Miguel Peña: Valiente jurista que animó al Congreso de 1811 a declarar la independencia del país
Publicado: 29/09/2020 08:31 AM
El
29 de septiembre de 1781 nació en Valencia Miguel Francisco Peña Páez, valeroso
prócer civil de la Gesta Emancipadora, y litigante con destacada actuación en
muchos de los sucesos que definieron el rumbo político de Venezuela tras
culminar la contienda contra la Corona española.
PEÑA Y LA PRIMERA REPÚBLICA
Peña
recibió el título de abogado de la Universidad Real y Pontificia de Caracas, y
se inició como funcionario de la Real Audiencia, así como en la transición de
Trinidad “de manos españolas a inglesas”, en las postrimerías del siglo XVIII y
los primeros años del XIX.
Como
tantos otros letrados venezolanos de su época, Peña se hizo partidario de las
ideas republicanas. El 4 de julio de 1811, en representación de la Sociedad
Patriótica, pronunció un discurso en el Congreso Constituyente, con argumentos
tan convincentes, que hizo inclinar la votación del día siguiente, 5 de julio,
a favor de la Declaración de Independencia.
En
1812 fue designado Gobernador de La Guaira por el Generalísimo Francisco de
Miranda, cargo que ejerció hasta la madrugada del 30 de julio de ese año,
cuando, tras la Capitulación de San Mateo, el puerto pasa al control del
realista Domingo de Monteverde.
EL DISCURSO DEL 4 DE JULIO
El
discurso de Peña surtió los efectos de un detonante en el seno de la
corporación constituyente de 1811. La pieza oratoria del valenciano, según
Caracciolo Parra-Pérez, fue la expresión de un “temible agitador”, y dio
continuidad al vibrante alegato que el día anterior, el 3, diese dentro de la
Sociedad Patriótica el joven Simón Bolívar. Uno y otro mensaje condujeron a
disipar en muchos congresistas las dudas para tomar su decisión de proclamar la
independencia de Venezuela.
Peña
dice “¡…detestamos a Fernando VII! Que no detenga el miedo a los ingleses para
declarar la independencia, porque jamás aquellos han podido conquistar un palmo
de tierra en el continente español: de atacarnos, volveríamos a derrotarles,
como ya lo hicimos durante los últimos setenta años en Puerto Cabello, La
Guaira, Cartagena y Buenos Aires. Y que no se invoque contra la proclamación inmediata
de la independencia la ignorancia en que están los pueblos de los sucesos
políticos. Caracas, donde se forma y dirige la opinión pública, reclama la
independencia”. Tan terminante disertación indujo al Congreso a consultar esa
misma tarde, al Ejecutivo. Este dio su asentimiento a la proclamación de
independencia que se acoradría el día siguiente, 5 de julio de 1811.
SITIADOS
El
10 de julio de 1814 es firmada la capitulación que pone fin al cerco impuesto
por José Tomás Boves sobre Valencia. Como mediador por los patriotas fue
designado Peña, quien logra arrancar al caudillo asturiano garantías a personas
y bienes de la ciudad, la que había soportado por meses penurias sin cuento.
Boves incumple lo pactado. Peña logra escapar de la ciudad disfrazado de
fraile.
EL MAGISTRADO Y ROBINSON
El
21 de marzo de 1824 el jurista valenciano, quien ejercía como Presidente de la
Alta Corte, escribe a Bolívar acerca de “la Casa de Industria Pública que se ha
propuesta en esta ciudad el señor Simón Rodríguez o Carreño.(…)De lo que Ud tal
vez no está enterado es que una Casa con ese fin, donde se da educación a los
jóvenes y se les da a aprender un oficio mecánico(…)sólo a su infatigable
constancia se debe el que le hayan concedido el edificio público llamado
Hospicio…y tiene algunos muchachos, pero le faltan fondos para montar su
proyecto como quisiera”. Altruismo expresa Peña al insistir “Si este hombre se
pierde por falta de protección, no hallaremos otro”.
Sin
duda, antes que el huracán de la intriga e intereses regionalistas diesen por
tierra con los proyectos de unión de pueblos cimentados en torno al sólo
prestigio del héroe, Peña tiene tiempo de reflexionar sobre la educación como
camino cierto para dar afirmación a la patria grande.
MADUREZ Y SEPARACIÓN
Tras grave desavenencia con el vicepresidente Francisco de Paula Santander en torno al juicio y muerte contra el prócer venezolano Leonardo Infante -hecho que constituyó un asesinato- y, de otra parte, debido al malestar que rodeó la figura de Peña por una rendición poco clara de dineros que administró siendo Presidente de ta Corte, éste abandona Bogotá y regresa a Valencia, donde promueve la Cosiata, así como la definitiva separación de la Gran Colombia y el surgimiento de la Cuarta República, en la Venezuela de 1830. Vehemencia, don para el litigio y escaso dominio de sus pasiones, al lado de una valentía personal de excepción fueron rasgos de este venezolano que amó a Valencia y a su país con ímpetu desbordado.
PRENSA MPPPCI