Toda la vida para cantar en el Mazo
Publicado: 07/08/2020 09:38 AM
A principio de los
años 90, un viejo maestro que había sido productor de Alí Primera me dijo: “…Si Alí
estuviese vivo estaría haciendo rock and roll…”; ésa frase cambió mi vida para
siempre; eran mis tiempos de universidad, estaba descubriendo a Alí, militando con la izquierda
estudiantil y comenzando a fundar mi banda musical “El Pacto”, por lo tanto
necesitaba algo qué decir, una razón para cantar, darle sentido y utilidad a
las canciones que quería hacer; como generación, veníamos del 27-F, del 4-F y
del 27-N, en esos años de crisis estructural de la 4ta república recuerdo que
le coloqué una calcomanía a mi primera guitarra, decía: “Febrero hasta Vencer”;
en esa década “El Pacto” logró gran aceptación del público, la banda ascendía
rápido y hasta nos llamaban disqueras internacionales, pero cuando sus
ejecutivos sentían el “tufito” a izquierda se ahuyentaban.
Ya en 1999, con el
triunfo del Comandante Chávez me dije: basta de hacer música
para rockeros y críticos, debemos llegar al barrio, a las mujeres trabajadoras,
a los campesinos, cantarle al pueblo y al proceso revolucionario, ir más allá
del rock. Esto hizo que parte del público que nos había seguido, no nos
perdonara el “chavismo”. Poco a poco las canciones que íbamos haciendo
eran más combativas, revolucionarias y chavistas, ellas fueron creándose y
horneándose con el fuego de las coyunturas, los momentos históricos y los
minutos urgentes, entonces las tarimas cambiaron, ya no le “abríamos” a
artistas internacionales y nacionales de renombre en grandes auditorios y
tarimas, si no que cantábamos en marchas, barrios, urbanismos, consejos
comunales, comunidades y comunas campesinas; con ello “pegamos” nuestro primer
“hit” “Pueblo a la calle” y le colocamos “EP” al nombre de la banda como
adjetivo (ejército del pueblo).
“El Pacto-EP” siguió cantando y luchando entre avances y reveses,
sobreviviendo sin disqueras, ni promoción masiva en los medios, solamente tal
como nos enseñó Alí: de casa en casa, de calle en calle, de pueblo en pueblo,
hasta que una noche a principios de mayo de 2019 “dándole la cola” a un
camarada del Frente Francisco de Miranda después de un ensayo le dije: “el
deber de El Pacto-EP es cantar en el Mazo” fue como un “chispazo” pensarlo,
reflexionarlo y decirlo en el mismo segundo, y es que después de tanta lucha y
militancia en casi 30 años de trabajo, experiencias y cambios, sentí que ese
era el paso crucial para mostrar y compartir nuestras canciones al pueblo
Chavista de Venezuela y el mundo.
Hasta que el sueño se
hizo realidad, la noche del martes 21 de mayo de 2019, recibimos una llamada
para participar al día siguiente y por primera vez en el programa número
253 de “Con el Mazo Dando”, inmediatamente la emoción y los nervios se
hicieron presentes, nosotros no conocíamos personalmente a Diosdado y él, suponemos, no sabía quiénes éramos, tampoco creemos
que conocía nuestras canciones, es decir, estamos casi seguros que se arriesgó,
que nos dio confianza a priori, cosa que le agradecemos eternamente, también
era la primera vez que una banda de rock se presentaba en el mazo, y hasta el
equipo de producción del programa tenía sus expectativas; pensamos mucho si
debíamos incluir alguna versión de Alí Primera, pero luego nos dijimos: “¡Vamos
con nuestros temas!, ¡Confiemos en nuestras canciones!” y así rápidamente
escogimos el repertorio, vestuario, equipo técnico y toda nuestra “perolera”.
Llegamos al teatro
del Círculo
Militar el miércoles a golpe de 4, teníamos retraso, nos recibe
Carolys afirmando: “todo va a salir bien muchachos” y rápidamente el director
general nos muestra las estadísticas del programa para que estemos al tanto del
“peo” en que estábamos metidos. Hicimos la prueba de sonido y a los
minutos comenzó a entrar el público e invitados, cuando el reloj marcó un poco después
de las 7 pm llegó “El capitán”, la primera impresión fue cuando se nos acercó
saludando a cada uno personalmente y en pocos segundos nos explicó cómo era la
dinámica del arranque, ése detalle lo cambió todo, su gentileza nos calmó, los
nervios se convirtieron en fortaleza, en esos segundos nos hizo sentir sus
cómplices en la tarima (y vaya que para lograr esa afinidad se necesitan años
compartiendo tarimas). Luego se fue al centro del escenario, inicia el programa
y llega nuestro esperado momento, las palabras textuales de Diosdado para
presentarnos fueron: “y hoy, día de rebeldía… ¡ahj! estamos de lujo aquí en
este programa con el grupo que va a cantar hoy, yo no lo les voy a decir quién
es, a ver si ustedes saben quién es… ¡uno, dos, tres!”.
Allí comenzó nuestra Con el Mazo Dando “experience”,
Diosdado mágicamente se convirtió en
parte de la banda y la banda parte de “El Mazo”, fue amor a primera
vista, como dice la canción: “no sé ni cómo, ni cuándo”, explotó una energía
desbordante, el espacio se volvió lúdico, Diosdado
se colocaba el sombrero de paja, compartíamos la bandera de Venezuela, la cual
agitaba mientras brincaba y bailaba, lo mismo hacía el público; luego compartir
el sombrero y la bandera se convirtió en una marca para los programas venideros
en los que participamos; al terminar el programa ya pasada la media noche Diosdado se acercó de nuevo para
despedirse y agradecernos; éste gesto de humildad nos hizo sentir más
comprometidos y también, que habíamos ganado un amigo, un miembro más de la banda,
era como si nos conociéramos de toda la vida.
A la semana siguiente
volvimos al programa, y luego la otra y la otra, cada semana aumentaba la
energía, el afecto, los retos y la camaradería con todo su equipo de producción
y técnico (porque quienes trabajan en el mazo lo hacen con amor y compromiso),
luego Diosdado comenzó a armar una
juntera hermosa con las y los compañeros de música y militancia (Colectivo Patria Nueva, Daniela, Sujeilys,
Oriana, las trujillanas de Sueños Repetidos, Alí, Pinky, Omar y los grupos de
gaita de las academias de la Fanb) logrando que todas y todos quienes
participamos “hiciéramos una sola piel”, un equipo, y es que cantar en El Mazo va más allá de simplemente eso,
es convertirse en su extensión, porque al salir a la calle el pueblo te
reconoce como “El cantante del mazo” y te dicen: “dile Diosdado que tal y tal”,
“¿Cómo hago para que me ayuden con éste caso de salud?”, “Házmele llegar esto a
mi capitán” además de llamadas, mensajes y correos; es allí cuando crece
nuestro compromiso con el pueblo y con la historia.
Conocer, compartir y
estar cerca de Diosdado hizo que
admiráramos su avives, su espíritu de líder, el cariño y el compromiso que
logra con su equipo de trabajo, su capacidad para responder, como hay que
responder en el momento preciso, no se le escapa ningún detalle, las “agarra en
el aire”, su gran habilidad de comunicador, su sentido del humor, su lealtad a Chávez, al partido, a Nicolás, a la revolución bolivariana,
su internacionalismo, su pasión por la historia de Venezuela que también está haciéndola, su amor al pueblo, a su
familia, al trabajo, su humildad, su integridad ideológica, su compromiso, pero
por sobre toda las cosas su amistad honesta y muchos recuerdos.
Cada vez que
terminaba un programa siempre me llegaba uno de los productores con el
sombrero, la bandera o los guantes de boxeo que usamos en el tema “Rondón va a
pelear” para devolverlos diciéndome: “Aquí te manda el capitán”, siempre me
sorprende ese detalle, habla muy bien de él; también recuerdo que mi papá
pasaba por una terrible enfermedad en esos días, y en cada programa siempre se
me acercaba alguno de sus colaboradores para decirme: “Diosdado me dijo que te preguntara como va lo de tu papá”, me
sorprende que un líder con tantas cosas que atender pudiese acordarse de eso;
son solo ejemplos de las tantas acciones, actitudes y aptitudes que definen a Diosdado.
Al final de cada
programa y para despedirse siempre nos cuenta alguna anécdota de la historia de
la guerra de independencia, incluso nos da material de apoyo sobre lo que lee y
nos recuerda: “…si yo fuera músico escribiría canciones que hablen de esto”, y
para mí es una orden que asumo con entusiasmo, en la que actualmente trabajo,
es decir, Diosdado nos guía sobre el contenido que deben tener nuestras futuras
composiciones, nos invita a escribir sobre la dignidad histórica de éste bravo
pueblo, es como volver a empezar; le dije a un pana muy querido en éstos
días, “El Pacto-EP” nunca tuvo la oportunidad de cantar junto a Chávez o en “Aló Presidente” quizás no
era el momento, Dios sabe lo que hace y Diosdado
también, de lo que sí estoy segurito es que nos preparamos toda la vida ¡para
cantar en el Mazo! ¡Nosotrxs Venceremos!.
GABRIEL RODRÍGUEZ “EL COMEMAÍZ”