¿Qué pasa en un país después de una invasión estadounidense? (3-Siria)

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Las bases militares estadounidenses están estratégicamente ubicadas alrededor de importantes recursos petroleros y gasíferos de Siria.
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Publicado: 05/12/2025 08:30 PM

La intervención de EEUU en Siria se remonta al 2011 cuando estalló la Primavera Árabe, un movimiento de protesta pro "democracia" en Oriente Medio, que se extendió a ese país. Más adelante, en agosto de 2013, Washington acusó al gobierno sirio de atacar con armas químicas a un grupo de rebeldes, y usó esta aseveración para imponer sanciones financieras a esa nación.

Ese mismo año, EEUU comenzó a proporcionar armas a los grupos subversivos al gobierno de Bashar al Asad con la excusa de que el ejército sirio "cruzó la línea roja", establecida por el entonces presidente estadounidense Barack Obama, de usar armas químicas contra civiles. A pesar de que el gobierno sirio declaró en varias oportunidades que no tenía en su poder este tipo de armas, Obama optó por intervenir el país alegando que Al Asad no cumplió plenamente.

Jordan Tama, profesor de la American University, en Washington, explicó que “la guerra contra el terrorismo fue una campaña lanzada en 2001 por George W. Bush que condujo a la invasión y ocupación de Irak por parte de EEUU. Hasta entonces no existía Al Qaeda en Irak, lo que permite considerar la génesis del grupo ISIS como una consecuencia directa de dicha invasión. El grupo terrorista llamado Estado Islámico (EI), llamado ISIS en Siria, al igual que Al Qaeda, fue creado por EEUU con el fin de mantener actividades de desestabilización en el Oriente Medio.

Tama detalló que EEUU ha seguido involucrado en Siria de diversas maneras. En primer lugar, tiene unos 900 soldados desplegados en algunas zonas remotas del país para impedir que ISIS se reagrupe. En segundo lugar, EEUU otormás de mil millones de dólares en asistencia militar a grupos armados más moderados que se resistieron al control del gobierno de Al Asad. En tercer lugar, EEUU ha mantenido fuertes sanciones financieras contra el gobierno sirio desde 2011 hasta la actualidad”.

Sin embargo, Donald Trump ha asumido la postura de que Siria es un estado fallido y que no es problema de su país. Durante su primer mandato, Trump quiso retirar todas las tropas estadounidenses restantes en Siria, y sus asesores lo convencieron de mantener un pequeño número de tropas allí.

Añadió el profesor Tama que “con Trump, EEUU probablemente no será un actor importante en los acontecimientos en Siria, pero creo que es interés de la nación seguir involucrado, porque lo que sucede en Siria afecta al resto del Medio Oriente y, por extensión, a EEUU.

Actualmente, en agosto de este año, el periódico The New York Times, señaló en su editorial que “mientras los rebeldes tratan de crear un gobierno de transición, facciones armadas y potencias externas luchan por el control de la escena política siria. Los combatientes kurdos del norte de Siria, que cuentan con apoyo estadounidense, dijeron que habían acordado un alto al fuego mediado por EEUU en Manbij, ciudad en la que han estado luchando para defenderse de las fuerzas respaldadas por Turquía, y el ejército israelí ha lanzado cientos de ataques aéreos contra activos militares en toda la nación en los últimos días, afirmando que intentaba mantenerlos fuera del alcance de los extremistas islamistas.

El editorial del New York Times también hizo referencia a la situación del país y señaló que hasta 2018 “el conflicto sirio ha tenido ramificaciones geopolíticas masivas, entre las que destaca la crisis humanitaria con un saldo estimado de más de 615.000 muertos, 14 millones de desplazados y el 90% de la población restante viviendo por debajo del umbral de pobreza. Los responsables políticos y las partes interesadas regionales ven la eliminación de las sanciones como una oportunidad estratégica para apoyar la reconstrucción de Siria tras años de un significativo aislamiento económico. Además, el apoyo de EEUU al nuevo gobierno sirio probablemente erosionará aún más la influencia regional rusa, ya que ya no funciona como un benefactor extranjero vital para el régimen político del país.

La primera acción directa de EEUU contra el gobierno de Al Assad, y la decisión militar más importante de Trump desde que asumió el cargo en enero de 2017, fue cuando las fuerzas estadounidenses realizaron una descarga de misiles contra la base aérea Shayrat de Siria. Luego, en abril de 2018, EEUU, con el apoyo de Francia y el Reino Unido, lanzó nuevos ataques de represalia tras un supuesto ataque químico del gobierno contra la ciudad de Douma, controlada por los rebeldes, en el que murieron unas 40 personas.

Culminó la editorial del New York Times explicando que “en octubre de 2018, Washington anunció que las fuerzas estadounidenses se retiraban de las zonas fronterizas para dar paso a una operación planificada desde hace tiempo por las fuerzas turcas. La decisión de Trump de dar marcha atrás provocó revuelo en la Casa Blanca, y varios de sus aliados cercanos le pidieron que reconsiderara tal resolución.

¿Cuál es la situación de la gente en medio de esta invasión estadounidense?

Periodistas investigadores expertos en geopolítica como Jethro Mullen, Laura Koran, Matthew Chance, Tim Hume y Lindsay Isaac, explicaron en una entrevista en CNN que “de acuerdo con las últimas estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), al menos 306 mil 887 personas han muerto en el conflicto, pero se trata de una estimación hasta el 2024. La cifra incluye casi 12 mil niños, de acuerdo con los datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)”.

Según la ONU, hay además 6,8 millones de desplazados internos y 5,2 millones de refugiados sirios en países cercanos como Turquía, que alberga al 62,3% de esos refugiados, y ante esto, nos corresponde a todos escuchar las voces de los supervivientes y las víctimas de Siria, así como las historias de los que ahora han callado para siempre”, fueron las declaraciones del alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk.

También, el responsable de ayuda de la ONU, Tom Fletcher, aseguró que "hoy se marca un momento decisivo en la historia de Siria, una nación que ha soportado casi 14 años de sufrimiento incesante y pérdidas indecibles... Este capítulo oscuro ha dejado cicatrices profundas, pero hoy esperamos con cautelosa esperanza el inicio de uno nuevo: uno de paz, reconciliación, dignidad e inclusión para todos los sirios".

Fletcher añadió que "los acontecimientos en Siria avanzan a un ritmo notable. Más de una década de conflicto ha desplazado a millones de personas. Ahora muchos más están en peligro. Responderemos donde sea, cuando sea y como sea que podamos para ayudar a las personas necesitadas, incluidos los centros de recepción: alimentos, agua, combustible, tiendas de campaña, mantas".

Y todo esto sucede, no por que Siria tuviera armas químicas, cosa que nunca se comprobó, sino que tiene petróleo, gas natural y fosfatos, además de otros minerales como cromo, manganeso, asfalto, mineral de hierro, sal, mármol y yeso; indispensables para el desarrollo de la industria tecnológica estadounidense. 


AMELYREN BASABE/REDACCIÓN MAZO

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