EEUU bombardea con embargo salida dialogada e intenta repotenciar a maltrecha dirigencia opositora
Publicado: 06/08/2019 11:30 AM
Bombardear
cualquier posible salida dialogada y repotenciar la maltrecha dirigencia
política que representa localmente sus intereses son los objetivos que, a
primera vista, se aprecian en la nueva vuelta de tuerca del gobierno de Estados
Unidos contra Venezuela.
La orden
ejecutiva de embargo total, emitida por Donald Trump, es un golpe directo
contra el acercamiento que ha venido perfilándose como salida democrática al
conflicto político venezolano, tras las reuniones de Noruega y Barbados.
La camarilla
gobernante de EEUU jefa verdadera de la oposición venezolana- parece confiar
en que la escalada en las medidas coercitivas unilaterales será el elemento de
presión necesario para forzar a que en la mesa no se produzca un acuerdo
honorable para las dos partes, sino una rendición incondicional del
chavismo.
Lo voceros
imperiales lo han dicho en reiteradas ocasiones: lo único que puede negociarse
en los encuentros de Barbados es la salida de Maduro del poder y la
continuación de la ruta que el autoproclamado presidente encargado ha planteado
desde enero.
Oxígeno para un liderazgo marchito
La nueva
agresión contra Venezuela es también un intento de darle un nuevo empujón al
modelo de “cambio de régimen” encabezado por Juan Guaidó, que ha fracasado en
el plano político, aunque ha reportado grandes beneficios para sus ejecutores
estadounidenses y venezolanos en lo que se refiere a la apropiación de activos
pertenecientes a la República Bolivariana de Venezuela.
Hasta los
personajes más eminentes de la jugada estadounidense han reconocido que Guaidó
está lejos de haber cuajado como el gran líder que se proyectó en los
laboratorios que crearon su imagen política. Ante las dificultades para
“cambiar de caballo a mitad del río” (buscar un nuevo líder), los estrategas
hacen grandes esfuerzos por darle oxígeno a un proyecto tempranamente marchito.
La camarilla
estadounidense sabe que cuando desde Washington se fija una línea, los factores
opositores que se han mantenido en posturas ambiguas se ven obligados a tomar
partido. El que no apoye abiertamente la postura de EEUU se arriesga a quedar
fuera del reparto del botín (político y económico) que esperan realizar los
cabecillas una vez que logren el objetivo de derrocar al gobierno
constitucional de Nicolás Maduro.
Aplicando
ese mecanismo de extorsión esperan aglutinar fuerzas alrededor del alicaído y
desprestigiado Guaidó para una anunciada arremetida final.
Resaca en la
opinión pública
Para esos factores opositores, la jugada de sumarse
a la ofensiva de EEUU es una decisión complicada porque resulta evidente que
cada vez menos militantes del antichavismo están avalando la tesis de que las
sanciones y los bloqueos son contra funcionarios del gobierno y no contra el
pueblo.
Las
evidencias cotidianas indican lo contrario y son muchos los ciudadanos de
oposición que lo han comprobado, en ocasiones dramáticamente, mediante
privaciones severas en aspectos claves de la existencia, como la alimentación,
la salud y también en cuestiones menos trascendentales, pero que se refieren a
la calidad de vida, un componente fundamental, sobre todo para las clases
medias.
La resaca de
la opinión pública en este tema es, en buena medida, la explicación de la caída
libre en la popularidad de Guaidó, registrada incluso por las encuestadoras más
sesgadas a favor de la oposición.
Voluntad
Popular, como principal aliado de EEUU en esta maniobra, no tiene ningún
problema en aparecer abiertamente respaldando el bloqueo. Ya lo han hecho
Guaidó, Carlos Vecchio y el célebre “procurador” Juan Ignacio Hernández, todos
corresponsables directos de las medidas coercitivas.
Los tres,
así como otros voceros de esta corriente política y del ala extrema opositora,
siguen repitiendo que las medidas no afectarán a la población ni a los
empresarios privados, pero la realidad se les opone tercamente. La gente de la
base opositora lo sabe incluso mejor que los independientes y los chavistas,
porque sus actividades laborales y personales están por lo general más vinculadas
al comercio exterior, a los viajes internacionales y a otros aspectos que se
ven afectados por las restricciones impuestas arbitrariamente.
La orden ejecutiva de este lunes se esconde bajo el artificio de “bienes del gobierno”, que en realidad no despista a nadie porque se sabe que se trata de propiedades del Estado venezolano y en consecuencia, directamente vinculados al patrimonio de toda la ciudadanía.
El ajedrez
multilateral
Ese contexto
podría propiciar una respuesta internacional diferente a la que en otros
momentos de la historia reciente se han producido ante el mismo tipo de
operaciones de aplastamiento de países por parte de potencias mundiales, como
ocurrió con Libia y Siria.
La reciente
declaración de 120 naciones del Movimiento de Países No Alineados, rechazando
el bloqueo y las medidas unilaterales contra Venezuela puede haber sido el
preludio de declaraciones de similar tenor en el seno de Naciones Unidas, donde
además Venezuela cuenta con el respaldo nada desdeñable de Rusia, China y otras
naciones del Consejo de Seguridad.
Mientras
tanto, EEUU confía en encontrar apoyos a sus políticas coercitivas en el Grupo
de Lima y en una Organización de Estados Americanos que bajo la dirección de
Luis Almagro, no tiene otros temas a los cuales dedicarse, aparte de Venezuela.
CLODOVALDO HERNÁNDEZ / LAIGUANA.TV