ocurridas durante el 2014:
El 25 de marzo, el presidente Nicolás Maduro anunció la detención de tres generales de la Aviación,
aliados de la extrema derecha venezolana, que planeaban ejecutar un golpe de
Estado contra su gobierno.
Luego, el 28 de marzo, el entonces
alcalde de Distrito Capital, Jorge Rodríguez presentó pruebas del plan de
asesinato contra el Presidente y otros representantes del Ejecutivo nacional,
elaborado por opositores y empresarios venezolanos con apoyo del Departamento de Estado y el embajador de
EEUU en Colombia.
Más adelante, en junio de ese año, el diputado y
para el momento, presidente de la Asamblea Nacional (AN), Diosdado Cabello, reveló
durante su programa “Con El Mazo Dando”, más pruebas referentes al magnicidio y
al golpe de Estado en Venezuela;
teniendo como invitado al programa, el
alcalde Jorge Rodríguez, quien develó un audio que contiene diversas notas de
voz de Pedro Burelli como pruebas de su participación en el denunciado plan
magnicida contra el presidente Nicolás
Maduro.
Es importante recordar que Pedro Mario Burelli fue miembro de la dirección de Petróleos de Venezuela (PDVSA), actualmente es un empresario radicado en Miami y principal financista de la Fiesta Mexicana, o Golpe Suave; que se intentó aplicar en nuestro país desde febrero de 2014.
Tiempo después, el 04 de agosto de 2018, durante un acto por la conmemoración de los 81 años de la creación de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), se produjeron dos explosiones de drones mientras el Jefe de Estado venezolano daba un discurso en la avenida Bolívar en Caracas. Tras este ataque, desde el punto de vista comunicacional, algunas corporaciones de la comunicación intentaron y continúan procurando invisibilizar el hecho, incluso los medios internacionales ese 4 de agosto de 2018 minimizaron lo ocurrido calificándolo como “supuesto magnicidio”, desconociendo así el peligro que representó este evento.
De acuerdo a las investigaciones realizadas por los equipos de inteligencia de nuestro país y de todo el mundo el atentado del 4 de agosto marca un precedente al convertirse en el primer intento de magnicidio con drones del planeta. Fue un atentado que a la luz de las declaraciones obtenidas fue planificado desde el extranjero para decapitar al gobierno por completo. Un ataque que sería visto en vivo y en directo por millones de personas.
Otra de las acciones
conocidas ocurrió en plena pandemia, una incursión terrorista sorprendió al
pueblo venezolano el 3 de mayo de 2020, con una incursión mercenaria en aguas
territoriales de la nación, cuando en las costas de Litoral Central, en Macuto,
se avistaron grupos armados que fueron neutralizados en unión
cívico-militar-policial, era la “Operación Gedeón”. Esta fue planificada por la
ultraderecha nacional desde Colombia en complicidad con su gobierno, contó con
la participación del narcotráfico y la orden de la Casa Blanca para
desestabilizar el país y emprender una intervención militar extranjera.
Sin embargo, a pesar de los ataques permantentes, el llamado del
presidente Nicolás Maduro siempre ha sido al diálogo y la
construcción de la paz, en uno de los tantos llamados declaró: “Convoqué un
diálogo para el trabajo, para trabajar juntos. La Conferencia Nacional es para
vernos a los ojos, reconocernos como venezolanos, para decirnos que queremos
paz, que vamos a hacer la paz, los invito, vamos a conectarnos mutuamente”, enfatizó
el mandatario nacional, quien además le recordó a la oposición que “la
responsabilidad de la paz no sólo es mía como Presidente, la responsabilidad de
la paz es también de ustedes”.
Tal como hemos visto en los
últimos 25 años, mientras una fracción ultraderechista continúe abogando por
vías antidemocráticas y amenazando con eliminar a sus oponentes con arremetidas
violentas, los resultados para ellos serán cada vez más negativos, ya que cada
escalada golpista trae tras de sí una profunda cohesión del Pueblo y la
Revolución Bolivariana que apuesta por encima de todo, por la unión nacional.
AMELYREN BASABE / REDACCIÓN MAZO