Ya son 20 años del paro petrolero, pero… ¿Por qué PDVSA? (2)
Publicado: 23/12/2022 09:26 PM
No rendían cuentas nadie. La situación económica del país y las demandas insatisfechas del pueblo requerían de las divisas que ingresaban por concepto de las ventas de petróleo, para ser solucionadas y ante el hermetismo en la revisión de cuentas, algo funcionaba mal en Petróleos de Venezuela, SA (PDVSA). Detener el paquete entreguista de la Apertura Petrolera y la posible independencia de esta industria del Estado era un problema que debía ser tratado de inmediato. Sin embargo, los gerentes de PDVSA se negaban a sensibilizarse ante tal situación y prefirieron el conflicto, pues para ellos la relación de fuerzas estaba a su favor y la decisión del pueblo no significaba nada.
En una nueva etapa del cumplimiento de las nuevas políticas del presidente Hugo
Rafael Chávez Frías, se aprobó una nueva Constitución en Asamblea Constituyente, donde se cambió
el nombre de la República y algunos símbolos patrios fueron modificados y
comenzar todo un grupo de acciones orientadas a recuperar la soberanía del
país.
El periodista Earle Herrera explica en el prólogo de
la compilación, llamada Los Documentos del
Golpe en 2009, lo ocurrido en esos días: “Marchas, paros, huelgas y
bombardeo mediático marcaron los inicios de una gigantesca conspiración que
alcanzaría sus más elevadas cotas con el golpe de Estado del 11 de abril de
2002 y el paro petrolero de diciembre de ese mismo año, el cual se prolongaría
hasta el 2 de febrero del 2003. Dos golpes colosales para derribar cualquier
gobierno y, sin embargo, ambos resultaron derrotados aun cuando contaron con todo
el poder económico, mediático, de la alta gerencia petrolera, la cúpula
eclesiástica, los partidos tradicionales del puntofijismo, de nuevos partidos
envueltos en la placenta del viejo pensamiento político, de Fedecámaras, de la
ilegítima CTV y, como si fuera poco, con el indisimulado apoyo de potencias
extranjeras del nuevo y el viejo continente. Y sin embargo, fueron derrotados.
¿Por qué?”
Tal como lo expone el
periodista, los cambios de la Revolución Bolivariana tocaban los intereses de
las clases dominantes de grupos nacionales y extranjeros y presentaba
conflictos en diferentes esferas de la sociedad. A partir del 2001 comienzan
las acciones de calle organizadas contra el presidente Hugo Rafael Chávez Frías
y su gobierno, y después de varios intentos por derrocarlo se llega al choque
de trenes entre PDVSA y el Estado.
Es dentro de este contexto
que el paro petrolero se presenta
sujeto a diferentes intereses nacionales y extranjeros, donde el denominador
común es el rechazo contra todo lo que venga del nacionalismo o injerencia del
Estado en la economía.
En una entrevista publicada
en el diario El Nacional realizada por
el periodista Dámaso Jiménez al entonces capitán
Daniel Alvarado, quien dirigía el
tanquero Pilín León el 04 de
diciembre del 2002, comenta que “con el fondeo del tanquero en el medio del
canal de navegación del Lago de Maracaibo, la tripulación de esta embarcación
comenzó un paro que fue asumido como propio por parte de los directivos y gerentes de la principal industria nacional del país”.
El hoy conocido como buque Negra Matea, sirvió de estandarte de
guerra y cumpliría la función de bloquear el canal de navegación del Lago de
Maracaibo para así lograr la atención de la opinión pública en general y
paralizar el tránsito por el referido canal.
El excapitán Alvarado, en una acción de ilegalidad y avalado
por las cúpulas de poder nacionales y extranjeras, se manifestaba claramente en el comunicado
leído por él desde el buque: “Bajo ese desgastado y hasta diabólico eslogan de
la revolución, que ha dejado como resultado la división de un maravilloso país, con mayor pobreza,
inseguridad impunidad y una anarquía total, con la cual no nos identificamos”.
El paro contó con el apoyo
y sincronización de los principales medios de comunicación, tanto nacionales
como extranjeros, entre los que figuraban: RCTV, Venevisión, Globovisión, CMT,
El Nacional, El Universal, Diario 2001 y Últimas Noticias entre otros, la
operación se orientó a asfixiar económicamente a la nación para intentar lograr
por tercera vez la salida o renuncia de un presidente democráticamente electo.
Explicó Alvarado que “con la paralización de la nómina directiva, la nómina operativa y el Pilín
León, el Sistema Interconectado de
Suministro (SISOR), las plantas CD5, CD4, HDT2 y el departamento principal de comercio y la suma progresiva de los buques: Morichal, Moruy, Paramacai y Yabire colapsarían en un 60% la funcionalidad y capacidad
productiva de la industria, pues al no activarse los planes de contingencia por
la nómina mayor se paralizarían continuamente las demás dependencias y plantas,
entre las que se encontraban aquellas que ligadas a la extracción del crudo, suministraban el gas doméstico que surtía a todo los venezolanos”
Paralelas a estas acciones
dentro de la industria petrolera, se daban declaraciones en los medios de
comunicación, tales como las de Andrés
Velásquez (Causa R) al diario El
Nacional en diciembre de 2002: “Compren carbón y leña para una o dos
semanas, porque vamos a paralizar este país. De eso estoy hablando. De parar el
transporte nacional, la industria petrolera…”.
Como podemos percibir de
acuerdo a lo descrito, el rasgo más distintivo del paro petrolero es que fue
una acción política de una clase social privilegiada contra el presidente Hugo Rafael Chávez Frías y el Pueblo
venezolano para lograr sus intereses y disputas particulares.
Es importante tener claro,
que tanto el Estado como las trasnacionales petroleras han servido siempre como
elementos de desarrollo capitalista y se han mantenido al servicio de intereses
foráneos. Sobre este punto en particular y refiriéndose al proceso de
nacionalización de PDVSA, el cual
sirve para comprender el porqué de la negativa de la tecnocracia petrolera,
encontramos una cita de Juan Pablo Pérez
Alfonso publicada en la revista Resumen
en 1978, que alude esta situación histórica: “Con la sola excepción de los
altos gerentes extranjeros y unos pocos venezolanos que optaron por jubilarse,
continuaron en sus cargos directivos quienes hasta el día anterior a la
nacionalización representaban en el país los intereses de las compañías
trasnacionales”.
Como se ha explicado en
líneas anteriores, la historia demostró que el Estado y las trasnacionales han
sido las estructuras políticas y económicas de las situaciones de anclaje capitalista
sobre el continente.
El profesor e investigador
de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de
Venezuela (UCV), Dick Parker en su libro publicado en
2009, llamado Repensando la política
venezolana, detalla que: “Empezamos por constatar que el proyecto
nacional-popular, iniciado a partir de la convincente victoria electoral de
diciembre de 1998, desafiaba explícitamente poderes e intereses hegemónicos a
nivel nacional e internacional.”
Añade el profesor Parker que en Venezuela, las clases
políticas que sustentaron el poder durante los últimos años antes de la llegada
del presidente Hugo Rafael Chávez Frías
tuvieron siempre una actitud servil frente a las trasnacionales petroleras y
favorecieron situaciones logrando obtener rango de fuerza legal, permitiendo el
saqueo sistemático de todos los recursos naturales del país.
Revisando estos significados
y en concordancia con los autores citados, el paro petrolero es la consecuencia
inmediata de un desfase entre el Estado y la empresa petrolera, que produjo que
sus directivos se alertaran al verse en una nueva realidad que no les era
favorable y que les cambiaba las reglas del juego en su condición de dominio
sobre lo político, pues en palabras de Luís
Giusti en una entrevista hecha por el diario El Nacional en 2002: “ Los políticos que crearon PDVSA la aislaron para protegerla de la
influencia de los gobiernos”
Por ello, la estrategia de
poner a la empresa estatal bajo el mando del Estado fue una de las consignas
electorales del presidente Hugo Rafael
Chávez Frías, que una vez al mando en 1998, promulgó una nueva Constitución
elaborada en Asamblea Constituyente
donde se abordó la Ley de Hidrocarburos,
así nuevas relaciones de poder entre estos dos elementos de la sociedad
venezolana, donde lo económico caería poco a poco subyugado al poder político,
y la disputa se presentaría como una confrontación entre Nacionalismo y
Tecnocracia.
AMELYREN BASABE