¿Y los “defensores” de DDHH? Así vive Colombia semana y media de violencia tras detención de Uribe

Bajo el silencio cómplice de los supuestos defensores de los derechos humanos, oenegés y la Alta Comisionada de la ONU Michelle Bachelet, Colombia ha vivido una semana y media de fuerte violencia y masacres, justamente tras la detención domiciliaria del expresidente Álvaro Uribe, acusado de delitos de soborno y fraude procesal, pocos para la lista no oficial de crímenes que le son atribuidos al político ultraderechista neogranadino ¿casualidad?

Durante este periodo, se suscitó la masacre de nueve jóvenes en Samaniego, Nariño, donde el pasado sábado 15 de agosto se encontraban compartiendo, cuando llegaron cuatro sujetos armados que estaban encapuchados y comenzaron a disparar indiscriminadamente contra las personas que estaban dentro de una vivienda.

El país todavía no había salido de la conmoción, puesto que unos días antes, el 11 de agosto, cinco adolescentes, de entre 14 y 15 años, fueron brutalmente asesinados en el sur de Cali. Las autoridades atribuyen esta masacre a bandas delincuenciales al servicio del narcotráfico, quienes presuntamente estarían detrás de este crimen que impactó a la nación.

El 8 de agosto la barbarie se pasearía entre Cauca y Nariño, dos de los departamentos más golpeados por la cruenta lucha entre grupos armados para quedarse con territorios y rutas cocaleras del suroccidente de Colombia, y es que en el limítrofe municipio de Leiva, dos menores de edad fueron asesinados cuando iban a dejar una tarea al colegio San Gerardo.

A toda esta ola de violencia se le suma el asesinato de 2 miembros de una comunidad indígena en una protesta por la devolución de sus tierras. Entretanto, no hay respuestas, solo autoridades y políticos manifestando "solidaridad" y "dolor", prometiendo "investigar" y "llegar al fondo" de los hechos.