90 años de Doña Bárbara
Publicado: 20/02/2019 06:41 AM
El pasado viernes 15
de febrero se cumpló el 90 aniversario del lanzamiento de Doña Bárbara, la cual
sobrevivió de un arrebato perfeccionista
de su autor quien estuvo a punto de lanzar el manuscrito original por la borda
del barco que lo llevaba a Italia. Fue su esposa Doña Teotiste Arocha de
Gallegos quien lo conminó a madurar la obra para una futura edición.
Con Don Rómulo Gallegos se da el fenómeno de
cabalgar las llanuras y vastos espacios venezolanos con dos mundos que van
agarrados a cada una de sus manos. En la derecha lleva la esfera del mundo brutal
del desconocimiento de la dignidad humana, la barbarie, la superstición,
los encantos para envenenar las almas, el predominio de la fuerza brutal de la
codicia humana. De la mano izquierda lleva agarrada esa esfera de las fuerzas
del progreso que nos impulsan a avanzar hacia mejores niveles de vida, a la
superación de los límites de la estulticia y desarrollar en el marco de una
independencia lo mejor de nuestras
facultades como pueblo y como personas.
Esa esfera corre de
su mano derecha descrita magistralmente como un mundo regresivo, anclado en
remotas creencias y prácticas coloniales que representan el retraso, la falta
de instrucción, la escaces de criterios, la mezquindad ruín del espíritu
capitalista. Aquí Mister Danger se hace
presente como un factor aliado de Doña
Bárbara en su afán de adueñarse de todo lo que no le pertenece por el solo
mandato del imperio de la fuerza sobre la inteligencia. Un espíritu de
regresión bestial.
En la esfera de la
izquierda el maestro Gallegos como un Shakespeare tropical alza en la noche
alumbrada de estrellas la luminosa calavera del pensamiento de Simón Bolívar para interrogar:
Ser o no ser
instruidos?
Ser o no ser
independientes?
Ser o no ser
soberanos?
Ser o no ser colonia extranjera?
Ser o no ser
valientes guerreros irreductibles para defender a Venezuela?
Ser o no ser?
Doña Bárbara
terrófaga, avara, mujer masculinizada por la barbarie y maldad de su entorno, aliada de Mister Danger, devoradora, con un
bagaje de odios y venganzas a cuesta, así como de los conjuros para destruir hasta su misma
descendencia. Mañosa y tracalera se apropia de todo como siempre lo han hecho las fuerzas del atraso:
a través del miedo, el terror y la fuerza bruta.
Santos Luzardo parece
es un Hamlet meridional que enarbola preguntas muy sencillas pero
esclarecedoras sobre la incertidumbre que le rodea, las intrigas de palacio, el
envenenamiento de su padre, la traición. “Algo podrido huele en Dinamarca”
dijo el príncipe Danés. Algo fétido inunda la atmosfera de la patria, parece
preguntarse el joven abogado apureño, cuando se dio cuenta que en su hacienda
de Altamira se estaban robando leguas de sabana y ganado.
Es la fuerza moral
que enarbola las banderas de la instrucción pública, la legalidad, el
desarrollo cultural, la defensa de la soberanía e independencia nacional. Es un
faro que lanza ráfagas de luz sobre la oscuridad de las atrocidades contra la
clase obrero-campesina bajo el brazo demoledor del colonialismo depredador y
terrateniente, con el conspicuo financiamiento de Mister Danger. Esas fuerzas
opuestas están hoy más que nunca en conflicto.
Según la recientemente desclasificada base de datos de la Academia Sueca la obra del maestro Gallégos mereció quince nominaciones en ocho oportunidades para el premio Nobel de Literatura. Pero al igual que otros dos grandes venezolanos como Humberto Hernandez Morán y Jacinto Convit no pasaron el filtro del Departamento de Estado que tiene la palabra final sobre estos galardones.
ALEJANDRO CARRILLO