201 AÑOS DE LAS CALAMINADES DE LA DOCTRINA MONROE

Publicado: 04/12/2024 10:00 PM

  • La historia de los países de América Latina siempre ha estado marcada por una constante lucha entre la consolidación de su independencia, autonomía y derechos soberanos a la libre autodeterminación, versus las ambiciones de potencias imperialistas para saquearlas.
  • Luego de nuestra independencia, consolidada en el Campo de Carabobo el 24 de junio de 1821, apareció una declaración estadounidense destinada a plagar de toda clase de calamidades a las nacientes naciones del Sur: La Doctrina Monroe.
  • La Doctrina Monroe, proclamada el 2 de diciembre de 1823, se presentó como una nueva arma de doble filo de la política exterior estadounidense, un símbolo de sus ambiciones expansionistas y una herramienta que inicialmente se proyectó como protectora de la independencia del continente, pero que con el tiempo se convirtió en la política exterior del garrote o The Big Stick.
  • Simón Bolívar recibió la noticia sobre la promulgación de esta nueva forma de política exterior con gran cautela.
  • A la fecha, El Libertador se encontraba en Trujillo, Perú, preparando el ejército para remontar la cordillera y hacer frente a los españoles en una batalla final para terminar la Guerra de Independencia por las naciones del Sur.
  • Ya en junio de 1817, a raíz de la confiscación de las goletas mercantes estadounidenses Tigre y Libertad, en el Río Orinoco, repletas ambas de armas, municiones y pertrechos para los ejércitos españoles, redactó al emisario del gobierno estadounidense, J.B. Irving, una contundente respuesta advirtiendo sobre el carácter hostil y la naturaleza bélica de ese país contra la naciente República de la Gran Colombia.
  • Posteriormente, el 5 de agosto de 1828, El Libertador Simón Bolívar, fue el primero en advertir, proféticamente, sobre los peligros y amenazas que los EEUU significarían para las naciones de Latinoamérica y el mundo cuando exclamó: “Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miserias a nombre de la libertad”.
  • Éste fue un claro testimonio de su desconfianza hacia las verdaderas intenciones del gobierno estadounidense. Bolívar entendió que la lucha por la independencia no terminaba con la derrota de las potencias europeas; el nuevo desafío sería resistir el avance de los Estados Unidos.
  • Ya definida la libertad continental, alcanzada con la Gran Batalla de Ayacucho (9 de diciembre de 1824), Bolívar adelantó los preparativos para la realización del Congreso Anfictiónico de Panamá, para lo cual dio instrucciones precisas con el objetivo de que el gobierno de los EEUU no fuera invitado. Orden que, para variar, Francisco de Paula Santander ignoró, lo que significó un gran disgusto para el caraqueño inmortal.
  • En misiva dirigida a Guillermo White, con relación al Tratado Adams-Onis entre EEUU y España, Bolívar vaticinó que “la América del Norte, siguiendo su conducta aritmética de negocios, aprovechará la ocasión para hacerse de Las Floridas, de nuestra amistad y de un gran dominio de comercio” (1 de mayo de 1820).
  • La dualidad de la Doctrina Monroe hoy se traduce en las sanciones, el bloqueo, el cerco de hambre, el injerencismo en los asuntos internos y la constante amenaza de una intervención militar directa o mercenaria.
  • Sin embargo, ya desde 1630, los fanáticos religiosos o “padres fundadores” de los EEUU, quienes dieron comienzo al genocidio de todas las etnias originarias habían esbozado el infame “Destino Manifiesto”, según el cual fueron ellos los predestinados por Dios para someter a quien se interpusiera en su camino y anexarse los territorios que creyeren propios.
  • Por lo tanto, Destino Manifiesto, que se concretó con la anexión de los territorios mexicanos en 1848; Doctrina Monroe y apropiación territorial forman parte de esta santísima trilogía que justifica matanzas, invasiones, agresiones, intervenciones, y en nuestro caso sanciones coercitivas y unilaterales.
  • Así, con una Biblia en la mano y en la otra una Colt 45, los colonos estadounidenses, a lo largo de todo el siglo XIX, ejecutaron a millones de indígenas.
  • Desde la perspectiva de la Doctrina Bolivariana de Hugo Chávez, el paralelismo entre la Doctrina Monroe, la visión bolivariana de soberanía y las actuales sanciones contra Venezuela evidencian la continuidad histórica de la agresión imperialista yanqui contra la continua resistencia de los Pueblos en defensa de su integridad territorial, su identidad cultural y la dignidad de los que la conforman.
  • La Doctrina Monroe no fue más que una voltereta retórica del ideal calvinista o Destino Manifiesto, que bajo la consigna “América para los americanos”, se presentó como una declaración anticolonial que rechazaba la interferencia de las monarquías europeas en los asuntos del continente.
  • Sin embargo, esta supuesta defensa de la autonomía de los “americanos” no fue más que una política de expansión, vigilancia, control, invasión y castigo por parte de Estados Unidos. En lugar de promover la soberanía de los Pueblos, se convirtió en una herramienta para consolidar su hegemonía, quedando relegadas las demás naciones al papel de áreas verdes del jardín imperial.
  • Hoy en día, la agresión contra Venezuela bajo el disfraz de “Ley Bolívar”, “defensa de la democracia” o “protección de los derechos humanos” no es más que una continuación de la hipocresía de la Doctrina Monroe, adaptada a las condiciones del siglo XXI.
  • Las sanciones económicas, promovidas por EEUU y sus aliados, representan un acto de guerra cuyo objetivo es doblegar al Pueblo venezolano, desestabilizar su gobierno y tomar control de sus recursos estratégicos, particularmente el petróleo, el oro, el coltán, los recursos hídricos y forestales.
  • Estas sanciones, que violan todos los principios del derecho internacional, han provocado graves consecuencias en la economía venezolana, afectando especialmente a los sectores más vulnerables.
  • Sin embargo, en lugar de destruir a la Revolución Bolivariana, han fortalecido la resistencia del Pueblo, tal como lo soñó Bolívar cuando luchó contra el imperio español y la Triple Alianza europea.
  • La Respuesta Bolivariana a las medidas unilaterales y coercitivas se resumen en el último gran mensaje de Hugo Chávez el 8 de diciembre de 2012: “Unidad, lucha, batalla y victoria”. Es decir, la resolución indeclinable de resistir unidos los zarpazos imperialistas, con la inquebrantable seguridad de que las fuerzas indetenibles de la historia nos darán la gran victoria total. Como reza el título del libro de Juan Germán Roscio: El Triunfo de la Libertad sobre el Despotismo.
  • Venezuela, como bastión de la resistencia antiimperialista en la región, se ha convertido en un blanco estratégico de los EEUU. Sin embargo, al igual que Bolívar luchó contra las fuerzas coloniales en su tiempo, el Pueblo venezolano sigue luchando hoy contra las agresiones modernas, defendiendo su derecho a construir un modelo social, económico y político propio.

REDACCIÓN MAZO

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